Cuando baje a desayunar ya todos estaban en la mesa, Nina tenía un mejor semblante, don José me miraba con esa mirada pícara y Adrián... pues él se había puesto de pie para apartar mi silla para que me sentara.
Lo miré y me agrado verlo vestido más casual ya nada de la ropa que usaba para ir a trabajar, sabía que la había elegido Alexa y quizás por eso él ya no la usaba.
- Buenos días Eloise - me sonrió y yo le devolví la sonrisa, se veía tan guapo.
- ¿No besaras a tú esposa hijo? - rápidamente miré a don José que tenía una sonrisa de burla y me miraba retador... bien, pensé, Don José se iba a dar cuenta que no era ninguna cobarde.
Levante el rostro y miré a Adrián que descendio lentamente y rozó mis labios cuando se iba a apartar abrí mi boca y atrape la de él, fue un beso profundo, pero corto, mi cuerpo temblaba, los besos de Adrián era tan electrizantes.
Él se aparto pude notar que sus manos temblaban así que sonreí, no solo yo me sentí afectada.
- ¿Satisfecho querido suegro? - Don José tenía una gran sonrisa de oreja a oreja.
- Satisfecho mi querida nuera - Adrián miró a su papá y luego a mi -¿Paso algo hijo?
- Nada papá - se sentó y comenzó a desayunar.
- Yo quiero un amor así - Adrián dejó sus cubiertos y miró a Nina con el ceño fruncido.
- Eres muy joven para pensar en eso.
- Que no lo soy Adrián, ya no somos unos niños para que me sigas vigilando, tengo edad para casarme.
Don José puso su cara en su mano que la tenía apoyada en la mesa, miraba a sus hijos discutir creo esa era muy común entre ellos.
- Eres una niña Nina, además no he conocido a alguien que valga la pena para ti.
Nina se cruzó de brazos molesta
- Jamás alguien ha sido bueno para ti, tengo el mismo derecho que tú.
Ambos hermanos se miraban desafiantes, suspiré y seguí comiendo, pero el pleito no había terminado.
- Eloise jamás le des una hija mujer a Adrián - senti que enrojeci - No la dejará salir y si lo hace él irá con ella, porque es un celoso.
Don José soltó una carcajada.
- Nina -Adrián la miró molesto - Lo hago porque te amo y quiero lo mejor para ti.
- No existe nadie mejor para ti.
- Bien esté pleito ya me lo sé de memoria, desayunen, no te preocupes hija ahora Adrián estará más distraído con su esposa y el nieto que deseo, así que te dejará en paz.
Sentí que casi me ahogue con mi vaso de agua, Don José sabía que era una boda falsa, no podía pedir nietos.
Adrián preocupado se puso de pie y daba golpecitos en mi espalda.
- ¿Estás bien?
Asentí y miré a Don José que no abandonaba la sonrisa.
- Bien terminen su desayuno, le he pedido a Adrián que cambie tus turnos, que sean sólo en el día, para la noche que haya otro ayudante para el chef.
Los miré a ambos.
- Pero yo sé como trabaja Adrián con los platillos... - Don José me interrumpió.
- Mientras el restaurante no esté a nombre de Adrián, él llevará la administración del restaurante, el nuevo chef es quien está al mando de la cocina.
Me mordí el labio y miré de reojo a Adrián quien tenía tensa la mandíbula, Don José al parecer aún no pasaría el restaurante a nombre de Adrián, quizás por que sabía que la boda no era real.
- Nos vamos Eloise - asentí, miré a Don José que me sonrió y luego a Nina que seguía molesta, pero al verme me sonrió y me lanzó un beso en el aire, a Adrián le saco la lengua.
- Muy madura Nina - Adrián puso su mano en mi espalda y me ayudo a salir de la casa.
Suspiré esperaba que no hubiese ningún problema con el nuevo chef.
Adrián
Un día algo pesado, me molestaba no estar en la cocina preparando los platillos famosos del restaurante, mi padre me tenia castigado prácticamente al encerrarme en la oficina.
- Señor - miré a Mario que traía cara de preocupación.
- Otra queja por la comida del chef?
Él negó.
- Es la señora Santos...Eloise - me enderece en mi silla.
- ¿Qué pasa con ella?
- Vino un hombre a buscarla, sabe que es su hora libre - apreté fuerte los puños.
- ¿Dónde está? - me levanté rápidamente.
- Están en la playa - salí furioso de la oficina. Habíamos comenzado tan bien el día con un delicioso beso y estaba siendo arruinado por ese tipo que no se daba por vencido, a lo lejos miré a Eloise, sus pantalones anchos los había enrollado hasta la rodilla para caminar a la orilla, el tipo ese se reía.
Me costaba caminar en la arena, pero mi mirada estaba clavada en la pareja.
Cuando me acerque pude escuchar al tipo.
- Dejame decirte que así natural sin maquillaje eres preciosa.
Eloise lo miró y le sonrió.
- Gracias Damien.
Así que ese era el maldito Damien.
- Eloise - la llamé mientras me acerqué a ellos.
Ella me miró.
- Adrián no he abandonado el trabajo es mi hora libre.
Frunci el ceño molesto y miré al tal Damien que también me miraba.
- ¿Quién eres? - le pregunté molesto al tipo.
El me miró con una sonrisa burlesca.
- No tengo por que darte explicaciones - el apretó los puños.
Ambos nos miramos como rivales, Eloise nos miraba a ambos.
- Claro que sí, por si no lo sabes Eloise es mi esposa - ella me miró molesta, acababa de jugar sucio, pero no me importaba.
- ¿Cómo así que Eloise es tu esposa?
Editado: 04.01.2022