Jueves, 15 de diciembre de 2022.
05:30 horas.
Keaton llegó al edificio bien entrada la mañana, ni siquiera había rastro de luz todavía. Al llegar a su piso se paró un momento frente al departamento de Ruby, deseaba verla, se preguntaba si se había preocupado, si estaba molesta. Su teléfono se había descargado estando con su tío, mamá y hermano y no le había avisado a Ruby que no iba a poder llegar.
—Ruby...
Los nudillos de Keaton tocaron la puerta. Mantenía una sonrisa melancólica en el rostro. Desde que empezó diciembre todas las noches las pasaba con su Ruby y se sentía mal de no pasar esta noche con ella y más aún sin saber que tenía en la cabeza ella en estos momentos, ¿Cómo se sentiría?
Sin embargo, pese a todos los sentimientos que abordaban a Keaton, cuando se dió la vuelta, la puerta fue abierta. Se volteo lentamente y ahí estaba su Ruby, tenía los ojos rojos, marcas en sus mejillas de que había llorado. Se sintió terrible. Ella no había estado bien y él no estuvo ahí. ¿Lo peor? Logro ver un poco para dentro del departamento y tampoco estaba bien.
—¿Ahora fue que se te ocurrió aparecer? —pregunto con ironía y formó una sonrisa irónica en su rostro.
—Ruby, yo...
—¡Tú, nada! ¡¿Dónde estabas?! —le alzó el tono de voz. Ruby era, probablemente, la única persona que le alzaba la voz a Keaton y no tenía una consecuencia de aquello, bueno, es la mujer que él siempre ha amado —¡Estuve llamando te, mandándote mensajes y no tuviste la decencia de avisarme dónde estarías! ¡He..! —la voz de Ruby se trabó, impidiéndole hablar.
Él la abrazo.
—Lo lamento. Te juro que lo lamento, yo te lo voy a contar, pero cálmate.
—Ve-te... —logro decir luego de empujarlo y entrar al departamento. Keaton puso su mano, ganándose una herida.
—Ruby, no me iré hasta que me escuches —pidio, aguantando el dolor.
—Hoy me pasaron muchas cosas, Keaton, y la verdad no quiero verte. No ahora —abrio la puerta para que él sacará la mano. Contrario a eso Keaton la agarro entre sus brazos y sin soltarla se puso de rodillas —¿Ahora que haces? Vete, Keaton.
—Solo escúchame... —suplico.
—¿Y te irás? —Keaton asintió —Bien, habla —Ruby lo miro con nuevas lágrimas bajando por sus mejillas.
—Estuve con mi tío, mi mamá y Marcus resolviendo unas cosas, el teléfono se me descargo y no pude avisarte —evadio el tema de que mataron a los que le provocaron el pre infarto y casi la violan si no fuera por Eden.
—Entiendo —Ruby asintió pasándose la mano por la cara —Está era tu sorpresa... —se alzó poco a poco la blusa dejando ver la frase que él le había dicho, la que ella se tatuó.
Eres lo mejor que me ha pasado. Entre la vida o a ti, te elijo a ti. Tú eres mi sol, mi luz, mi luna, mi oscuridad. Eres mi más grande perdición y mi más anhelo deseo, y tenerte entres mis brazos es como un sueño del cual no quisiera despertar.
—Keaton A. Holmes C.
Keaton leyó de inicio a fin unas tres veces, sin poder creerselo, hasta que Ruby se bajó la blusa.
—Ahora, sí, vete
—Ruby...
—Escucha, Keaton, yo necesito un voto de confianza —lo alejo —Necesito que me digas dónde estás, se que me ocultas algo, lo veo en tus ojos y tengo mucho miedo de saber que es —entrando a su departamento le cerró la puerta a Keaton.
☃️☃️☃️
Ruby paso el día hechada en su departamento, se preparó unas palomitas y no se tomó el jugo porque no había, Keaton al no estar anoche no se lo había preparado, extrañaba sus jugos, sus desayunos, sus abrazos, a todo él. Su desayuno fueron unas palomitas. Se imagino a Keaton regalando la por eso, él nunca hubiera dejado que ella desayunara palomitas.
—En fin, quién sabrá cuando estaré lista para verlo nuevamente —dijo al aire, sabiendo que nadie la escucharía.
Tock... Tock...
Deseando que fuera Keaton, se paró del mueble y fue a abrir la puerta, llevándose una decepción.
—Ah, ¿Qué quieres?
Al abrir la puerta se encontró a uno de los hombres de confianza de su padre. Lane Price.
—Hacer un trueque —dirigio su vista hacia adentro —¿Puedo pasar?
—¿Un trueque? —arrugo la cara —¿De que? Dile a mi papá que no venga a hechar vaina —cerro la puerta, siendo detenida por un pie de Lane —Ayy, largo! —chillo.
—Quiero la ubicación de Eva Black a cambio de información de su madre —Ruby soltó una risa sarcástica. Paso a su casa y Lane detrás de ella, cerrando la puerta.
Ruby se sentó en el mueble mirándolo con los brazos cruzados debajo del pecho.
—A mi no me interesa saber nada de esa mujer, lo sabes muy bien, todos lo saben —solto con amargura.
—Esto le interesará —Ruby alzó una ceja —Su madre, Elsie de Cole tuvo gemelos, una niña y un niño.
—¿Qué dices?
—Y son de su padrino, Adam Bennet —Ruby se pasó la mano por el pelo.
—Debe ser una broma. Me niego a creer esto —lo miró buscando algún rastro de mentira, sin embargo no había ninguno.
—Usted y su hermana Ariana tienen a dos hermanos, una niña y un niño —se sentó a su lado —Estan a tres días de cumplir el mes y no son tratados bien, se encuentran en muy mal estado de salud —Ruby apretó el mueble con sus manos.
—Esa mujer no nos supo cuidar a mí y a Ariana como para que tenga gemelos y más ¿De mi padrino? ¿Estás seguro, Lane?
—Puede averiguarlo con el joven Kealton —se paro lentamente del mueble dirigiéndose hacía la puerta del departamento esperando a ver si Ruby tenía otra consulta, pero ella quedó con el labio sangrando de tanta rabia que tenía contenida.
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Editado: 22.12.2022