Ser parte de ti

Capitulo III. La puerta abierta

Tres meses antes

– ¡Joder! Que se me ha hecho tarde, ya es la hora en que la habíamos  acordado pero Anthony aún no viene, ¿sera que estará esperando a que vaya por el o mejor lo espero? ¿me cambio? ¿me voy así con el vestido amarillo o me pongo el otro? ¡Venga! Que me he arreglado y me iré con el vestido amarillo, sin esperar más.

Pero me pregunto —¿que pasa con Anthony? ¿por que no vendrá? — Me cuestionaba demasiado que me quedé sentada en el sofá, con mi dedo pulgar en la boca mordiendo mi pequeña uña.

— ¡Pas!— ¿Que? ¿que ha sido eso? Proviene del departamento del frente, pero si el único departamento de frente es de… ¡Anthony! ¿le habrá pasado algo?.

Camine hacia la puerta de mi departamento y salí sigilosamente, yendo de punta en punta de mis pies, iba con tranquilidad, pero con la intriga.

Me percate que la puerta del departamento de Anthony estaba entrecerrada. No es que la curiosidad me haya ganado, abrí un poco más la puerta, acercándo mi ojo. Maldita soy si me llega a descubrir que lo estoy espiando; me seguía inclinando más para tener un mayor campo de visión sobre lo que escondía o lo que había pasado dentro de su departamento. No veía nada a simple vista, tan intrigada estaba que pasó el pensamiento por mi cabeza de entrar por completo, lo dudé, lo analice, lo respire y apreté el puño.

Fui abriendo más la puerta hasta el punto donde ya pudiera entrar, una vez dentro di vuelta y coloque la posición en la que se encontraba la puerta, continúe dando pasos sigilosos, recorrí cada habitación del departamento con la saliba atorada en la garganta, con el miedo que paralizaba a mis piernas, el recorrer todas esas habitaciones no sirvió de nada 
- ¡Diablos! ¿donde estará metido? ¿si no está aquí donde estará?— exclamé aún mordiendo mi uña del pulgar.

- ¡¿Cristina?! ¿te encuentras ahí? — Se escucho la voz de Anthony en el pasillo.

- ¿Que hago ahora? Estaré toda apenada que Anthony me vea salir de su departamento — Vamos Cristina, se te tiene que ocurrir algo, no tengo mucho tiempo— era lo único que podía pensar, al paso de este miedo y estás piernas temblorinas estaré más que muerta.

Al fondo del pasillo para las habitaciones del departamento se encontraba la habitación de Anthony, mi mente en blanco y yo siguiendola, dimos pasó apresurado hasta entrar a su habitación. Quede asombrada por el color de las paredes, era de un rosa agradable, que puedo usar un día como burla si es que logro llevarme bien con Anthony. Seguía persistiendo el pensamiento​ de cómo salir de ahí.

Rápidamente tome las puertas de su clóset y saqué una camisa negra, me la coloque. Grande, pero grande que me quedaba, me vi al espejo que estaba junto, y en verdad que me daba bien esa camisa. Volví a mi pasó apresurado saliendo de la habitación sin antes dejar tomadas unas gafas negras del tocador y poniéndolas en mi. Salí lo más rápido posible del departamento de Anthony, pase los dos metros del pasillo, voltee rápido a la derecha y vi ha Anthony con una cara de felicidad que soltó la carcajada nada más de verme, entre a mi departamento cerrando la puerta y con la pequeña curva de mi boca que aguantaba toda un carcajada, era imposible no soltarla.

Tanto la risa de Anthony y la mía estallaron casi al mismo par que entonabamos una sola, proclamando en nuestros seres que desde ese momento nos llevaríamos de lo mejor, la felicidad y la comodidad estaba presente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.