Si es contigo acepto

Capítulo 10

—no olviden formar parejas para el próximo proyecto que viene—guardo mi laptop, mi agenda de apuntes, mis dos USB y el libro de Literatura Inglesa II—buenas tardes, jóvenes—todos se despiden en coro y más felices que en otras clases… ¿y cómo no? He terminado la clase antes.

12:16 pm indica mi reloj de mano.

Voy por el pasillo y logro ver a Tyler conversando animadamente con una de las profesoras que recién acaba de ingresar a trabajar con nosotros. Niego con la cabeza. ¡No tiene límites! Seguro piensa llevársela a la cama.

Se da cuenta que lo estoy mirando. Le murmura algo a la mujer pelirroja—¡Robert!—¿acaso nunca dejará de gritar como un niño?—¡Robert, hey!

—¿qué pasa?—le pregunto cuando él ya está a mi lado

—¡no sabes!—muerde su labio—está buenísima…

—Tyler…

—ayer por la noche ¡Uf!—ruedo los ojos. Joder… ¿qué necesidad de contarme lo que hace con sus chicas? —¿ya la has visto?  

—Tyler—saco las llaves de ‘mi auto’—mañana me cuentas… estoy apurado

Se ríe—¿qué hiciste a noche?—pregunta con una sonrisa de lado arquea una ceja

Oh, no… no soy como tú—no es lo que piensas…

Levanta sus manos, inocente—yo no he pensado nada

—crees que no te conozco…debo irme

—¿cuál es la prisa? —mira el reloj en su muñeca—oye, tu clase terminaba a las 12:30 pm… has terminado antes ¿por qué?

Piensa rápido—tengo que comprar algo—entro al auto

Se agacha y me ve por la ventana del mismo—¿ya sabes con quién vas a ir el sábado?—curiosea

Sonrío. Tyler aún no conoce a Viviana. Jugaré con su curiosidad hasta esa misma noche—sí—respondo. Subo las manos al volante

—¿nueva conquista?—sonríe emocionado

Oh, no—adiós, Tyler. Nos vemos mañana—rápidamente salgo de la Universidad y me introduzco a las calles.

Me es imposible ver a Viviana más que como una inesperada… amiga. No quiero volver a salir lastimado. Ella… ella no es para mí. Además, ¿cómo podría enamorarme de alguien a quien recién conozco?

Al llegar al edificio, subo las escaleras hasta el piso 8. Abro la puerta, dando tres giros a la llave, ya que volví a dejar encerrada a Viviana esta mañana.

Lo primero que veo es a Viviana dormida en el sofá, envuelta en mi bata de baño, está descalza y con el cabello húmedo. Seguro, recién salió de bañarse. Las cortinas del balcón se mueven bruscamente por el aire que entra a través de las puertas abiertas ¿Acaso quiere enfermarse con este clima?¿cómo se le ocurre abrir las puertas del balcón?

Dejo mi maletín en el mueble de la entrada. Cierro las puertas del balcón—de nuevo…—la cargo en brazos. La llevo hasta la habitación y la recuesto en la cama. ¿Cómo es que no siente cuando alguien la toca?

Aprovecho en cambiarme de ropa. Me deslizo en unos jeans oscuros y cambio mis zapatos por unas zapatillas. Voy al closet y saco de uno de los cajones, mi remera azul y me la pongo. A un lado, colgado, está el vestido de novia de Viviana... acaricio la tela, es suave… seda, creo… también tiene unos diminutos ¿diamantes? No, deben ser falsos. ¿Por qué habrá escapado de su boda? ¿le habrá hecho algo su novio? ¿él la estará buscando? 

Escucho un quejido. No me volteo—mmm… ¿Rob?—cierro el closet

—hola—acomodo mi ropa sucia en la butaca que está al lado de la habitación. Giro hacia ella. Tiene el rostro somnoliento y sus ojos verdes están más chiquitos—¿nos vamos?

—lo lamento…—sale de la cama—quise tomar una siesta antes de que llegaras—frunce el ceño—al parecer me quedé muy dormida—da una mirada rápida a la habitación—¿me cargaste de nuevo, verdad?—se cruza de brazos

—no vuelvas a dejar abiertas las puertas del balcón

—lo lamento… estaba…—¿qué va a decirme? —no volverá a pasar—asiento—Rob ¿empeñaste mi anillo?

Mierda. Lo he olvidado… por segunda vez

—lo haré en esta semana, no te preocupes

—gracias—se adentra al baño personal—¿qué compraremos?—la escucho decir

—frutas, lácteos, vegetales, fideos… creo que aceite, solo quedan algunas botellas—me recuesto en la pared cruzando los brazos sobre mi pecho y cierro los ojos—también café, ya no hay mucho

—Rob—abro los ojos—voy a cambiarme…—su cabello está húmedo, con algunas gotas de agua

—sí, claro—observo su rostro fresco después de una siesta

Sus mejillas se encienden y se rasca la cabeza, nerviosa

—¿puedes salir?

¡Tonto! ¡Tonto, Robert!

—perdóname…—inquieto parpadeo un par de veces—te espero en la sala—cierro la puerta detrás de mí al salir de la habitación

Después de unos minutos, Viviana aparece. Trae el cabello recogido con alguna liga que seguro ha encontrado en el baño, los jeans que le había traído hace días, una camisa blanca mía y las balerinas. Ya me estoy acostumbrado a verla de esa forma.

—lista—sonríe tímidamente

Me acerco a ella, se va a morir de frío con esa camisa. Voy en busca de una de mis chaquetas y se la pongo. Agarro su mano y salimos del apartamento.

—hazme recordar que debo comprarte ropa—le digo en medio del camino

—es por eso que quiero el dinero por mi anillo

—yo puedo comprarte ropa—oh… no, no debí decir eso. ¡No te involucres con ella, Rob!

—¿puedo preguntar cómo se llama este lugar?—observa alrededor

—South Park Slope, Brooklyn

Llegamos a C Town Supermarket. El lugar es más grande de lo que se ve por fuera. Viviana se emociona al entrar, suelta mi mano y corre hasta los carritos de compras. Me río al verla llamarme con las manos mientras sonríe.

—¿qué es divertido?—pregunto cuando estoy con ella

Su sonrisa sigue intacta

—siempre quise venir de compras y manejar uno de éstos—señala el carrito que sostiene con su otra mano

—¿nunca habías ido de compras a un supermercado?—esto ya es extraño

La sonrisa en su rostro, se evapora



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En el texto hay: comediaromantica, romance, amor y humor

Editado: 05.07.2022

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