Un murmullo lejano apenas perceptible llegó a mi memoria; intenté visualizar el rostro de dónde provenía pero no era lo suficientemente fuerte el recuerdo como para relacionarlo. Un aleteo de alas, suave y lento se desplazaba conmigo entre ensoñaciones. Apenas podía percibir nada más.
Un ligero contacto entre mis dedos fue el detonante para despertar en una sala impoluta de hospital; las luces fuertes casi me cegaron y mis ánimos estaban desplomados sobre las sábanas de la cama. Sentía en el cuerpo una pesadez absoluta.
—Selene —Ariadna se hincó sobre la cama y me tomó el rostro con sorpresa—. ¡Me has dado un susto de muerte, maldita! ¿Por qué te fuiste sola? ¿En qué demonios estabas pensando? ¿Qué ocurrió? Más te vale por tu vida que empieces a hablar ahora, Selene, antes de que el oficial de la sala entre. Y no vayas a decirle que estuvimos en el bosque, ya me encargué de remendar una coartada insospechable.
Me sentí abrumada repentinamente por la diatriba de Ari. Siempre me ha caído bien pero, ¿por qué demonios habla tanto en las mañanas? Eso no es normal.
Un mareo pareció extenderse al invocar recuerdos de lo que había sucedido.
Sentí a mi morena favorita sentarse a mi lado y yo también lo hice intentando que el mareo no llegase lo suficientemente lejos como para hacerme vomitar. Fregué mis ojos y suspiré.
— ¿Qué sucedió?
—Esa es mi chica —sonrió Ariadna—, déjame encargarme de esto.
—No, Ari, aguarda un segundo —detuve su brazo porque ella estaba dispuesta a irse en ese instante―, ¿escape del bosque sola?
Ariadna esbozó una mueca y acarició mi frente en modo protector.
—Podemos hablar de esto después, si quieres, con más calma en el departamento, Sel. Ahora realmente no es buen momento para hablar de detalles y cosas así.
—Habla —presioné. Ariadna se volvió hacia la puerta de la habitación, observó las sábanas blancas y las acarició distraída—. Ari...
—La verdad es que no sé lo que pasó, Selene. ¡Cuando corriste fuera del coche y Lisa te siguió no supe qué hacer! Tenía miedo porque no vi la dirección en la que huiste y tampoco Lisa lo sabía. Pero recorrí un par de metros alrededor para ver si te veía y así te encontré. Estabas a unos metros de la entrada. Imagínate mi susto cuando tuve que cargarte a mi coche porque no te movías ―cerró los ojos y respiró hondamente―. Aún no he podido contactar a Lisa después de todo lo que pasó y... estoy algo preocupada.
— ¿Cómo que no contactas a Lisa? ¿Ella nunca salió del bosque?
―No. Te siguió y desapareció un rato después. La llamé un par de veces después de encontrarte pero, ¡es que no podía concentrarme en nada más! ¡Tú estabas desmayada en mi maldito coche y tenía que hacer algo!
Resoplé completamente abstraída por la idea de Lisa perdida en el bosque y repentinamente me sentí mareada de nuevo. Las había arriesgado para nada. ¿Por qué me metí al bosque de todos modos? ¿Porque quería mostrar mi valor al enfrentar a las sombras? Mala idea, porque ellas me habían atacado dejándome desmayada en medio del bosque.
»Fue una mala idea traerte aquí, lo siento. La poli está afuera y ahora insiste en llamar a tus padres.
― ¿¡Qué!?
―Tranquila, porque mi coartada hará que se tranquilicen un poco. No sólo soy la mejor investigadora de la zona, también soy la mejor evadiendo a la justicia que existe.
Mi sonrisa no se vio como debería. No porque Ari no conciliase devolverme la vida, sino porque Lisa aún seguía atrapada en el bosque y porque las imágenes de la noche ahí comenzaban a venir de golpe a mis pensamientos.
» ¿Encontraste a Viola al final?
―Hallé a Seth al final y luego las sombras nos encontraron a nosotros. Fue realmente espantoso, Ari. Ellas me tocaron, y sentí tanto frío, tanto dolor en ese roce... fue apenas, ¿sabes? Pero se sintió tan potente. Y luego nos rodearon y la cosa se jodió ahí. Yo creí que iba a morir. En serio nunca había sentido tanto ese vacío de tenerlas encima de mí.
Ariadna me observó con el rostro compungido; su mano acariciaba la mía con delicadeza intentando devolverme a la realidad. A esa realidad en la que estaba viva y con ella y gracias a Seth.
»Seth me salvó. Tiró de mí en el momento en que me sentí desvanecer con ellas y me arrastró lo suficientemente lejos de ellas.
―Espera, aguarda, ¿qué? ¿Seth estaba ahí contigo? ¿Qué demonio hacía ahí? ―Fruncí el ceño porque fue extraño que no se corrigiera sola al equivocarse. Ella realmente era irritante con eso. Pero lo ignoré por la equidad de la situación.
―Él estaba ahí antes de las sombras, lo encontré cuando... Había una pareja antes.
― ¿Una pareja?
―Sí, encontré a dos personas encima de la hierba y ellos... no lo sé, fue extraño pero... parecía que estaban... teniendo sexo a mitad del bosque.
Ariadna no pareció sorprendida como yo.
―Somos adolescentes, Sel, la adrenalina y las aventuras carentes de sentido común son nuestras debilidades ―arremetió―. Pero dime, ¿por qué te quedaste con él? ¿Qué quería contigo?
―Pues, nada. En realidad nada.
― ¿Estaba con Viola? ¿No la viste? Tal vez intentaba ocultarla mientras te entretenía de alguna forma, Sel.
―Puede ser pero no creo que lo haya hecho. Siempre parece que Viola n o le importa en lo absoluto.
Ariadna bufó incrédula.
―Por supuesto y después los vemos en el insti ahogándose en la saliva del otro, ¡con un demonio, Sel! Ellos están más encaprichados con el otro que podrían incendiar una hectárea del bosque de California ―se detuvo pensativa―. Eso sería bueno, acabaría con muchas leyendas urbanas ―buscó mis ojos con diversión―. ¿Crees que podrías mencionárselos?
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Editado: 16.05.2020