Robert.
Jamás he tenido una necesidad de tal magnitud, el besar a Viviana es tan reconfortante, es como si estar con ella así, tan juntos, solo nosotros dos, eliminara todo a mi alrededor… como si me devolviera el ánimo, la fuerza.
Sigo besándola, es tan deliciosa.
De pronto, ella se aleja bruscamente. Me quedo en el aire. ¿Ahora que hice? Veo molestia y tristeza reflejada en su mirada. Se da la vuelta, para que no la mire.
—¿qué pasó?—no puedo ocultar la sorpresa en mi voz
Se queda en silencio y observa a nuestro alrededor, todo el Prospect Park, con un poco de tristeza. ¿Por qué está triste? ¿Por qué no me dice nada?
Trato de tocarla pero ella se aleja, no me quiere cerca.
—cielo, ¿qué pasa?
Se gira a verme
—¡no me digas así!
—¿qué pasó?—vuelvo a preguntarle
—¿crees que es tan fácil?—pregunta a la defensiva—a veces eres tan hiriente … y otras veces tan lindo, no te entiendo…—estoy a punto de hablar pero vuelve a sorprenderme—¡Robert, yo no soy una cualquiera!
Y no solo yo estoy con los ojos bien abiertos, también, las personas a nuestro alrededor. Mierda.
—no he dicho que lo seas. Cariño, baja la voz…—trato de agarrar su mano
—¡a eso me refiero!—¿qué parte de ‘baja la voz’ no entiende?—me dices… cielo, ahora cariño… y… ¡Dios! Solo se dicen así los enamorados—está frustrada y enojada, muy enojada—¿por qué me llamas así?
—no lo sé…—la primera vez que la llamé así, fue esa noche que fuimos al club. Además, se lo digo de cariño, porque la quiero ¿qué tan difícil de entender es eso?—es porque te quiero ¿contenta?—me cruzo de brazos
Hay Dios mío, ahora Viviana me mira con una furia tremenda.
—eso no es cierto—afirma. Frunzo el ceño, ¿qué sabe ella de mis sentimientos?—tú no me quieres, me lo dijiste esa vez que…—mira a otro lado—te dije para intentar algo
—no dije que no te quería, dije que podríamos intentarlo más adelante—esa noche, ella malinterpretó mis palabras
—ese no es el problema—niega desesperada. Su mano va hacia su cuello y se rasca un par de veces, parece que es un tic cuando está nerviosa—me molesta que tú me trates como si fuéramos algo más y luego me digas que no somos nada, así… de esa manera…—ahora, su voz a penas y es audible
Acepto que he tratado mal a Viviana, varias veces, pero, no puedo evitar pensar que ella pueda ser igual a Jenny.
Acuérdate como la encontraste. Ella te va hacer lo mismo.
No, no lo creo. ¿Y si lo intentamos? Ella me quiere, yo la quiero… pero querer no es igual a amar. ¿Y si no funciona? Es mejor ahorrarnos esa etapa de sufrimiento… ¿qué tal si uno se enamora del otro, pero la otra persona no?
Ella apareció de repente… de la misma forma se irá.
—¿qué es lo que te impide enamorarte?—Viviana aleja mis pensamientos con su aterciopelada voz
—Viviana… debes entender algo, es que yo…
—¡hey!
Viviana da un pequeño brinco al escuchar semejante grito
En medio de nosotros, está Tyler, con su gran sonrisa de siempre. ¿Será que alguna vez deja de sonreír? Este chico parece que nunca ha tenido un problema en la vida. En serio, lo envidio.
—¡qué casualidad!—Tyler nos mira con diversión, su mirada rebota de Viviana hacia mí. Bien… con lo chismoso que es, estoy seguro que después me hará su interrogatorio—¡hola, Viviana!—la envuelve en un abrazo
No lo golpearé, solo porque es mi mejor amigo. Solo por eso.
—hola, bailarín—Viviana ha vuelto a sonreír
—oye, ¿te estás burlando?—ríen juntos, al parecer se llevan bien—yo soy muy bueno bailando, solo que los demás no aprecian ese talento innato, solo aprecian mi voz ¿sí o no, Robert?
—supongo
—hay Robert, quita esa cara, es domingo, tienes que ser feliz—suelta a Viviana y se me acerca—haber… regálame una sonrisita—¿Qué cree que soy, una de sus conquistas?—regálame una sonrisita—miro a Viviana, le divierte esta situación—mierda, Robert. ¡Ya me cansé, regálame una sonrisa!—exige
—que molestoso que eres—digo y fuerzo una sonrisa
—así me gusta—palmea mi mejilla con su mano y vuelve con Viviana
—idiota—murmuro. Se gira de inmediato a verme
—¿qué dijiste?
—nada
—muy bien—Viviana vuelve a reír—entonces, ¿por qué no se nos juntan? Vine con mis padres de picnic, podríamos almorzar todos juntos ¿qué dicen?
Miro a Viviana de reojo, ella hace lo mismo. ¿Ahora qué?
—lo tomaré como un si—Tyler sonríe y guarda toda la comida en la canasta—¡galletas con atún!—ahora se traga todo lo que preparé. Condenado tragón
Bien, este picnic entre Viviana y yo, no salió como planeaba pero… como dicen, a veces nada sale como uno quiere.
Cuando llegamos a la mesa de Tyler, sus padres me reconocen al instante y me sonríen tiernamente. Hace tiempo que no voy a visitarlos.
—Robert—la señora Emily se levanta de su asiento al igual que su esposo—que gusto verte, querido—me acerco a abrazarla
—señora Emily, es un gusto verla también—le devuelvo la sonrisa. Espero a que me suelte y es cuando saludo al señor Thomas
—hace tiempo que no nos visitas, Robert—el padre de Tyler me mira con cierto reproche divertido. Sonrío. Ellos siempre han sido buenas personas conmigo. Claro que… no los veo mucho desde que Tyler se independizó
—prometo que los visitaré más seguido—ambos sonríen al igual que su hijo
La señora Emily mira a Viviana que está a mi lado—hola linda, ¿tú eres?
—¡yo! ¡yo se las presento!—Tyler sonríe emocionado y se acomoda a un lado de nosotros—ella es Viviana y es la novia de Robert
¿Qué? Los dos miramos a Tyler, pidiendo una explicación. ¿Cómo se le ocurre?
—ha, bueno yo…—Viviana extiende la mano hacia los padres de mi amigo—que gusto conocerlos—sonríe con amabilidad
—oh, pero eres un encanto—Emily la abraza y luego Thomas, estrecha su mano—ella si me agrada—señala a Viviana con una sonrisa