GUSTAVO.
Toco el timbre y mi madre me abre recibiendo con una gran sonrisa.
—Buenas noches, mamá.
—Buenas noches, hijo —ella me da un beso en la mejilla—. Pasa.
—¿Dónde está Javier? —ingreso al departamento.
—Ese gruñón está en la sala.
Camino hacia la sala y ahí está mi pequeño hermano con una cara de pocos amigos.
—¿Por qué estás bravo?
—Porque los burros con quien me toco hacer grupo no sirven para nada.
—¡¡Javier!! —lo regaño mamá.
—Es la verdad. No creo que no puedan hacer una simple maqueta, yo tengo que encargarme de todo... Lo que más coraje me da, es que tengo que peder mi tiempo dialogando con ellos —suelto un suspiro.
—Para cuando es la maqueta.
—Para mañana —anuncia enojado.
—¿Desde cuándo lo mandaron?
—Desde hace tres días... Yo soy el grupo 2 y el que se encargaría de hacer la maqueta dijo hoy que "no podía" y los otros tampoco. Como no tengo opción me toca hacerla a mí, ya que por unos tarados no pienso perjudicar mi nota —en parte entiendo su enojo.
—Yo te ayudaré hacer la maqueta... ¿Ya te aprendiente lo que tienes que dar?
—Me aprendí todo el tema, porque de esos tontos no hay mucho que esperar.
—Terminamos de cenar y hacemos la maqueta.
—Está bien.
Él se pone de pie y me agarra de la mano, y juntos vamos al comedor.
Horas después.
Con ayuda de mamá y del mismo Javier terminamos de hacer la maqueta, lo que más costo fue la pintura, ya que en la noche demora más en secarse.
—Gracias por ayudarme —tengo la intención de acariciarle el cabello, pero con lo quisquilloso que es mejor no lo hago.
—Ve a dormir que ya es tarde.
—Buenas noches, mamá... Buenas noches, Gustavo —él se va a su habitación.
Mamá lo ve ingresar a la habitación y suelta un suspiro.
—¿Qué será de mi niño con ese carácter que tiene?
—No lo sé mamá.
—Gracias por ayudar a tu hermano, porque yo no soy buena pintando y no hubiera quedado tan linda —acaricio la mejilla de mi madre.
—Siempre voy a estar para ayudar a Javier; a pesar de su forma desabrida de ser.
—No le digas así... Tengo la esperanza de que cambie —yo ya perdí la esperanza.
—Hay que esperar.
—Ya es muy tarde Gustavo, quédate a dormir.
—Está bien.
—Buenas noches, hijo —se pone de puntilla y besa mi frente.
—Buenas noches, mamá.
Ella va a su habitación y yo a la que uso cuando me quedo a dormir. Ingreso al baño para darme una ducha rápida y dormir.
[***]
Le escribo un mensaje a Maluli, aunque, no sé si me responda porque es muy tarde... Recibo la notificación y abro el chat.
Buenas noches, Gustavo.
Le mando un sticker y dejo mi celular a un lado. Me dejo caer en la cama y una sonrisa se forma en mi rostro.
Yo siempre le escribo a Maluli, y ella siempre me responde. No he salido con ella desde el día del saco, porque no he tenido tiempo... Pero el viernes la invitaré a salir, espero y me diga que sí.
Al día siguiente.
Desestreso mi cuello, agarro mi celular y le escribo a Maluli. Dejo mi celular en la cama, me pongo de pie y camino hacia baño para arreglarme, tengo muchas cosas que hacer por mi vida.
Me termino de arreglar y salgo de la habitación para desayunar.
[***]
Termino de desayunar, le ayudo a lavar los platos a mamá y regreso a mi habitación. Agarro mi celular y respondo el mensaje de Maluli.
*Alistándome para ir a la universidad, ¿y tú?
**Dándome el último arreglo para llevar a Javier a la primaria.
Ahora que lo recuerdo Magi dijo que estudiaba en Élite.
