El Invierno crudo llega riguroso por nosotros,
perenne y blanco se muestra.
El frío gélido llega hasta el cuerpo,
pone rojas nuestras narices y
seca nuestros labios.
Contemplo las calles inhóspitas
y la nieve caer,
los arboles que bailan con el viento
y las ventanas escarchadas.
Este precioso invierno nostálgico,
Agobiante, perpetuo y desolador
sopla ráfagas danzantes
que susurra verdades dolorosas.
En las profundidades de este invierno interminable
La brisa me murmuró
lo que hizo que me diera cuenta
lo sola que estaba
y lo mucho que necesitaba tus abrazos.
Mi corazón frío se sentía en casa,
pero buscaba el calor que nadie podía proporcionarle.
-S.M Doufor.