El enojo no me dejaba pensar, así que traté de tranquilizarme, respiré despacio y me calmé, salí del carro y me encontré familiar el lugar donde me encontraba, este lote baldío se parecía al de mi sueño.
Me encontraba un poco alejado y me acerqué, no podía creerlo, habían hombres cuidando al parecer los vagones, pero pensé, solo es mi imaginación, seguí observando y a la vez acercándome cada vez más, tratando de que no me vieran esos tipos, porque sería un grandísimo problemas, además ellos estaban armados con armas largas, parecía de película. Después de un largo rato de mirarlos escuché unas voces de mujeres, ahí fue donde confirmé que ese lugar era el de mi sueño.
No sabía qué hacer, tomé mi teléfono y pensé llamar a la central, pero recordé que me habían despendido, esos incrédulos, además ese no es el caso, el problema era que según mi sueño una bomba estallará, me agarré la cabeza y pensé en un plan, todavía no había entregado mi arma, es decir, la tenía conmigo, a lo que pensaba un hombre se acercaba al lugar que estoy, así que me escabullí por un vagón y me escondí, de allí escuchaba todo lo que decían; hablaban sobre una bomba, mi espeluznante sorpresa fue intervenida por un grito de una de las mujeres que estaban dentro del vagón, miré los cerrojos del mismo y no pude ver forma de abrirlos, mientras más tiempo pasaba más duro gritaban las mujeres encerradas.
Despacio me acerqué en donde estaban hablando de la bomba y de repente sentí en mi cuello un suspiro brusco y el caliente de calor de hombre, pues cuando miro hacia mi espalda un hombre estaba detrás de mí, rápidamente le lancé un codazo dejándolo totalmente mareado, lo dejé caer suavemente en el suelo, lo miré de arriba a abajo, tomé su comunicador para estar atento a todo lo que se comunique.
Sin buscar, encontré el pestillo de abrir el vagón donde se encontraban las mujeres, lo abrí cuidadosamente, aunque estaba este despejado, ya que deje inconsciente a su centinela, no podía descuidarme. Entré al vagón y cuando las mujeres logran verme se decepcionan pensando que era un rescate, fue donde entonces les expliqué todo, en realidad no podía creer que estos hombres son capaces de hacer tal barbaridad porque ellas también me explicaron lo que le hacían aparte de tenerlas encerradas.
Formulé un plan, no quise decirles sobre la bomba de la cual escuché que decían que la pondrían en medio del lote para deshacerse de las mujeres. Salí con cuidado del vagón prometiéndole a las mujeres que volvería por ellas, luego pude ver al parecer al jefe de la pandilla, porque era el mismo que estaba hablando de la bomba, lo seguí para ver hacia dónde iba.
Editado: 21.02.2020