CAPÍTULO DOS

Skyler

Levi siempre ha sido reservada para todo, aunque últimamente está un poco descontrolada. Va más a fiestas, empezó a beber no hace mucho (aunque en realidad, lo hace desde los 16, un reto que le hicieron). Recuerdo que nos conocimos en el último año de guardería, ella entrando con su pelo rosa. Los recuerdos vuelven a mi mente…

- ¿Tu pelo es rosa de verdad? Nunca he conocido a nadie así, solo negro, marrón, amarillo y naranja.

Noté que no me respondía a nada.

- ¿No hablas? Está bien, es normal cuando vienes nueva, porque eres nueva, ¿verdad?

Seguía sin hablar.

- Vale, haremos una cosa, pestañea una vez si es que “no” y dos veces si es que “sí”. ¿Te parece bien?

Pestañeó dos veces. Me sorprendió y solamente me limité a decir:

- ¡SIIIIIII!

La maestra nos miró.

- Skyler Bates, niña guapa pero gritona. ¿Te está molestando, cielo?

La chica de pelo rosa pestañeó una vez.

- Le ha dicho que no, señorita Kearny. - Le dije intentando ocultar mi emoción.

- De acuerdo, seguid pintando, ¿vale chicas?

En ese momento me di cuenta de que no le pregunté cómo se llamaba.

- Levana… - Dijo en un susurro.

- ¿Has dicho algo? - Le pregunté porque no estaba muy segura.

- Me llamo Levana. Y la señorita te llamó Skylar, ¿no?

Me sorprendió que se pusiera a hablar de repente.

- Sí. Menos mal que hablas, ya me veía en un futuro intentando descifrar lo que querría decir mi mejor amiga.

Lo solté sin pensar (otra vez).

- ¿Somos… amigas?

- ¡Las mejores del mundo mundial! - Dije emocionada, dándole un abrazo muy fuerte.

Me limpio las lágrimas que se me han salido involuntariamente. Siempre que recuerdo este tipo de cosas, me emociono, es algo que simplemente no puedo evitar.

- ¿Estás bien, Sky? - Esa suave voz me sacó de mis pensamientos, como siempre hacía.

- Sí, mejor amiga.

-¿Mejor amiga? Qué raro, solo me dices eso cuando… - Hace una pequeña pausa. - ¡OH POR DIOS! ¿Estabas recordando el día que nos conocimos?

No dije nada, solo…

- Dos pestañeos. Oh mi querida Skyler, sí que lo hacías. - Se levantó y me dio un abrazo fuerte y un beso en la mejilla izquierda.

- Es solo que, no sé, me gustó ese día. Fue cuando conocí a la que sería mi mejor amiga por y para siempre. - Lágrimas amenazaban con volver a salir.

- Tranquila, te entiendo. También me pasa, principalmente con el tema de… ya sabes. - Lo de su madre. No le gustaba hablar de ello. Nadie sabe a ciencia cierta lo que le pasó.

- Sé que es difícil hablar de ello, Levi, pero no te vendría mal desahogarte con alguien más. Ojo. No me refiero a que no lo hables conmigo, sabes que me encanta que me cuentes cosas, solo digo que igual ir a un psicólogo…

- No quiero que nadie piense que estoy loca. - Me replicó.

Le dije que porque alguien vaya a un psicólogo, significa que esté loco.

- Únicamente es una simple terapia, como las de pareja. - Sé que no es el ejemplo adecuado, pero también sé que así es la única manera de que entienda.