Semi-Diosa

CAPITULO 25

Narra Jayden:

Todos nos encontrábamos pendientes de Julie cuando comenzó a practicar con el agua, había hecho que se moviera y una pequeña bola comenzara a levantarse, se suponía que era un tentáculo que tenia que hacer, pero la bola comenzó a descontrolarse ya que ella no parecía estar concentrada en lo que hacia y nadie la estaba viendo a ella si no al agua, las ninfas estaban nerviosas, las hadas habían subido a un árbol por protección, Lina aun continuaba en su espalda y era la única que podía saber si ella estaba dando lo mejor de si o no.

-¿Julie?- dijo esta haciendo que todos la miráramos- Julie, ¿estas bien?

Mi amada mate no parecía escuchar a su prima ya que estaba mirando hacia su izquierda, su prima se bajo de su espalda de manera lenta para no hacer que Julia se descontrolara, el iris de sus ojos estaba negro, su piel estaba mas pálida y su mirada perdida en la nada.

-Julia, me estas asustando- volvió a llamarla su prima, se notaba el temor en su voz.

-Julia, amor, ¿que pasa?- dije dando un paso hacia ella.

-No te muevas- dijo la Diosa Terra- un paso en falso y todos moriremos, esta en trance... aun sigue consiente de si, no nos escucha, pero sigue siendo ella.

-¿Que pasa si me muevo?- tenia curiosidad y ella dijo que si daba un paso todos moriríamos.

-Perderá el poco control que le queda y acabaría con todos nosotros- me tense al escuchar eso, si ella llegaba a herir a alguien que le importa se sentiría muy mal- Algo no esta bien.

Julia dio un paso hacia la dirección  donde estaba viendo, cuando iba a dar un segundo paso se torció así misma haciendo que todos nos preocupáramos, sus ojos aun continuaban negros por lo que aun no salia de su trance. Cuando estuvo apunto de caer su prima la sostuvo para que no cayera al suelo, su tía, su otra prima y yo nos acercamos a ella preocupado, ella aun no despegaba la vista del lugar hacia el que miraba.

-Julia, ¿te sientes bien?- la Diosa Terra sonaba muy asustada, los ojos de mi amada comenzaron a cambiar de colores, en un instante eran rojos y otro eran negros, ya no era solo su iris, era todo su lóbulo óptico.

-Julia, amor- me estaba preocupando aun mas y asustando al mismo tiempo.

Sus ojos parecieron volver a la normalidad, pero con un tono mas oscuro que el original, en vez de marrones estaban castaños. Ella me miro por un segundo y en su mirada se reflejaba dolor, me asuste aun mas porque la ultima vez que ella me dio esa mirada fue cuando entro en aquel coma que nos tenia a todos con el alma en un hilo, la noche en la que me aleje de ella como un idiota, me daba miedo que ella volviera a caer en ese estado.

-Jayden- dijo con dificultad para luego cerrar sus ojos.

Creí que ella se había desmayado por lo que la tome entre mis brazos para levantarla, no di ni un paso cuando vi sus ojos abrirse de repente, esta vez estaban completamente negros y se encontraban totalmente vacíos, me quede justo en el lugar donde estaba, ella se bajo de mis brazos y comenzó a mirar a quienes se encontraban con nosotros, parecía estar olfateando algo en el aire.

Ella volvió a mirar en la misma dirección que miraba antes de desmayarse, al dar un paso hacia allí una de las ninfas se movió hacia atrás haciendo que una pequeña rama captara la atención de todo el mundo, yo solo cerré los ojos suspire profundo, esto se iba a poner intenso y alguien tenia que pelear... no quería ser ese alguien pero tenia que hacerlo, por su bien y por el de las criaturas que se encontraban en el area.

Julia camino hacia la ninfa que había dado el paso en falso, la pobre se veía aterrorizada con los ojos de mi Mate y ese miedo podía causarle la muerte, lo demonios se alimentan tanto como del miedo como de las almas de las criaturas mágicas o de los humanos. Cuando Julia se acerco mas a la pobre ninfa no me quedo mas remedio que ir hacia ella para que prestara su atención en mi y no en la pobre criatura.

-Laura, deja la ninfa tranquila- dije un poco mas cerca de ella.

-¿Laura?- su voz sonaba diferente y el que preguntara por el nombre de su demonio me confundió- Laura esta dormida al igual que Julia.

-¿Quien eres entonces?- dije dando un par de pasos mas hacia ella, todo eso lo hacia de manera lenta.

-Yo soy el hambre de ambas, no tengo nombre, no soy un demonio... no soy nada mas que hambre, algo que ambas sienten- su respuesta me dejo atónito... si no era Julia, ni era Laura, eso quiere decir que eran ambas manifestándose de manera inconsciente.

-¿Que es lo que quieres?- volví a preguntar acercándome mas a ella.

-Comer, tengo hambre, necesito alimentarme- ahora ella se acercaba a mi- Nunca había comido nada, he estado ahí, dormida desde el día en que nací... necesito un alma. La de un lobo no estaría nada mal.

-Tendrás que pelear conmigo para obtenerla- dije poniéndome en posición de ataque.

-Sera pan comido, en mi caso, alma comida- dijo sonriendo y mostrando unos enormes colmillos, ¿olvide mencionar que ellos también se alimentan de carne fresca?

Julia se lanzo hacia a mi logrando tomarme desprevenido y golpeándome con una patada en el estomago la cual logro tirarme al suelo, me levante y adopte una posición de ataque, estaba preparado para lo que ella quisiera darme.... lo bueno del caso, tenemos una conección que me hace sentir lo mismo que ella y en ocasiones escuchar sus pensamientos, lo malo, bueno, ella técnicamente esta dormida y no puedo sentirla, es como si ella no tuviera sentimientos estando de esta manera.



#19400 en Fantasía
#40662 en Novela romántica

En el texto hay: vampiros, hombreslobos, dioses

Editado: 07.01.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.