Estamos yendo a la última jornada de conferencia. Dormimos pocas horas, nos levantamos, nos ducharnos y tomamos un café antes de salir, voy conduciendo, pasamos a buscar a Teo.
-¡Feliz cumple mi reina!-le planta un beso antes de subir al auto- por las caras que tienen deduzco que se dedicaron a soplar la vela toda la noche ¿o me equivoco?
-Gracias Teo. ¿podrías no ser tan ordinario?
- No dije nada de otro mundo, cuando la gente cumple años sopla velas para celebrar. ¿Leo si sabías del cumple de tu jefita no?- me mira por el retrovisor, siento las mejillas coloradas, entiendo su doble sentido pero no quiero que Isa se enoje si le confirmo lo que supone.
-Si sabía, ya la saludé.-no se me ocurre que más decir.
-Que amargados, cuéntenmen un poquito. ¿Ahora me guardas secretos Isa?
- Ya Teo, suficiente, Leo si sabía, me invitó a cenar, preparo una torta de cumpleaños, llamó a mi familia y me cantaron el feliz cumpleaños, me regaló rosas y esta pulsera.- le dice mientras extiende su mano y le muestra.- Y si hubo más festejos pero no te voy a contar más. Fin.- Me encanta el regocijo que percibo en su voz, que no se avergüence de lo que tenemos me da una alegría indescriptible.
-Sos un muñeco romántico, que lindo, yo quiero uno así. Ahora decime ¿quién compró esta joya? Dudo que fueras vos, es una belleza, muy delicada, parece creada para tu mano Isa.- Mientras él adula la alhaja y su portadora, internamente considero la posibilidad de inventar alguna mentira. Desisto de inmediato, no puedo comenzar faltando a nuestro pacto.
- No te enojes Isa, por favor- hago una pausa evaluando que decir- yo no sabía que podía gustarte y tampoco tenía tiempo porque estuvimos acá todo el día. Mateo me recomendó una joyería y le pedí a Lena que eligiera algo bonito.
Se miran uno al otro y comienzan a reír a carcajadas, no entiendo de que ríen pero por lo menos no tomó mal que haya sido Lena quien lo compró. Mi amiga me aconsejó no decirle, dijo algo de que no tomaría bien que otra mujer se encargue de los pequeños detalles y todo eso.
-¿Le dijiste a Mateo para quien era?
- No, sólo le dije que quería comprar un presente para una conocida y que estaba un poco desorientado. Por eso me recomendó ese lugar. Y el resto lo hizo Lena, ella si me obligó a confesar para quien era.- Ríen cada vez más y empieza a desagradarme la situación.
-¿Leo que posibilidades hay de que Lena sea la misma prima Lena de Mateo y Rafael?
- No entiendo nada, no sé de qué se ríen.- Mi expresión de fastidio no pasa desapercibida, estoy seguro.
-Leo no te desesperes.-Ahora me habla Isabel, aunque sigue riendo intenta explicar.- ayer en el receso Lena trajo unos documentos para que firme Mateo, Teo cuando la vio supuso que te buscaba a vos y se ofreció a llamarte ¿te acordas que te estábamos esperando en el estacionamiento y llegaron juntos? entonces le explicó que esperaba a Mateo que además de ser su prima es su nueva secretaría. Claro que Mateo pregunto de donde se conocían y todos los pormenores, lo demás ya lo imaginas ¿no?
-Mateo maneja todos los chismes de este ambiente, de seguro ya ató cabos. Lamentaría no ver la cara de Rafael cuando su hermanito le cuente la novedad.- se carcajea exageradamente Teo.
Estaciono el vehículo y me volteó a verlos un poco asombrado. En este momento no se si reír con ellos o molestarme. Lena nunca mencionó a sus primos, ni el nombre de su jefe, tampoco a que se dedicaba; sólo me comentó que había aceptado ser la secretaria de su primo para afrontar parte de los gastos de sus estudios y aliviar la carga de sus padres.
-Leo, no pasa nada. Me encantó todo. Teo tiene mi confianza, parece muy bocón pero no me perjudicaría. Mateo no es malo sólo se reirá de Rafael pero eso ya es una interna familiar. Obvio que el chisme va a resonar hoy acá y espera que lleguemos a la empresa, estarán todos al tanto, eso siempre fue así. Si a vos te molesta puedo intentar frenarlo un poco.- No quiero que crea que me aprovecho de la situación para beneficiarme, aunque me gusta la idea de que todos sepan que sale conmigo, casi como una cuestión territorial.
- Yo no medí las consecuencias Isa, perdón. Espero que no te enojes. No sabía que Lena y Mateo se conocen. Perdón, por favor no creas que quiero sacar ventaja de esto.
-Ei, ya está, no es nada malo. Leo somos dos personas sin compromiso ¿no?- asiento aun anonadado.- Por mi que digan lo quieran, no pretendo ocultarlo. ¿vos querés mantenerlo en secreto?
- No Isa, lo que vos decidas está bien, vos sos la reconocida.
-Chicos, voy a morir de amor, se ven tan hermosos juntos. Igual yaá había rumores, entre la fama que tiene Isa y que aparezca con un asistente de infarto ya era suficiente para las habladurías. Ahora un piquito y adentro que casi llegamos tarde.
-Pretendía más que un piquito Teo pero veo que no vas a bajar sólo.
-Ay por lo menos déjenme disfrutar viendo ¿No? Ya está visto que el muñeco es todo tuyo, mala amiga.
El ambiente de aligera y todos reímos por las insinuaciones poco discretas de Teo. Atraigo a Isabel hacía mi pecho, la abrazo y dejo un beso en su frente. Con mis manos levanto su rostro y beso sus labios dulcemente, al separarnos susurró un 'feliz cumple hermosa' que se pierde un poco por los gritos de nuestro acompañante.
- Ya basta chicos, que envidia.
Entramos a la sala, que ya está repleta, muy cerca hablando entre nosotros y con Teo a la retaguardia. El primero en acercarse es Mateo, saluda a todos y se dirige Isabel deseandole un feliz dia.
-¿También tiraste sus obsequios por la ventana?
-Mateo te estás pasando.
- Es sólo una pregunta Isa, hay cosas difíciles de olvidar, como a mi hermano con la cabeza embardunada en torta.- intento contener la risa pero me resulta imposible. Isabel me indica con la mirada que está furiosa.
-Perdón, perdón.-Busco detenerme y Mateo me secunda.