**¿Tú llevas a Magi a la primaria?
*Se podría decir que sí, es que el chófer lleva primero a Magi a la primaria y después me deja a mí en la universidad.
**Te veo en la primaria.
Ingreso al baño, me lavo los dientes y rápidamente voy a la habitación de Javier.
—¿Ya estás listo?
—Me falta la corbata —camino hacia él y le pongo la corbata.
—Gustavo, ya estoy grande y puedo hacerme la corbata yo mismo —argumenta.
—Eres un enano todavía, grande es cuando estés como yo —él me rueda los ojos.
Le termino de arreglar la cobalta, y le doy una mirada fugaz; está bien arreglado... cuando tenía la edad que tiene Javier, mamá me vestía, ya que ni la corbata la sabia poner.
—Vámonos Javier.
—Sí —dice con aburrimiento.
Javier se despide mamá y yo también. Cojo la maqueta con cuidado y salimos del departamento.
Acomodo bien la maqueta e ingresamos al auto, lo enciendo y me voy rápido porque la quiero ver.
[***]
—¿Qué hacemos aquí Gustavo? ¿En qué momento vamos a ingresar? —pregunta Javier harto de estar esperando.
Llegamos hace unos diez minutos. Estoy frente la puerta de entrada con la maqueta de Javier, no he ingresado a la primaria porque estoy esperando a Maluli, yo de que la veo, la veo.
—¡¡Gustavo!! —me doy la vuelta. Sonrío al ver a Majo como flor de ventana.
El auto se detiene y Majo sale del auto, y rápidamente se acerca a mí saludándome con un beso en la mejilla; también saluda a Javier.
—Eres un niño muy lindo. Te ves tan tierno con tu uniforme —Majo le jala los cachetes.
—Me estás lastimando mi cachete, suéltame —Javier la mira serio y Majo los comienza a apapachar—. ¡Suéltame! ¡¡No me gustan los abrazos!!
Javier detesta los abrazos y eso es desde muy pequeño. Los únicos abrazos que medio tolera son los de mamá y no por mucho tiempo.
—Eres tan lindo Javier.
Javier se ve como un niño dulce y amigable, pero la realidad es otra.
—Gustavo quitamos a esta loca de encima —suplica.
—Maria José, deja a Javier —sale mi bella Maluli a defender a mi hermano.
Majo deja a Javier y ese enano la mira con coraje. Si hubiera un remedio para curar la mala actitud de Javier no me importaría cuanto costará; yo lo compraría.
—Míralo Maluli, ¿acaso no es precioso?
— Lo es, pero tampoco es para que lo moleste.
—Se ve horrible —dice Magi.
—El burro hablando de orejas —contraataca Javier.
—Cavernícola sin corazón.
—Urraca molestosa.
Eso dos no se soportan. Miro a Maluli... hoy está más bella.
—¿Tú hiciste la maqueta?
—Sí... ¿Te gusta?
—Está muy linda.
—Igual que tú —ella se sonroja y desliza su mirada a Majo que la con diversión.
—¡Gus!
NARRADOR.
Angélica saludó con mucha alegría a Gustavo, y él solo le dio una sonrisa de boca cerrada.
—¿Qué haces aquí? —preguntó incrédula.
—Vine a traer a Javier —Angélica miró a Javier.
—Cuanto has crecido, la última vez que te vi tenías 2 años.
Angélica se acercó a Javier e intentó acariciarlo, pero él se alejó de ella. Angélica solo sonrió al ver la reacción de Javier.
—Él es así —manifestó Gustavo.
Maluli vio a los dos y se sintió mal; ella se quiere ir de ahí.
—Entiendo... —Angélica miró a las tres Marias—. Ustedes son las chicas de la fiesta... Un gusto volverlas a ver —Sonrió con amabilidad.
—Tía —la pequeña zarandeo la mano de Angélica. —Rocío, te dije que te quedaras en el auto.
—Lo siento tía, es que ya no quería estar en el auto.
—Está bien. Rocío ve a Javier y camina hacia él.
