En una tarde soleada después de las festividades, Nathan y Olivia decidieron explorar un rincón oculto de Evergreen. Descubrieron una antigua casa abandonada, una joya arquitectónica sumida en el olvido. Impulsados por un deseo compartido de devolverle la vida a aquel lugar, decidieron embarcarse en la tarea de restaurarla.
Días de trabajo se convirtieron en noches de risas y conversaciones en el porche. Mientras pintaban paredes y reparaban ventanas, su complicidad creció. La casa se transformó en más que un proyecto; se convirtió en un símbolo tangible de sus sueños compartidos y la promesa de un futuro juntos.