—Me encanta Logan —admitió Ariadna en un suspiro.
Estábamos en clase de matemática avanzada esa mañana y Ari se sentaba conmigo por la simple razón de que no entendía nada de las explicaciones.
La única razón por la que había tomado esa clase, era para compartir más materias juntas.
― ¿En serio? Verlos achuchados en ese bar, las llamadas constantes y la tarde que pasaron toqueteándose a escondidas en el agua, debió darme algún indicio.
―Ni siquiera tu imbecilidad puede arruinarme hoy.
― ¿Imbecilidad? ¿Esa palabra existe? ―Inquirí rascando mi barbilla.
―Da igual, deberías estar feliz por mí en vez de andar con esa cara larga todo el tiempo que digo algo sobre Logan.
―Es que no es una cosa, sucede que es de lo único de lo que hablas, Ari ―me mofé―. ¿No hay algo más de lo que quieras hablar?
Ella fingió cavilar demasiado acerca de eso y luego alzó las cejas hacia mí.
―Claro, ¿cómo estuvo tu tarde con Axel ayer? Los vi muy juntitos nadando y luego esa micro-siesta abrazaditos se vio bastante...
―Así que sí te gusta Logan, ¿estarás más tiempo con él? ―Interrumpí.
Por nada del mundo hablaría de él. Ni siquiera con Ari. Ella sabía de mi vida lo suficiente como para saber que ese tipo de situaciones debía evitarlas. No estaban en mis planes y no los cambiaría por un chico que era capaz de levantarme con uno sólo de sus increíbles brazos fuertes...
Parpadeé ante mi recurrente imaginación. Había perdido mi concentración cuando Axel apareció al acabar la hora para escoltarnos a la cafetería.
Nuestra mesa del principio se veía tan diferente a la que ocupábamos en esos momentos. Ariadna estaba sentada frente a mí con Logan a su lado; Lisa y Ross cotilleaban a un costado de mí mientras Axel tomaba asiento del otro. Muchos del equipo de fútbol de los chicos también se sentaba con nosotras.
El cambio de ambiente se sentía extraño, pero me agradaba la sensación de ser notada. Ya no era invisible. Ya no tenía que ocultarme de nadie más; a excepción de mis padres, claro.
—Me retiro, ladis —anunció Ross.
—Te acompaño —repuse, sabiendo que Ross iría al campus a fumar.
—Puedes empezar a soltar tus trapos ―comentó luego, sacando el cigarrillo de sus labios mientras caminábamos juntos hacia la sombra de un ciprés.
— ¿Qué?
—No viniste aquí para verme fumar, roja, cuéntame qué sucede.
—Es que... Hay algo que no me cuadra entre Axel y Sibila.
Busqué su rostro a través del vidrio de la cafetería y esbocé una mueca. Ross calaba su cigarrillo asintiendo.
» ¿Qué sabes tú de su relación?
Lo observé encogerse de hombros, restándole importancia al asunto y exhaló el humo por entre sus labios resecos.
—Son amigos desde que los conozco, ¿por qué? ―Dejó pasar el cigarrillo nuevamente por entre sus labios y asintió―. Oh, ya lo pillo. Te diste cuenta que resistirte a Axel es imposible y te enamoraste, pero Sibila ahora representaba una amenaza para ti.
—Enamorarme de Axel no es una opción para mí en estos momentos.
― ¿Por qué? Él es sexy, aunque no sea de mi tipo pero, ¡vamos! Es que cualquier chica quiere con él. ¿O es por alguien más?
― ¡No! —Negué rápidamente. Ross volvió a encogerse de hombros.
―Entonces no veo porque no es una opción para ti.
―Eso no es de lo que quiero hablar, Ross ―corté―. Es que la otra noche los oí hablar juntos sobre... mí. No fue nada exagerado pero... es que siento que a Sibila no le agrado para nada, ¿sabes? Le dijo algo así como que debía mantenerse alerta conmigo, ¿entiendes?
―Eso es súper extraño ―comentó él.
―Lo sé.
―Sobre todo porque no existe criatura en la tierra que a esa mujer le desagrade ―añadió―. En serio, ama el aire que respira.
―Más bien ama el aire que respira Axel ―mis ojos volvieron a tropezar con el rubio―. Él me explicó que Sibila es muy protectora con él, que está... celosa de mí.
―Cualquiera sentiría presión contigo y tu cabello, cariño ―se burló Ross. Pero su tono de voz fue serio.
―Hay otra cosa rara con ellos, y creo que tiene que ver con Sibila también ―pasé saliva y me di el coraje que necesitaba―. ¿Tú qué sabes de la chica que separó a Axel y a Seth?
El rostro de Ross se contrajo y exhaló lo último de su cigarrillo para mirarme con perplejidad.
― ¿Hablas de Viola?
― ¿Viola Price? ¿La novia de Seth? ―Mi voz sonó estrangulada y es que el dato repentino realmente no lo esperaba. Pero al instante descarté ese nombre, sabiendo que Axel había dicho que la asesinaron―. No, no ella no. ¿Por qué dijiste su nombre?
Ross se encogió de hombros mientras encendía un nuevo cigarrillo.
―Sé que ambos se la disputaron un tiempo, pero ya estaban distanciados en ese entonces.
―No sabía que Axel había estado con Viola, él siempre parece tan disgustado cuando ella está cerca.
―Eso es porque aún le guarda rencor por jugar con él y con Seth ―explicó Ross con tranquilidad―. Antes Viola salía con Axel, pero era diferente, no era tan... ¿cómo decirlo? ¿Zorra? Es que ella apenas era una puberta inocente. Esos chicos la volvieron la perra más perra de todas. Seth tal vez influyó más ―esbozó una mueca cavilando aquel recuerdo― Después de todo, fue quien se llevó el premio mayor.
Alcé las cejas asombrada. Sin duda no sabía de aquella historia. Axel nunca había mencionado su relación afectiva anterior con Viola y Seth siempre hablaba como si no le importara en lo absoluto la presencia de la rubia.
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Editado: 16.05.2020