Hacía apenas cuatro meses que Douglas enterró a su esposa Melissa, ni él se podría creer que se estuviera casando de nuevo, en tan poco tiempo de la muerte de Melissa y con Nicole, la mejor amiga de su esposa. Antes de que se arrepintiera le ordenó a su cerebro procesar las cosas positivas por lo que hacía esto.
Primera y la más prioritaria, su hijo, no quería que en caso de que le pasara algo el pequeño tuviera que ser criado por sus abuelos; y segundo... No había otra razón, el solo lo hacia por el pequeño y Nicole era la mujer perfecta para eso.
Nicole aún no se lo creía, recordaba cuando había conocido a Douglas, como olvidarlo. Nicole era adoptada y tras pasar por dos hogares de acogida, el tercero había sido el definitivo, se consideraba una persona muy afortunada, los Wilson la querían como si realmente fuera su hija. Adoptaron a Nicole cuando ella tenía catorce años en la ciudad de Vancouver y a la edad de dieciséis se mudaron a Calgary. Llegando a vivir en una de las mejores residenciales de la zona sur este, ahí fue donde vio por primera vez a Douglas Blake, quien era tres años mayor a ella, a los pocos meses Melissa y su familia se mudaron en la casa al lado de la suya. Ambas creando una amistad no solo por ser vecinas, sino por asistir al mismo colegio.
Melissa se volvia el centro de atención allá donde pasaba, y aun Nicole se preguntaba cómo terminaron siendo buenas amigas. Melissa no era del todo una chica aplicada, a lo que Nicole le ayudaba con sus tareas, y Melissa en agradecimiento la integraba a sus grupos de amigos. Solo en una ocasión Nicole se atrevio a decirle que le gustaba Douglas, a lo que Melissa le respondió que dejara de soñar, y Nicole no volvió a decir nada en los próximos tres años siguientes.
Hasta que a la edad de veinte años en la que Melissa y Douglas habían iniciado una clase de noviazgo, y al poco tiempo Nicole recibió una llamada telefónica, era de madrugada. Nicole se incorporó de su cama y contesto, era Melissa.
— ¿Sucedió algo?— pregunto preocupada.
— Sucedió todo— contesto Melissa—Douglas me acaba de pedir matrimonio, puedes creértelo porque yo aun siento que estoy soñando...
Nicole dejó de escuchar a Nicole, hasta que esta empezó a repetir su nombre, Nicole solo pudo decirle lo feliz que estaba por ambos. Acompañar a su amiga al altar fue lo más difícil que había hecho.
—¿Nicole?—Douglas sonaba impaciente, Nicole salió de sus pensamientos y ella trato de averiguar lo que le habían preguntado antes de que la sacaran de sus pensamientos, le dio una rápida mirada a Douglas y después al juez. Este le sonrió con pena y le volvió a hacer la pregunta.
— Si, acepto.
Nicole no supo cómo esas palabras salieron de su boca, palabras que habia ansiado pronunciar en un pasado y que ahora solo las sentía como un sabor amargo.