Quiero bajo la sombra de un tala
expresar mi llanto de dolor,
a la niña piel porcelana ¡aquella!.
Me dio a beber de su amor.
Yo acaricie sus manos de seda,
besé su boca uvas en racimo.
Ella con lisonjas, sutil me enredaba.
Amé sus curvas a la orilla del camino.
Ella juró por su santo ser para siempre
¡Mi mujer! Mi flor de dulce encanto...
¡Cómo me viniste a joder!
Tu sabías que de la vida
un amor ya no esperaba.
No me dijo que estaba casada.
¡Maldita por haberme mentido!.
¡Ojalá! Vivas atormentada
por jugar ¡conmigo y tu marido!.