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Me senté en la orilla de las aguas observando cómo fluía, pasee los dedos y la frialdad de ella me congelo por un segundo, Ferith se puso de cuclillas a mi costado con una daga de mango apedreado de brillantes gemas azules.
Extrañamente todo lo que tenía que ver con el lucio realmente majestuoso.
Estiró su brazo hacia mi y me pidió silenciosamente que pusiera mi mano sobre la suya.
—Me darás tu lealtad a cambio de la corona, —Se escucha como los vientos rugen con fuerza golpeando las copas de los árboles, —Te daré mi aptitud y heredaré mi cognición a voluntad propia para conseguir que la dinastía Rousso tenga un solo nombre tallado en el, hasta en la esquina más estrecha de Custodes Pacis tendrá grabado su nombre, —Cortó su mano y la sangre comenzó a escurrirse y caer sobre un cuenco de piedra, —La tomo como mi cónyuge hasta que el destino así lo imponga, —Me congelé al oír aquellas palabras,—Dándole así el control de mí hasta que la última gota de sangre se drene de mis venas a cambio de su compañía y fidelidad.
Un vendaval se aproximaba y algo en mi caja toráxica tembló, un tamboreo en mi pecho me lo susurró, rayos coloridos iluminaron el cielo con demencia y vesania, una misteriosa niebla se apoderó del lugar envolviéndolo en incertidumbre, —Tantas cosas sucedían en tan poco tiempo que procesarlo todo me abruma, —Sin poder controlarlo cree una pequeña cuchilla y rajé mi palma mientras mis dedos pican de manera ansiosa.
La sangre comenzó a salir con rapidez y vi como en los ojos de Ferith nació un brillo diferente el cual se vio reflejado en su iris, voltee con temblor mi mano y miré el líquido recorre mis dedos hasta que una gota cae sobre el cuenco causando una pequeña explosión que esparce el olor del hierro por doquier.
—Te doy mi lealtad, —Murmuré mirándolo a los ojos, —Mi poder será el tuyo y viceversa si así lo deseas, —Trague con dificultad con lo siguiente que saldría de mis labios, —Me doy como tuya mientras tu te des como mío, —Dictamine tomando una respiración larga, —Juro con solemnidad mantener completa fidelidad mientras nuestra unión siga en pie.
El color del cielo ahora es violáceo con toques verdosos, brillantes estrellas fugaces rosáceas pasan con tal rapidez que resecan mis labios, el cuenco casi desborda de flujo rojizo lo revolví con el dedo observando cómo se integra de manera uniforme.
En un descuido voltee el cuenco dejando caer gran parte de la sangre sobre el agua.
—No, no, no, no, —Susurre cuando el agua se tornó de un dorado transparente, miré a Ferith con los ojos abiertos pensando en lo molesto que tal vez estaría ahora, —El viento está muy fuerte, —Observé que en sus facciones nunca cruzó molestia o algo parecido, más bien parecía algo divertido.
—¿Lo está? —Contestó entrecerrando sus ojos con una pequeña sonrisa volátil.
—Creo que es hora de irnos...
Alzó sus cejas con una sonrisa ladeada en sus labios, se puso de pie ayudándome a hacer lo mismo, admiré el paisaje por última vez cuando sus brazos me empujaron desde la orilla.
—Ferith... —Fue lo que alcance a decir antes de ir por el abismo.
Vi como no borró su sonrisa al ver como caía pero esta vez la caída fue efímera, al cerrar los ojos pude sentir como su calidez me abrazaba nuevamente afirmando mi cuello y mis piernas.
—Usted es una persona muy desconfiada, —Ronroneo con entonada melosa, me bajé de sus brazos de manera apresurada, mi habitación yacía intacta, cada uno de los objetos había recobrado sus alegres tonalidades dándome un respiro, —Tiene que cumplir su palabra, —Con su dedo levantó mi mentón dejándome nuevamente cautivada con sus ojos.
—Lo haré mientras tú cumplas la tuya, —Pase la mano por mi cabello, —Te quiero lejos de mi familia, te quiero lejos de esta casa, —Farfullé con la vista fija puesta en sus ojos.
—Si estoy lejos de esta casa por ende estaré lejos de usted y eso corrompe una de las condiciones que exijo... —Mencionó negando con la cabeza, —Cumpla sus palabras Karissa...
—Lejos de mi familia, mantente lejos de ellos y me tendrás a tu lado sin refutar, —Aseguré, —Quiero que mi familia esté fuera de esto.
—Es hora de dormir, —Contestó dejando mi cabello tras mi oído para luego pasar sus dedos por el contorno de mi rostro.
Acarició mi espalda invitándome a la cama, me recosté en la almohada sintiendo como él se sentó a un costado en silencio, sus dedos comenzaron a acariciar mi cabello induciendo el sueño que me hacía falta.
—Tengo una pregunta para ti Ferith, —Dije con los párpados pesados.
—A ver, cuénteme ¿Qué está pasando por su cabeza Mmh?
—¿Tú sabes dónde están mis padres?
—Ellos están bien, no le haría nada a su familia, —Me aseguró sin dejar de acariciar mi cabeza, no contesté y un suspiro tranquilo salió de mis labios, —Por cierto, feliz cumpleaños Karissa... —Oí el susurro que me dejó descansando.
Abrí los ojos con la luz que atravesaba la tela de las cortinas, dí un suspiro y acaricie mis ojos con suavidad, mis manos quedaron a una corta distancia permitiendome observar como por mi mano pasaba una cortada en cicatrización.
Me quedé en silencio y me levanté de la cama con lentitud, caminé hasta el baño y cerré la puerta tras de mí, despojé la ropa de mi cuerpo al ya haber puesto el agua en la temperatura ideal.
Respiré cuando el agua bajó por mi cuerpo erizando mi piel, lavé mi cabello y enjabone mis piernas con suavidad y salí de la ducha sin dejar de pensar en las palabras que me estaban atando a seguir una serie de reglas.
—¿Qué pensaría mi familia de esto? —Susurre para luego negar con la cabeza, no deseo pensar en lo decepcionados que estarían de mí si supieran que de mi mente no sale la idea de una cruel venganza.
Soló cubrí mi cuerpo con un vestido largo y que conseguía esconder mis brazos y piernas sin embargo me encontraba descalza, bajé las escaleras y hallé la sala de estar vacía, caminé hacia el comedor y también se hallaba vacío, el silencio me sorprendió y extrañada camine hacia la cocina de donde provenía un olor delicioso.