Llegué al departamento que comparto con mis primos hace media hora, estaban esperándome, ansiosos por saber si obtuve el empleo.
Emilio y Eliseo son todo lo opuesto el uno del otro. Genéticamente hablando no son mellizos, ni siquiera son hermanos, no comparten ADN de ningún modo; para todos en nuestra familia son "los mellis" porque así fueron criados y educados. En realidad, mis tios no podían tener hijos, lo cual los entristecia demasiado, durante 5 años buscaron concebir pero no fue posible. Para amortiguar su dolor empezaron a viajar y conocer lugares. En uno de sus viajes al norte del país conocieron (y no sabría decir de que manera) a una mujer que llevaba un embarazo de cuatro o cinco meses, ella les ofreció ese bebé a cambio de una compensación monetaria. Aunque parezca muy maquiavélico es muy común en este país y sobretodo en esa zona, cuya gente es en su mayoria bastante ignorante y viven muy precariamente, si a eso se le agrega las incontables trabas que supone adoptar un niño legalmente y la cantidad de años que puede demorar el tramite, todo cobra sentido. La cuestión es que cuando se acercaba la fecha del parto mis tíos se alojaron cerca de esa mujer para asistiría cuando llegara el momento. El mismo día que nació Eliseo, en la cama contigua nació Emilio, su mamá se presentó sola, indocumentada, con signos de desnutrición e infinidad de problemas y no sobrevivió al parto. Aunque buscaron a la familia de Emilio nadie nunca supo quien podría ser. En esos días que mi tía esperaba el alta de Eliseo para poder volver a su hogar se encariñó con el pequeño bebé huérfano al punto que llegaron a un acuerdo con el director del hospital y el médico que recibió a ambos niños y terminaron por figurar los dos niños como nacidos de una única madre (Mi tía) y fueron criados como hermanos mellizos. Claro que esa es una historia que sólo la familia conoce pero para todos es evidente que son muy distintos, pues mientras uno es rubio de ojos claro, alto y fornido; el otro es morocho, más bien bajo y delgado. Pero los dos son muy alegres, divertidos, inteligentes y sociables. En todo eso se parecen mucho a mi tía.
En definitiva, me estaban esperando con la intención de salir a celebrar mi reciente llegada a la ciudad y mi nuevo empleo pero aunque fue una jornada amena, sin contar el incidente con el ex marido de la jefa (destacar que no le mencione nada referido al suceso aunque moría por saber más), el resto del día fue muy agradable pero estoy cansado.
Isabel es una mujer de carácter fuerte, no es de las que se quedan calladas aunque también note que no demuestra emociones, es reservada en ciertos asuntos. Cuando salimos de su oficina le tomó sólo unos segundos recomponer su aspecto de mujer fría y presentarse a la reunión profesionalmente. En verdad es la mejor en su área, es evidente que tiene buenos compañeros y rivales dentro de la empresa, sin embargo los clientes piden específicamente por ella y la directora se muestra muy conforme con eso.
En total tuvimos una reunión general con el equipo, tres entrevistas para nuevos encargos, cinco clientes revisando los progresos y una videoconferencia con un colega del extranjero con intención de expandir dominios. Y digo tuvimos porque requirió mi presencia en todas y cada una de ellas, no me quejo, ya puedo decir que aprendí muchísimo de marketing, pero es agotador. Me pregunto si todos los gerentes tendrán tanto trabajo en un solo día, lo peor es que me dijo que sería un día tranquilo porque se dedicaría a enseñarme. Si eso significa que un dia laboral normal es aún más arduo podría ir contratando un servicio psiquiátrico completo porque antes que llegue el año nuevo caigo en crisis de estrés, vale mencionar que estamos a cinco de diciembre.
Y esto que les cuento no es todo, lo que más impacto me causó fue cuando a eso de las cuatro de la tarde se asomó por la puerta y me preguntó si ya habíamos almorzado, cosa que negué determinado, llevaba un buen rato pensando como preguntarle a que hora podría salir a comer porque ya no toleraba el hambre, habíamos tomado varios cafés a lo largo del día y yo había comido entre cosa y cosa algunas masitas que siempre llevo en la mochila pero no es suficiente. Igual, ¿cómo puede ser que no sepa si ha almorzado o no?¿No sentirá hambre? ¿o será de las que se lo pasan a dieta? En fin, ante mi respuesta negativa me envió a un Bufet en la calle siguiente a pedir la vianda que siempre encarga.
-Ay joven- comenta la anciana del bar.- Ya decía yo que la señorita Isa se había olvidado del almuerzo. - Me da una tarjeta con un número de teléfono.- Es una chica buena, siempre fue tan dulce hasta que la porquería esa le hizo lo que le hizo. Desde ahí que trabaja tanto que ni se acuerda de lo más básico que es comer. Siempre tengo sus dos vianditas guardadas, una para ella y la otra para su asistente, pero si no te acordas vos no van a comer porque ella no lo va a hacer, si no podes salir me llamas y te mando a alguien. Otra cosa, asegúrate que coma, no lo hace si esta sola. Acompañala.
-Gracias señora por todo. Parece que la conoce hace mucho.
- Si, a Isa la conozco desde que nació.
Soy una persona muy curiosa, me encantan las historias y la de mí jefa me despierta mi lado más chismoso, pero no voy a sucumbir, su vida personal no es algo que deba importarme.
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Me da fiaca levantarme tan temprano pero es mi segundo día de trabajo y no quiero llegar tarde, además quede en llamar a mamá, anoche estaba demasiado cansado.
Me ducho rápido, me afeito, cambio, peino y perfumo como de costumbre, ya en la cocina me preparo una leche con cacao, demasiado café tomé ayer y además la chocolatada es deliciosa. Mientras desayuno llamo a mamá, le cuento de mí nuevo trabajo, de mi jefa y terminó aceptando que es bonita e inteligente, aunque le aclare que sólo la veo como mi empleadora. Me preguntó por los mellis y me contó que nuestra vecina Nora llevó a su peluquería a sus nietitos que son mellizos pero de verdad, según m amá son dos pequeños terremotos rubios idénticos. Mi mamá tiene su peluquería en la calle principal del pueblo desde hace más de 20 años y allí se entera de todo lo que acontece, conoce vida y obra de cada uno de los habitantes del lugar y también cuenta a cada cliente todo lo que se le venga a la cabeza, ya sea que su cactus sacó 3 flores nuevas o que el perro le trajo un pájaro hasta si alguno de sus hijos hizo algo grande o una nimiedad como orinar la cama; es buena pero habla mucho.