Eloise
- Te ves preciosa - miré a Nina a través del espejo, era mi hermana pequeña pero debíamos callar, no poder decirle nos estaba matando a las tres, mamá se sorprendió un poco al saber la noticia de Nina pero lo aceptó, mis tres hermanas estaban preciosas, serian mis damas de honor.
Lena nos reunió para que nos tomaramos una foto antes de caminar hacia el altar, Nina se hizo a un lado, la miramos.
- Pero Nina, apresurate para la foto - ella nos miró avergonzada.
- Lo siento, pensé que era una foto de hermanas - nos miramos entre nosotras, claro que lo era, sólo que ella no lo sabía.
- Tú eres como nuestra hermana menor así que ven - Lena como siempre de mandona - Vete haciendo a la idea que tienes tres hermanas.
Ellas nos miró con una sonrisa.
- Gracias, me hubiera gustado tener hermanas, Adrián es buen hermano pero es un hombre - se acercó y nos acomodamos para la foto.
Mi madre nos miró y sonrió, era feliz ya que creo que en el fondo penso que yo jamás me casaría pero ahí estaba yo, vestida de novia con un esposo celoso, posesivo que me amaba con locura como yo lo amaba a él.
- ¿Lista mi niña? - para que no hubieran celos, de un brazo me llevaría Don José y del otro Don Victor.
- Si don José ya estoy lista - el besó mi mejilla.
- Me siento orgulloso de ti mi niña, con tu sencillez, tu autenticidad conquistaste a mi hijo- lo miré y le sonreí, mi padre jamás me dijo palabras bonitas.
- Gracias Don José por aceptarme en su familia.
Nos abrazamos.
- Eloise, apresurate que Adrián hará un hoyo en la playa - Sébastien entró y me miró con una linda sonrisa - Preciosa querida cuñada.
- Vamos - Sébastien sacó del brazo a Lena, Max entro para tomar del brazo a Elena. Nina se mordió el labio, se sentía incómoda por que saldría sola pero Damien hizo su aparición, solté el aire al ver que él llegaba por Nina.
Me ayudaron a salir y pude ver a Adrián caminando de un lado a otro en el altar, cuando escucho la marcha nupcial se detuvo y clavó sus ojos en mi, nos sonreímos. Mis hermanas empezaron a avanzar con sus parejas, yo iba caminando junto a estos dos grandes hombres que habían llegado a mi familia para cuidarnos.
Cuando llegué junto a Adrián él me tomó de la mano y me besó suavemente en los labios.
Toda la ceromonia para mi fue un sueño, Don José nos tuvo que mostrar el acta de matrimonio. Cinco años enamorada en silencio de Adrián y sin esperanza que se fijará en mi pero todo cambió con la exigencia de Don José para entregar el restaurante a Adrián. Cuando nos declararon marido y mujer su beso fue posesivo pero ya me estaba acostumbrando.
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Don José
Me senté y miré toda la fiesta con una sonrisa, mi hijo al fin era feliz con una buena mujer, Alexa aunque deseara molestarlos no podía el contrato que firmó se lo impedía, solo estar a 100 metros de Adrián o Eloise y yo me convertía en su acreedor y debía pagarme en menos de un día la suma que yo pagué, si era lista se mantendría alejada, ella ahora me conocía y sabía que era capaz.
- José - sonreí a Magdalena - Ve a bailar aún estás joven.
- Disfrutó viendo a los jóvenes bailar - sonreí.
- Necesitas una mujer en tu vida -sonreí con picardia no creía que Magdalena estuviera para esos trotes - No seas pendejo, esta preciosura sólo ha sido de un solo hombre y así será hasta el día que me toque reunirme con él, habló de mi hija -frunci el ceño Andrea era una belleza pero estaba comprometida - Si serás menso José, no sólo tengo a Andrea como hija, nosotras las Evans somos una belleza y mi hija Antonieta no se queda atrás - enarque una ceja, Magdalena tenía razón ella aún por la edad era una mujer guapa y me imaginaba que había roto muchos corazones en su juventud - Antonieta es viuda, mi pobre hija no tuvo hijos pero te aseguro que la conoces y veras la buena mujer que es.
- Bien, cuando me la presentes te digo - iba a ponerme de pie pero Magdalena me detuvo
- Tienes suerte ahí viene.
Me senté y suspiré, la verdad no tenia ningún deseo de conocer a nadie, primero eran mis hijos.
- Mamá ¿te sientes bien?- su voz me encantó, me giré y me encontré con una rubia diminuta era preciosa, sus ojos eran azules ahora entendía a Adrián cuando decía que la mirada de Eloise le recordaba el cielo mismo.
- Mira Antonieta, él es José Santos el padre de Adrián- la preciosa Antonieta me miró y sus mejillas se tiñeron de rubor, vaya me sentía halagado, yo sabía que aún a mis sesenta y tres años estaba guapo.
- Mucho gusto Antonieta - estreche su mano y sentí mi corazón calentarse después de catorce años en que quedé viudo.
Magdalena se levantó con su bastón y al pasar a la par mía me murmuró.
- Te lo dije, pareces un colegial con la baba de fuera por mi Antonieta - ahora era yo él que se sonrojo porque estaba seguro que Antonieta había escuchado.
- ¿Bailamos? - ella asintió.
Llegamos a la pista y por primera vez después de mucho tiempo volví a sentirme hombre y no solo padre.
Adrián
Cargué a Eloise y la subí al barco en brazos.
- No quiero caer Adrián - sonreí, saludé al capitán y la lleve a nuestro camarote - ¿Navegaremos?
- Si mi amor pero sólo será por una semana - la deposité en la cama.
- Siento que esto es un sueño Adrián, creo que despertaré y todo será igual.
- No mi amor esto es real, me siento feliz porque eres mía toda mía - enarcó una ceja y me miró a los ojos.
- ¿Ya te había dicho que eres celoso?- asentí.
- Si pero no puedo evitarlo - empece a desabotonar su vestido que tenía como mil diminutos botones - Dios Eloise, mi padre no pudo elegir un vestido que no tuviera tantos botones.
Ella sonrió.
- Creo lo hizo a propósito - me perdí en su mirada y su sonrisa.
- Creo que en el fondo le agradezco a Alexa por la idea que tuvo de fingir que eras mi esposa - mordí su labio inferior - Te amo Eloise Santos.
Editado: 04.01.2022