Ser un intelectual o un artista,
artista sin dudarlo.
Mi vida forma parte del arte, no del conocimiento.
Soy expresión, no razón.
Soy caos, no orden.
Mi pincel se mueve al son de rítmicos sonidos
que suben y bajan
no de estructuras infinitas calificadoras de la realidad.
No podría vivir entre libros teóricos,
prefiero vivir en las calles entre cuadros de arte.
Entre la creación misma, no en el estudio de ellas.
Reniego de las formas, pero no del contenido.
Estoy cansado de engañarme a mí mismo,
pero estoy condenado a seguir en la mentira.
Porque el arte, a pesar de lo hermoso que es,
se ha perdido en el tiempo.