Ring, ring, ring. El teléfono sonó, y Dorian se levantó para contestarlo. La llamada provenía de su tía, y al verificar la hora temprana, se apresuró a atenderla.
Dorian: Hola, tía. ¿Qué pasa?
Estela: Sobrino, hay una reunión familiar importante. Debes llamar a un chofer para que te recoja afuera de tu residencia.
Dorian: Está bien.
Tras colgar, se vistió con ropa formal, consciente de que en la mansión Thereon solían congregarse para discutir asuntos políticos y familiares. Era una responsabilidad que antes recaía en su padre, pero ahora recaía en él. Aunque le resultaba tedioso, sabía que era obligatorio como miembro de los Thereon.
Al llegar a la mansión, se apresuró hacia la sala de reuniones donde ya estaban reunidos sus familiares. Entre ellos se encontraba su tía Estela y otros parientes lejanos que vivían fuera de la capital.
Estela: Bueno, hoy nos encontramos reunidos para abordar varios temas, y el primero de ellos es el lamentable fallecimiento de mi hermano menor.
Finalmente, podré obtener más información, pensó Thereon. Sin embargo, surge un problema: ¿qué se sabe realmente sobre la muerte de mis padres? Hasta ahora, solo tengo conocimiento de que la información está clasificada como alto secreto. Mi tía, por su parte, no deseaba que me enterara por su intermedio. Por ello, toma la palabra Jeremías Thereon, quien ostenta el cargo de gobernador de la región Holy Ground.
Jeremías: ¿Qué sabemos sobre el tema? Espero que la policía imperial esté obteniendo resultados favorables.
Estela: Lamentablemente, no se ha encontrado al asesino ni ningún indicio que conduzca hasta él.
Un silencio sepulcral llenó la sala hasta que una señora de edad avanzada golpeó la mesa. Era Alejandra Thereon, una erudita y maestra en diversos campos, quien crió a mi padre y a mi tía cuando eran jóvenes antes de irse al extranjero, a vivir en el país vecino de Fedex.
Alejandra: Esto es inaceptable. Este acto, seguramente, fue planeado por alguien con influencia.
Estela: No saquemos conclusiones precipitadas.
Mauricio: Yo examiné el expediente del caso, y resulta sorprendentemente agresivo, como si fuera motivado por el odio más que por razones políticas.
Todos en la mesa coincidían con la hipótesis de Mauricio. Nadie mencionaba la peculiar vestimenta de mis padres ni el escudo modificado de la familia.
Dorian: Si me lo permiten, quisiera intervenir. Cuando encontré a mis padres sin vida, noté una vestimenta peculiar y que el escudo familiar estaba modificado.
Todos miraron a Dorian con sorpresa. Nadie se había dado cuenta de que estaban discutiendo la muerte de sus padres frente a él. Sin embargo, lo que más sorprendía era la actitud calmada con la que abordaba el tema, como si no sintiera la muerte de sus padres o la ignorara por completo.
Alejandra: Niño, ¿cómo era el emblema que portaban tus padres?
Dorian: Mis padres vestían un uniforme militar negro con el emblema de la familia, un loto oscuro dentro de un sol en llamas.
La revelación dejó a todos atónitos. Mauricio tomó el expediente y lo revisó repetidamente antes de hablar.
Mauricio: ¡Esto es imposible! Esta información no figura en el expediente. ¿Qué significa esto?
Las conversaciones se multiplicaban entre los presentes. La ausencia de esta información, sumada al hecho de que alguien poderoso la haya ocultado, planteaba la cuestión de quién se atrevía a intervenir en los asuntos de nuestra familia.
Alejandra: Estela, ¿sabías de esto?
Todos dirigieron miradas desconfiadas a Estela, la persona encargada del caso y una figura poderosa en la policía imperial, así como alguien cercano a mi padre.
Mauricio: Un uniforme militar... Si esta información sale a la luz, podrían interpretarlo como un intento de golpe de estado por parte de los Thereon.
Martha Thereon, estudiosa de la historia y la arqueología, tomó la palabra.
Martha: Chico, el escudo que describiste era utilizado solo por una persona en la historia de la familia Thereon.
Interrumpí para señalar que estaba bien informado sobre el tema.
Editado: 12.02.2024