Señorita Vanidad

Capítulo 7: "Una gran noticia - La oportunidad que busque"

Una nueva semana de estudios estaba por empezar en la Universidad de Castella, una nueva semana durante la cual Marie, seguiría buscando la oportunidad de acercarse a Gerald Rutbson, ella ya tenía planificada su estrategia para esa semana, no por algo, de manera muy discreta había estado averiguando durante la semana anterior los posibles lugares que Gerald frecuentaría en la universidad.

Por su lado Matheu tras enterarse de la actual situación económica de Marie, estaba dispuesto más que nunca a hablar con ella para brindarle su apoyo incondicional como cuando eran niños, claro además de ello, él había decidido guardarle el secreto, solo él en la universidad sabría su secreto, al menos eso era lo que él creía, pues Richard Hamilton ya lo sabía desde algún tiempo, y también había decidido guardarle el secreto, pero con una diferencia, él creía que un secreto tan importante podría valerle en algún momento para hacer que Marie le devuelva el favor, tal vez con una cita forzada o tal vez un beso, ello aún no lo tenía claro, lo único que sabía era que al fin había encontrado algo con lo cual él podía hacer que Marie le dé al menos una cita.

 

—¿Y esa sonrisa?, ¿A qué se debe? — escucho un joven regordete que estaba sentado en una silla, tras sentir una palmada sobre su espalda.

—Gerald — expreso el joven regordete.

—El mismo — dijo un apuesto joven de cabello claro y ojos azulados, tomando asiento frente a su amigo. Aún no llegan los demás — agregó.

—No — contesto Richard.

—No me has respondido aún — añadió Gerald.

—No se debe a nada en especial — respondió Richard, con calma.

—Por un momento pensé que la chica que te gusta te dio el sí — dijo el otro joven.

—Pues aún no, pero confió en que lo haga en algún momento — agrego el jovencito regordete.

—Así se habla amigo — pronunció Gerald, haciendo una pausa para acotar —Vamos viendo lo del “Festival de Verano”

 

Mientras Gerald y Richard se encontraban en el ambiente asignado para los representantes del Consejo Universitario, en otro ambiente de la universidad, para ser precisa en un pasillo una joven de cabellos claros, un tanto ondulados, se encontraba revisando un pequeño cuaderno.

 

—«En este momento se encuentra en la oficina del Consejo Estudiantil, reunido con los encargados del Festival de Verano. Los encargados del Festival de Verano, son un representante por facultad, y es elegido entre los alumnos más adinerados de una facultad, en el caso de mi facultad fue Richard quién fue designado como representante este año» — pensaba Marie, al tiempo que expreso en voz baja — Si seré despistada, Richard Hamilton, debe conocer a Gerald Rutbson.

 

El pensamiento de la joven se vio interrumpida por una voz que hizo que su piel se escarapelara.

 

—«Es que no piensa dejar de molestarme» — pensó la joven, sin girar a verlo.

—Marieta, Marieta…

—Ahsss — pronunció la joven, sin siquiera mirar al otro joven, solo empezó a caminar en dirección contraria a este.

—Marieta, ¡espera! — dijo Matheu, tomando la mano de la joven, haciendo que ella detenga su avance y gire a verlo, con la mirada llena de rabia.

—Tú no entiendes — expreso molesta Marie.

—Cálmate Marieta, yo solo quiero….

—Tú y yo no tenemos nada de qué hablar, si sigues insistiendo en acercarte a mí, hablare con el rector, para que te expulsen de aquí, además te acusare de acoso en la estación policial —agregaba la joven, haciendo sonreír al otro joven. Y todavía te ríes — agregó.

—Aún molesta sigues viéndote linda, tan linda como tu muñequita preferida, Marieta — dijo Matheu, causando un ligero sonrojo en las mejillas de la joven, que trato de disimular girando su rostro a un lado.

—Insolente, por visto tu pequeño cerebro no entiende que hay niveles — pronunció molesta la joven, luego de ello continuo su camino.

—Será mejor dejarlo así, por ahora — expreso en voz baja Matheu, mientras veía alejarse a la joven.

—Idiota, ¿qué se ha creído para dirigirse a mí de esa manera?, es un insolente, aunque que puedo esperar de alguien de su clase — decía en voz baja Marie, mientras caminaba a paso firme por un pasillo.

—Portman, Portmam….

—«Y ahora qué?» — pensó Marie, deteniendo su andar, mientras giraba a ver a la persona que le hablaba, quién detenía sus pasos como siempre a más de un metro de ella.

—Hamilton, me pidió que te entregará esto — pronunció una joven de cabellos rojizos, extendiendo su mano e inclinándose un poco, para poder hacerle llegar el sobre a la otra joven, sin que esta tenga que hacer el más mínimo esfuerzo para recibirlo.

— ¿Algo más? — expreso Marie, con altives.

—No…

—Entonces, ¿Qué esperas? — dijo Marie, mientras con una de sus manos hacia un movimiento dándole a entender a la otra joven que se fue.




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