Secuestrada para el Alpha | Libro 2 |

01. Eres mía.

Camino con una gran sonrisa en mis labios al saber que mi padre me tiene un regalo, achicó mi mirada cuando veo la gran seguridad fuera de su despacho y niego por lo absurdo que es después del último ataque que hubo.

Me dejan entrar rápidamente y antes de que de un paso hacia dentro me detengo, mi piel se eriza por completo observando el pequeño cuerpo atado en la silla, el fuerte olor de ella solo me hace temblar y niego. 

No pudo ser capaz.

— Mamá se enojara si sabe que has secuestrado a alguien más que a ella. — es lo único que digo. 

Me empujan los guardias con fuerza y niego cuando su pequeño rostro gira hacia mí, me mira con enojo y solo niego ignorando a mi padre para poder liberarla. Las manos de mi padre agarran mis hombros deteniendome, miro los ojos cafés de ella observar lo que sucede con más que miedo. 

Y eso no me gusta, prefiero que me mire con una sonrisa.

— Es un regalo, no quieras dejarla ir no ayudará en nada y te volverás peor que yo. — palmeó mi hombro, lo miro y solo me sonríe para luego salir en pocas palabras está loco. 

Me inco comenzando a desatarla para que no piense en cosas peores. 

— Lo siento, mi padre no está muy cuerdo desde que recuerdo y mi madre aún duerme por lo que no puede controlar las decisiones que él toma. 

— No hay problema pero ser secuestrada para el hijo de alguien. — asiento. — ¿En serio eres como dicen?. 

Niego. 

No me gusta mentirle a ella, los rumores no son del todo reales, yo aún tengo control sobre mi bestia y no mato por ser sádico solo cuando me lo ordenan. 

— Uh, a mi me gustan los chicos malos. 

Alzo mi vista, se cruza de brazos mirando todo de mi y solo asiente dejándome dudas de lo que piensa. Algo que me muero por saber pero solo quedará en eso.

Me alteró cuando se acerca a mi y solo retrocedo, sonríe sabiendo que ha hecho algo en mi, alza su mano hacia mi y la agarró deteniendola. Miro el brillo en sus ojos y siento su pulso acelerado pero ella se controla bien para no actuar ¿como yo?. 

— Tu padre habló conmigo y no está tan ido como crees. 

Sale del lugar sin prestar atención, algo que nunca me a gustado. 

— Hey, no podemos hacer que nadie te vea o que... 

Me callo al ver a mi mamá caminar hacia nosotros junto con mi padre detrás de ella queriendo hacer cambiar de opinión lo que tenga en mente. 

— Me hubiera ido como lo hice hace un mes contigo ahora adivina porque no lo he hecho. 

Mi madre llega enfrente de nosotros y se cruza de brazos mirándome, entre cierro mis ojos mirando a papá él cual nuevamente me ha echado la culpa. 

— Y bien ¿quién me dirá quien la secuestró?, no te creo Evan. 

Suspiro, señalo a mi padre y él me señala a mi sin ayudar en nada. Mi padre solo mira a mi madre cuidando de su embarazo para que no se sienta cansada. 

— Amor, vamos. — no le hace caso. — Son jóvenes lo arreglaran ¿verdad?. — me mira con intensidad y lo miro igual sintiéndome defraudado por hacer que me echen la culpa. 

— Luna, siento si la hago sentir incómoda Alec ya habló para que mis padres vinieran después de haberme desatado. — la miro, mi madre mira a mi padre y bufa volviendo de regreso a dormir por lo cansado que es tener lobos para una humana. 

— Yo no le hable... 

Posa su dedo índice en mis labios callando mi murmuro, me estremezco y la miró embobado, agarra mi mentón entre sus manos dejando mi rostro a su altura. Siento como mi cuerpo se estremece por su toque y respiro pausadamente.

Suspiró entrecortadamente por su agarre con firmeza en mi rostro haciendo que cosquillas recorran mis mejillas y labios. 

— A veces debemos de mentir. — me hace asentir. 

— ¿Por qué lo ocultas?. 

— ¿Ocultar?.. 

Me mira seriamente, escucho su pulso y quitó una de sus manos y la pongo sobre su pecho, baja su rostro lentamente y se sonroja tiernamente. Haciendo que me enamore más de ella por ver tan maravilloso gesto en ella. 

— ¿Qué sucede?. 

Aleja sus manos de las mías con nerviosismo. 

— No es nada. 

Suspiro pesadamente cuando desaparece ante mis ojos y bajo mi rostro recordando su rostro asustado que tanto odio, no quiero que me tenga miedo. Esa mirada solo me hace poner más presión sobre mi corazón que se debilita mientras pienso en que puedo hacer para evitar que sienta miedo por mi y que esté a mi lado. 

Había pasado un año desde que la ví, y recordar su mirada asustada antes de desaparecer delante de mí, no es bueno. Quisiera saber lo que ella piensa pero eso sería imposible, ella es impredecible. 

Y me dolería saber que solo piensa en las atrocidades de mi, yo no soy así, yo solo quiero cuidarla y amarla como siempre he querido hacer con la pareja que sería destinada para mi. 




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