«Oh, no, el año pasado todos ustedes querían ser negros y ahora quieren ser gays»
La homosexualidad estaba en el ambiente, como, literalmente. Todos los estudiantes con ropa lujosa y sofisticada, peinados con demasiado detalle y usando accesorios extravagantes —que probablemente nunca habrían usado si no fuera por esa estupidez—, todos influenciados por los medios y creyendo que eran mejores y más "especiales" por el simple hecho de parecer miembros de la sociedad que gustan de su mismo sexo. Estúpido.
Y debo mencionar que cuando digo todos, es todos.
Nos centraremos en nuestros protagonistas, los jóvenes apuestos e idiotas del reconocido Team Craig que esta vez se veían más gays que el propio Big Gay Al, esperando en el salón de clases a que la tortura comenzara pero esta vez con un pequeño detalle: todo el mundo estaba vestido igual y con el mismo propósito, competir para ver quien era más metrosexual. En verdad, no podían ser más gilipollas, pero en cualquier caso, estaban muy ocupados hablando con mucha modestia sobre su ropa, comparando al Team contrario con ellos y, obviamente, alardeando sobre quién era mejor.
Sarcasmo, ven a mí. Claro que hablaban con modestia y más humildes que el propio Jesucristo.
—¿Viste la playera de rejilla que llevaba Stan? —preguntó indignado Craig, haciendo muecas de asco, exagerados, por supuesto, y señalando no con mucho disimulo a la parte del salón donde se encontraba el mencionado, porque como Craig parecía sentirse muy orgulloso de el aire de diva que emanaba con sólo mirarlo y su cinismo había aumentado aproximadamente un mil por ciento —aunque no fuera posible porque, en primera, estamos hablando de Craig Tucker, el mismo y único que existía en South Park y eso quiere decir que su cinismo siempre estaba a tope, y segunda, la misma palabra lo dice, cien-to, no mil—, eso no era suficiente para demostrar su superioridad.
—No le pega para nada —espetó, mirando a los integrantes de su séquito de putas, sin ofender, claro, con una mirada inquisitiva como preguntando "¿Qué dirán ahora, perras?"
—¡Para nada! —respondió con un mohín Clyde, moviendo sus manos de manera grácil, como solía hacerlo, pero ahora menos espontáneo y más forzado— Con esa personalidad de estúpido que tiene... debería cambiarlo por ropa hecha de poliéster, como su amigo Kyle —dijo para reír con burla después seguido de sus amigos.
Oh, Clyde. Tan guapo como siempre pero ahora tan... idiota. Más de lo normal, ¡sólo faltaba mirarlo un segundo para darse cuenta! Con esos lentes pasados de moda que según él eran "vintage", dios santo, y su cabello con un color turquesa que lo hacía resaltar más, aunque no tanto porque su actitud era la misma a la de todos los demás.
—¡Escuché eso, puto! —exclamó a sus espaldas un enfadado Stan metrosexual, levantándose de su asiento porque el profesor ya estaba tardando un poco y parecía que las cosas se iban a calentar. En todos los sentidos— ¡¿Tienes algún problema?! —espetó con desagrado y furia, porque continuaba siendo el Stan que todos conocemos, siempre metiéndose en problemas y, aunque no tomando tanto como antes pues eso era igual de ridículo que la moda que todos llevaban a cabo, sí seguía siendo igual de agresivo y... ¿cómo decirlo? Gilipollas. Sí, esa es la palabra.
—El problema lo tienes tú, cariño —dijo su rival con un tono meloso, y claro que lo hizo con toda la intención del mundo. Sé que lo amas, Craig, yo lo sé—. ¿A quién crees que sorprenderás con esa ropa barata? Es obvio que no eres tan metrosexual como dices —dijo, provocativo, para darle la espalda y terminar lo que había empezado—. Deberías cambiarte de ropa, porque eso no combina para nada con tu estupidez.
Se mamó. Aquí es donde le decimos adiós a Craig; fuiste bueno —y mucho, si saben a lo que me refiero— mientras vivías, hijo mío.
Sin pensarlo ni un segundo, Stan salió disparado a la dirección de Craig y... lo mató. Está bien, no, aún no, pero exacerbado o, como los plebeyos dirían, enfurecido, lo tomó por el cuello de la camisa y en un ataque de ira —porque, vamos, ¿qué es mejor que poder iniciar una pelea con la persona que odias y amas en secreto sin cargar con toda la culpa?— lo levantó con fiereza y nada de delicadeza para decirle en un tono neutral y casi un susurro—: ¿Qué dijiste?
—O-oigan, paren —titubeó Clyde dudoso, no era su problema que Craig estuviera a punto de ser golpeado hasta la muerte si nadie intervenía pero ¡su peinado se arruinaría! Y se veía demasiado bien, dios—. Craig, ¡se ensuciará tu ropa! ¡Y tu pelo! —se quejó, seguido de un grito ahogado de parte de Tweek y Token y algunos «¡Es cierto!» y un «¡Craig, no!»
—¡Él comenzó y él terminará! ¿O no? —preguntó con una sonrisa ladina Stan, parecía divertido. Yo también lo estaría, y lo estoy, la escena perfecta para que esos dos demuestren el aprecio que se tienen— ¿O será que quiere disculparse para que no arruine su precioso peinado?—preguntó con burla mientras Kenny y Cartman veían de lejos, al igual que Tweek y Token.
—¿Disculparme? Ni en sueños —dijo con todo el cinismo y descaro que pudo—. Además, no soy sólo gay, ¡soy sodomita! —Y ahí fue donde, de verdad, Craig murió. Vayan a comprar las flores de una vez.
Stan, iracundo, sólo lo golpeó con una mano mientras con la otra continuaba tomándolo por la camisa, Craig le imitó y así en un ciclo donde ambos saldrían golpeados y magullados, pero ¡oh! Kenny, ¿qué haces? ¿Odias a Craig tanto como Stan? Adelante, ¿que tú no puedes morir, verdad?
Pues, Kenny el valiente intervino ¿tomando a Stan de los hombros? Eso sí no me lo esperaba, pero como Craig es bien maricón, maricón de los buenos y de los que saben pelear, lo golpeó también por el simple hecho de ser amigo de Stan. Y ahí sí se armó, porque Kenny sabe pelear mejor que Craig.
Ustedes ya saben qué pasó, se mataron entre sí y ahora vamos a otra escena. Transición cool aquí, por favor.