—Eres muy lindo, ¿quieres ser mi novio? —todos miraron a Rocío y a Javier. Magi al igual que todos esperaba la respuesta de Javier.
—No quiero ser tu novio, no me gustas —responde Javier.
Majo se rió para sus adentros, y Magi lo miró con coraje por rechazarla tan feo, y Rocío lo miró extrañada. Gustavo solo pega la mano en su frente. Maluli está seria y Angélica solo mira con sorpresa al ver como rechazaron a su sobrina.
—¿Por qué no te gustó? Yo soy una niña muy linda —Javier la mira con crueldad.
—¿Quién te ha dicho que eres linda? ¿Quién te dijo de esa mentira?
Majo salió corriendo y entró al auto porque que ya no podía contener la risa. Maluli miro a Javier, pero no pudo decir nada. Magi únicamente negó con su cabeza la horrible actitud de Javier. Rocío se puso a llorar y Angélica se acercó a consolar a su sobrina… Gustavo, él moría de pena.
—Rocío, no le hagas caso a Javier —sugiere Gustavo, pero Rocío no deja de llorar.
—Gustavo, dame mi maqueta que voy a mi salón.
Gustavo sentía el deseo de jalarle las orejas a Javier, pero se lo aguantaba. Maluli al ver la situación se acercó a Gustavo.
—Yo llevare a Javier a su salón.
—Gracias.
Gustavo le entregó la maqueta a Maluli y la mira con dulzura, ella desvió la mirada. Ella analizó a Angélica y sintió de nuevo la sensación de amargura.
—Oye, vamos rápido —pide Javier.
—Sí.
Maluli ingresó a la primaria junto a Javier y Magi. Ella dejó a su hermana en el salón, y también dejó a Javier al salón que le correspondía.
—Gracias por traerme, Maluli.
—No hay de qué... Tu maqueta está bonita, sacarás muy buenas notas.
—Gracias... Maluli, tú me agrada más que la otra chica... no hablo de tu hermana, sino de la tía de esa niña llorona —Maluli sonríe.
—Tú también me agradas Javier, aunque eres muy malo, pero así eres tú y eso te hace único —Javier le da una sonrisa a Maluli.
Era la primera vez que alguien no le pedía a Javier que cambiara de actitud, y eso le agradaba.
—Chao.
—Chao.
Javier ingresó a su salón y Maluli caminó hacia la salida.
Una cabecita verde vio el salón de Javier. —Con razón nunca lo vi, él está en el paralelo I —musitó.
[***]
Maluli salió de la preparatoria y se acercó a Gustavo.—Deje a Javier en su salón —comunicó.
—Gracias de nuevo —los dos se miraron fijamente y Angélica sintió celos al ver esa escena.
—¡¡Gus!!
Angélica se le pegó a Gustavo y
Maluli al ver eso hablo: —Me tengo que ir.
Ella se dio la vuelta, y Gustavo intentó seguirla, pero el agarre de Angélica lo detuvo.
—Gus, ¿tienes pañitos? —quería retenerlo de cualquier forma.
Gustavo vio que Maluli entró al auto y enseguida se fue. Miró a Angélica, a Rocío y le dio una sonrisa.
—Si tengo. Gustavo fue a su auto y le entregó los pañitos a Angélica.
Así no me imagine esto —pensó.
MALULI.
El chófer estaciona, agarro mi bolsa.
— Maluli. — Recién habla Majo, ya que todo el camino vino callada.
— Se me hace tarde Majo.
Salgo del auto, camino a pasos rápidos hacia la facultad.
Cuando Gustavo me escribió que no veríamos en la primaria pensé que iba a hacer un encuentro bonito como siempre, no pensé que ella iba a parecer.
Choco con alguien, me aprieta fuertemente evitando que me caiga... abro los ojos.
— ¡¡Lo siento!! — Dice.
Alzó mi rostro.
— Maria Lourdes.
— Profesor Óscar.
Él fue mi profesor en la secundaria, me llevaba muy bien con él, pero desde esa maldita noche también me alejé de él.
~cerezos ★
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Editado: 25.02.2022