Señor L.
18 de octubre del 2021. 02:10 am
Recuerdo su texto como si me lo hubiera enviado justo ayer:
18 de septiembre del 2021. 9:14 pm TRES MESES
Desde mi cielo- Mago de Oz.
Hola mami.
Cuando empecé a escribirte cartas, honestamente, no creí que llegaría el punto en que las escribiría cuando me hicieras falta, cuando sintiera la necesidad de extrañarte tanto, no quería y no quise ¿Sabes? Y no sé si la vida realmente es injusta o si necesitaba despertar, no entiendo la mayor parte de las cosas que me pasan y tu niñita, lo único que quiere es volver a estar en tus brazos, pero bueno, Dios sabe cómo hace las cosas ¿Verdad?
Te cuento, nos va bien y nos va mal, el impacto, yo no puedo procesar el impacto, a mí me duele mucho tan siquiera pensarlo porque, a lo largo de nuestras vidas recibimos mierdas, recibimos malos tratos y te aseguro que no hay comparación más grande que el hecho de sopesar que realmente te perdí, te perdimos, porque una parte de mí murió contigo.
Y no lo hizo cualquier fragmento de mi alma, lo hizo mi lado bueno, lo hizo mi lado humano, lo hicieron mis pensamientos positivos y a veces me sumerjo en una nube tan gris y oscura que me da miedo no calmar mi propia tormenta, a veces me siento tan… perdida que quisiera decirte muchas cosas que tengo miedo que regreses solo para decirme que lo estoy haciendo mal y que te he decepcionado.
Porque ese es mi mayor miedo fíjate, que, si en algún punto me ves, no puedas ver la niña valiente que formaste, sino que simplemente veas a una niña rota que perdió a su madre y no encuentra la luz.
Han pasado tres meses, tres meses de agonía y por primera vez voy a plasmar lo que sentí ese 18 de junio a esta hora.
Desde que papi volvió a casa, yo casualmente escribía cartas que cuando volvieras te mostraría y te contaría los eventos más importantes que había vivido en tu ausencia, pero al parecer ahora no serán cartas casuales, será toda mi vida la que tendré que contarte a través de textos y no se vale, no se vale que te tuve que perder tan rápido.
Habíamos pasado días regulares, pero respirábamos una tensión enorme, orábamos todas las noches y de vez en cuando papi lloraba porque nadie quería que estuvieras ahí, no lo merecíamos ni nosotros ni tú.
Hubo una noche ¿Recuerdas a Señor L.? En algún punto te lo mencioné. Bueno, entre esos días él me apoyó considerablemente y en una de las noches en la que le escribí, soñé con vos.
Sé que los sueños únicamente son producto de nuestro subconsciente, sin embargo, en mi maravillosa fantasía, tú estabas en el cuarto de mi hermano, de Steven y te vi… y te abracé con tantas fuerzas y mi cuestionamiento aún me sigue doliendo.
—¿Esto es real? — Y aseguraste que sí, juraste que no me dejarías y que realmente habías salido del hospital y creo que al final mi mente tenía una clara idea de que era una advertencia, pero yo no lo tomé así, yo lo tomé como cuando estás en un momento difícil y esa es tu señal de que tocaste fondo y ahora solo vendrán cosas buenas.
No se lo comenté a nadie, no le confesé a nadie que en mis sueños me seguías abrazando y solo ahí me jurabas que todo estaba bien.
Esa noche, habíamos orado, habías tenido una recaída un día antes y aunque ya lo sabía, todo por la estúpida frase de “Prepárense para lo peor” yo me intentaba convencer que no iba a ser así, que sí estarías bien y que por sobre todas las cosas, nuevamente vendrías a sonreír y decirle al mundo que se jodiera, porque tú estabas aquí, demostrando porque eras la mejor mamá de todo el maldito mundo.
Al momento de acostarnos, todos estábamos ya en nuestros cuartos y oímos que papi venía del cuarto, ya que Steven había estado durmiendo conmigo, el venía corriendo y tocó la puerta de Alex ¿Recuerdas que siempre nos burlábamos de él porque se encerraba a hablar con su novia? Bueno, ese día también lo hacía y cuando papi tocó la puerta, simplemente dijo “Es del hospital” y tengo tan grabada la llamada que podría citarla textualmente.
Cuando supimos que algo muy malo o muy bueno iba a pasar, nos reunimos, Steven, Alex, papi y yo.
Le preguntaron a Alex, si él era tu responsable, él dijo que sí y ¿Recuerdas dónde estaba el sillón que llenamos de ropa? Papi se sentó ahí, Steven a su lado y yo me quedé apoyada en la pared mientras Alex se arrodillaba junto a papi e inició mi mundo a derrumbarse:
—Vaya señor Ricardo, su mamá está ingresada en este hospital desde el primero de junio a las 5:30 am, bajo protocolo covid, con una fibrosis quística y desde hace una semana ella se encontraba en el proceso de ventilación, comentarle que desde el día de ayer, ella había empezado a presentar complicaciones, no quería responder al tratamiento y… luego de realizarse todos los procesos de reanimación, su mamá fue declarada muerta a las 7:50. Lo sentimos mucho—
Fue como si mi mundo se hubiera detenido y dentro de mí creciera el dolor, un dolor muy grande que no me dejaba respirar, un dolor tan profundo, del tamaño de un hoyo negro, me sentía tan vacía que mi primera reacción fue caer al suelo donde veía pasar 18 años de mi vida frente a mis ojos, donde veía cada parte de mi ser que te pertenecía, desvanecerse, fue ese momento donde supe que se podía estar muerta en vida y que yo… yo quería irme contigo