Secrets of fire: el comienzo.

El cadaver

Todo empezó un domingo en la noche con una llamada que fue interceptado por el menos indicado para escucharlo. Por él y su mejor amiga que siempre lo seguía en todo.

Durante todos sus años viviendo en aquel pueblo olvidado en el mapa: Beacon Hills, no había drama ciudadana que mantuviera a la gente del poblado hablando y curioseando, a excepción del incendio ocurrido hace seis años que masacro a toda una familia e invitados, fuera de eso, solo era un lugar perdido en el estado de California.

Hasta que un chico hiperactivo, decidió que era buena idea invadir la privacidad de su padre e interferir en la radio policial, lo que lo llevó a saber sobre el cuerpo encontrado por unos deportistas en el bosque.

Una noticia que tenía impacto en el aburrido Beacon Hills. Y por supuesto Stiles y Olivia debían ir a indagar, pero para ello necesitaban al tercer miembro de los mosqueteros.

—No creo que sea buena idea lo que haces —comentó Olivia observando a Stiles subir en el tejado.

—Shhh —chito respirando entrecortado por el esfuerzo implementado en su escala.

Liv rodó los ojos y decidió ir al costado de la casa, buscando una manera más fácil y menos mortal para subir al techo de la casa de Scott.

El sonido de la puerta trasera siendo abierta alertó a Liv, quién se agachó para que Scott no la viera y preparándose para saltar y asustarlo, pero Stiles resbalando del tejado y quedando colgado se le adelantó.

Scott grito y su acción provocó que Stiles también gritara.

—¡Espera, espera! ¡Soy yo! —grito Stiles cuando notó que Scott iba a golpearlo con el bate de béisbol.

—¿Stiles? —el morocho miró con ojos confundidos a su mejor amigo.

—Y Liv —sonrió la castaña colocando el pie en el piso del porche mientras se sujetaba del barandal.

Scott miró a la chica y de ahí a Stiles sin entender nada.

—¿Qué diablos hacen aquí?

—¡No respondías el teléfono! —Stiles aún con el corazón latiendo acelerado por el mutuo susto, miro con reproche a Scott. Vio el objeto en las manos de el moreno—. ¿Por qué tienes un bate?

—¿No es obvio? Quería practicar su tiro con tu cabezota —dijo Liv colocando una pierna encima del barandal y se impulso para quedar sobre él, pero perdió el equilibrio y terminó cayendo.

—¡Liv! —Scott se acercó preocupado a ella mientras que Stiles se reía a carcajadas.

—Estoy bien —aseguró la chica mirando mal al de ojos miel. Con ayuda de Scott se levantó del suelo—. Oye, una limpieza no vendría nada mal, ya no distingo si mi pantalón era negro o gris.

Scott rodó los ojos.

—Buen aterrizaje —se burló Stiles guiñándole un ojo y mostrando su pulgar arriba, aquello ocasionó que perdiera su soporte de agarre y terminará cayendo entre los arbustos.

Liv se echo a reír.
—Karma, perra.

Stiles salió de entre los arbusto con movimientos bruscos.

—Ahg —Saco una hoja de su boca y sacudió la basura en su ropa—. Como sea, escucha...

—El padre de Stiles salió hace veinte minutos —interrumpió Liv recordando el motivo de su visita, agarro el brazo de Scott con cierta emoción—, llamaron a cada oficial del departamento de Beacon e incluso a la policía estatal, ¡la policía estatal!

Scott sin comprender la emoción de la castaña miró a su mejor amigo solo para encontrar esa misma mirada en él.

—¿Pará qué? —preguntó sin mucho interés.

—Encontraron un cuerpo en el bosque —respondió Stiles rápidamente, recargo sus brazos en el barandal con una sonrisa.

—¿Un cadáver?

—No, un cuerpo de agua —contestó Stiles

—Si, un cadáver —dijo Liv al ver que Scott no comprendió el sarcasmo del castaño.

Stiles trepó por el barandal hasta estar junto a los otros dos.

—¿Fue asesinado? —preguntó Scott

—Nadie lo sabe, solo que es una mujer alrededor de los veinte —informó Stiles

—Espera, si encontraron el cuerpo ¿Qué están buscando?

—Esa es la mejor parte —sonrió Stiles con misterio y miro a Liv para que ella continuará.

—Solo encontraron la mitad.

Scott miró con sorpresa y cierta repugnancia a sus amigos.

—Iremos —dictaminó Stiles con energía.

—Al batimovil —dirigió Liv alzando el dedo índice.



 

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Llegaron a la reserva de Beacon Hills el cual prohibía el paso a altas horas de la noche, como indicaba en el letrero del que Stiles se estacionó justo en frente.

—¿En verdad lo haremos? —preguntó Scott

Liv encendió su linterna y alumbró su cara mirando a su amigo asmático.
—Aja, haremos algo ilegal y probablemente no terminará bien.

—Eso no me tranquiliza —respondió Scott ayudándola a cruzar la cadena que cercaba el lugar.

—Hay policías buscando, lo peor que nos podría pasar es terminar en el asiento trasero de uno de ellos.

—Tu siempre te quejas de que aquí nunca pasa nada —añadió Stiles

—Intentaba dormir bien para la práctica de mañana —dijo Scott

—Claro, porque estar en la banca requiere de mucho esfuerzo.

—No, porque jugaré este año, de hecho seré titular.

—Ese es el espíritu, todos deberían tener un sueño, aunque sea patéticamente irreal.

—Como el tuyo de que Lydia Martín al fin note tu existencia —respondió Liv defendiendo a Scott del sarcasmo del castaño—. Además, Scott lo hará bien, estuvimos practicando todo el verano.

—Y tu serás parte de las porritas principales, ¡Yei! —se burló Stiles— ¡Dame una A! ¡Dame una E! ¿Qué dice?

—Qué voy a patear tu trasero si no te callas —sonrió falsamente mientras daba unos saltos pequeños de fingido entusiasmo.

Scott se río.
—Solo de casualidad, ¿Qué parte del cuerpo estamos buscando?

—Ah... No lo sé