Cómo todos los días, yo solía estar en mi casa en estos momentos, preparándome para ir a trabajar. Desde que salí de la secundaria había decidido no continuar con mis estudios porque la escuela nunca fue lo mío. Yo siempre quise ser policía o un soldado, pero, a mis veinticinco años no logré hacerlo.
Nunca pensé que algo así pasaría aquí. Siempre imaginaba una invasión de extraterrestres, pero, nunca nada como esto. Las cosas empezaron a salirse de control y cuando menos lo esperé, ya estaban evacuando a todo el mundo.
Ese día yo estaba en mi trabajo, resolviendo unos casos que me habían pedido, pues trabajaba en un banco y a veces me pedían algún documento.
Estaba platicando con mi amigo Alejandro, compañero de trabajo, y, de repente, escuchamos el sonido de una sirena, la que utilizan en caso de una emergencia biológica. Nunca pensé que esas alarmas existieran.
En seguida, todos mis compañeros de trabajo comenzaron a salir, platicando entre ellos sobre lo que sucedía. Ninguno de nosotros tenía ni idea de lo que estaba pasando. Así que, cuando nuestro jefe salió de su oficina, nos pidió que no saliéramos de la bodega, pues le habían dado indicaciones de que irían unidades a evacuarnos.
En eso, se acerca Claudia, una amiga nuestra, y nos dice — Quien sabe qué estará pasando. Ahorita me marcó mi esposo y me dijo que algo malo estaba pasando en Estados Unidos. Según que, los estaban atacando.
— No creo, y si fuera así, ¿por qué nos evacuan a nosotros? — Dijo Alejandro.
Todos nos quedamos en silencio por un momento, hasta que nuestro jefe salió fuera de la bodega y regresó al pasar diez minutos. Todos estábamos confundidos. Algunos intentaban marcarles a sus familias, pero, como que no había señal, pues hacian gestos de molestia y preocupaciones.
Más tarde, llegaron vehículos militares y transportes públicos que iban conducidos por soldados. Con eso me di cuenta que nada pintaba bien.
Todos estábamos siendo evacuados en cuanto llegaron los autobuses y cuando estaba saliendo de la bodega, vi un pequeño rayo descender de una manera increíble. Mis compañeros se asombraron al verlo también, y se comenzaron a poner nerviosos. Las cosas no pintaban nada bien, y ya no había duda alguna.
Al estar todos arriba del autobús, yo miré por la ventana y noté que en todas las bodegas estaban evacuando a las personas. Yo estaba muy asustado. Quería saber qué estaba sucediendo, pero nadie nos decía nada.
Al pasar unas horas, estabamos todos en un refugio. Era un colegio privado donde nos encontrábamos todos. Habían colocado catres de una manera ordenada y nos pidieron que nos acomodaramos lo mejor posible.
Hasta ese momento solo nos habían dicho que era nivel de emergencia alta, y que no podíamos salir en ese momento. Debíamos permanecer en el Refugio.
Al día siguiente, estábamos almorzando sandwiches que nos habían dado, y de pronto, un fuerte ruido se escuchó. Todos nos quedamos en silencio, asustados por ello. Dos soldados pasaron corriendo y desaparecieron al cruzar la puerta.
Posteriormente, una explosión que hizo retumbar todo el refugio, nos aturdió. Alejandro estaba muy agitado y yo también. Después un soldado ingresó por la puerta principal y nos dijo — Mantenganse en silencio y tranquilos. No hagan ningún ruido.
A continuación, se empezaron a escuchar detonaciones de arma de fuego cerca del refugio. Dos personas estaban muy nerviosas que, al no poder con ello, se levantaron de dónde estaban sentados y salieron corriendo por la puerta de emergencia, ignorando las indicaciones del soldado.
Alejandro se acercó más hacia mí y me dijo — Oye, creo que deberíamos de irnos de aquí. No creo que sea seguro.
— No lo sé, Alex. No sabemos qué está pasando allá afuera.
Alejandro no dijo nada y yo traté de mantener el control. El soldado salió por un momento al escuchar algo por su radio. Posteriormente ingresó muy asustado y nos dijo —¡Todos, salgan a fuera, de inmediato. Retirense de aquí. Nos están atacando!
En cuanto terminó de decirlo, no lo pensé dos veces. Me levanté junto con Alejandro y corrimos de inmediato a la puerta de emergencia. Tras nosotros nos seguían más personas.