III

Septiembre 2014

‘‘Él está sentado en una silla de ruedas mirando el cielo y yo estoy parada desde lejos mirándolo por una ventana siento como si los minutos fueran horas eternas, porque lo miro a él envejecer, veo a Santiago’’

Me despierto alarmada, ha sido un sueño muy raro ¿Porque soñé con él?, sería bueno que me prestara atención, pero ni la hora me da. Me levanto de la cama, es martes por suerte tengo clases en la tarde.

''Que te cuento día'', me cambiaron de colegio hace un año y es uno público, cuando ingrese, los primeros días tenía que ir con unos vaqueros de color azul, una blusa blanca y un saco de lana azul oscuro ya que no había uniforme ‘‘todavía’’, pero ahora ya lo hay y no es muy bonito. En el colegio que ahora estoy se llama "Valle de la Colmena "  hoy inicio el segundo año de bachillerato y extraño a mis compañeras del anterior, no las veo mucho, solo rara vez a" Elena" para que les voy a mentir, ni tanto.

Cuando estaba en noveno curso se retiraron muchos y en décimo estaban los que se quedaron, hasta "Santiago" se retiró, cuando iba a comenzar el noveno grado me hice bien amiga de Crislla y Elena también de una chica llamada Tina solo éramos tres chicas y ocho chicos en el salón, pero para el  bachillerato me cambiaron cuando iba a iniciar mi primer año de preparatoria porque no querían seguir pagando pensión y bueno llegue a este colegio público, me salió un cupo. Increíble.

El primer día de clases me daba vergüenza, mejor dicho estaba tímida porque no sabía dónde era mi curso, había muchos paralelos para ser el primer año además cuando me tocaba formarme no sabía dónde era, lo más sorprendente era que lo volví a ver, a Santiago.

Cuando estoy lista para irme al colegio mi madre dice que nos va a ir a dejar a mí y a mi hermanastra, como nos cambió a ambas la idea no me gusto para nada, pero me toco acostumbrarme a verla muy seguido en el colegio, no puedo creer que este sea su último año en la escuela primaria y pronto iniciara la etapa colegiala. Y así seguirá avanzando hasta culminar.

**

En el colegio…… sentada en mi banca, miro hacia la puerta entrar a mis compañeros de clase, observo con mucha determinación  y no son  simpáticos después de todo, después  veo que entra el maestro y se dirige a su escritorio de siempre, tiene una cara muy seria para ser joven, veo que deja sus cosas e inmediatamente esta frente a nosotros.

- Hola chicos, soy el maestro de Biología.

Dos horas después estoy sentada pensando con quien debería hablar pero parecen que ya todos se conocen, así que no me llevo con ninguno “todavía”, como nos cambian cada año de paralelo es obvio, pero como falte  el primer día de clases y me confundí que puedo esperar. – ¡Qué mala suerte la mía! - de pronto una chica me habla y  giro a mi derecha  para prestarle atención – hola- me saluda.

- Hola- le devuelvo el saludo.

- ¿Cómo te llamas? – una simple pregunta.

- Isabella y ¿tú ?– le pregunto igual.

- Daila – extraño nombre.

-Ah y ¿tú eres nueva en este paralelo o ya conoces a alguien de aquí?

-No conozco a nadie en este salón.

- Estamos iguales-le sonrió amigablemente.

**

Abril 2015

Estoy parada en el bar de comida. Le observo de lejos y noto que él  está muy cambiado; su corte de cabello es distinto al que tenía hace tiempo, ahora lo tiene muy clásico y le sienta súper bien, en la altura es diferente parece que ahora mide un  metro ochenta, luego siento que me regresa a ver dónde estoy parada pero rápidamente regreso la mirada a un lado y noto en cambio que hay un hombre parado que está mirándome, es muy atractivo esta vestido ¡raro! para decir la verdad tipo de los años cincuenta. Va vestido todo de negro con su chaqueta de cuero, parece un rebelde sin causa seguro ha de estar en sus veinticinco años, además ¿porque me mira así? parece enojado, le miro a los ojos y los tiene de color verde azulado y su cabello es castaño oscuro y su cara es un poco larga. Viéndome así hace que las piernas me tiemblen de repente, así que decido darme la vuelta y marcharme para no verlo.

Ahora  en el salón de clases mi mente no deja de pensar en  Santiago, después en el chico desconocido y en que debo poner atención a la clase de matemáticas, el maestro termina de explicar y pide que se acerquen a presentar el deber por fila, para rematar la mía  es la tercera y soy la primera del asiento, hasta que llegue mi turno me doy la vuelta y le hago la conversa a mi  compañero, ahora que me llevo bien con algunos de mi curso puedo pedirles con confianza.

-¿Qué haces Fernando? – le pregunto en un tono divertido.

-¡No vez!, comprobando los resultados de los ejercicios del deber que mando el profesor –parece que está apurado. Tonto.

-¡No me digas! estas copiando – sabe a lo que me refiero.

-JaJaJa no te hagas que tú también copias –me dice con sarcasmo y señalándome con el dedo.

-Cierto pero solo en los deberes que son con números como matemáticas, química, física y algún otro deber que no pueda –le digo corrigiéndolo y riéndome de mi misma.