Manuel
Cuando salimos de la casa de Alma convencí a Diana para que regresaramos caminando. En el transcurso del caminó ambos hablamos de nuestros planes a futuro y descubri que ella estudiaría en Inglaterra por seis años y después planeaba trabajar en España en dónde quizás se quedará el resto de sus años. Ella soñaba en ser una diseñadora muy reconocida y talentosa.
Cuando llegamos a su casa le di un beso en la frente y seguí mi camino. Antes de que pudiera llegar a mi hogar pasé a comprar un rebanada de pizza que vendia mi tía. Cuando llegue note la presencia de un par de chicos del colegio y llamaron mi atención cuando nombraron a Alma.
— ¿Cuál es el nombre de la chica castaña?— pregunto uno de ellos
— ¿La de los risos?— dijo un tipo que estaba sentado en el suelo y los demás asintieron— su nombre es Alma, estamos en la misma clase.
— Es muy hermosa yo creo que sí asiste a la fiesta de Diana trataré de divertirme con ella— escuchar eso hizo que mi sangre empezará a subir con fuerza y me acerque a el chico que si bien recuerdo su nombre es Álex y lo jale del brazo haciendo que este callera con fuerza al suelo para después darle un puñetazo y una patada en sus piernas.
— Manuel ¿Qué te pasa, porque hacés esto?— dijo uno de ellos
— De una vez les advierto que si intentan tocar a Alma estarán muertos. ¡¿Me escucharon?!— Di un golpe en la mesa y salí del lugar muy enojado, dejándolos a todos sorprendidos por lo que había hecho. La verdad es que aún no hablaba con Alma y no era quien para defenderla o decidir por ella, pero no me cansaría hasta poder tenerla a mi lado y mientras tenía que estar al tanto de cualquiera que intentará acercarse a ella, ya tenía demaciado con Mariano.
Al día siguiente no ocurrió nada que sea de interés. Diana estuvo tan ocupada con lo de su fiesta. Durante el colegio ni me hizo tanto caso. Y por la tarde le ayude a revisar las últimas novedades para la fiesta.
Fue un día muy cansado.
Alma
Cómo mi tío lo había dicho, paso a recojerme al colegio y fuimos a una tienda de vestidos, existía una gran variedad que me sería difícil decidir cuál llevarme.
— Mira Alma— dijo señalando a un espacio que contenía vestidos juveniles de todos los colores y al acercarme note que eran realmente caros— no te preocupes por los precios yo puedo pagarlos— aclaro mi tio
Di un vistazo a mis alrededores en busca de algúno que fuera de mi agrado. Después de segundos encontré un vestido color rosa pastel que contenía algunas esmeraldas en la parte súperior y la tela era realmente hermosa.
—¿Te agrada?
—Si mucho, es hermoso— mi tío ordeno a una empleada para que me llevará a probar uno de mi talla. Me observé en el espejo y me sentí muy agusto, lo único que no me convencía era que estaba muy corto y tenía un escote en forma de estrella en la espalda. En fin dejé llevarme y salí para que mi tío diera la aprobación. El acepto de inmediato y en cuestiones de minutoss ya estábamos saliendo de la tienda, para dirigirnos a una zapatería. No fué tan difícil escoger los zapatos, era lo más fácil para mí. Por primera vez usaría tacones y debía prácticar mucho si no quería pasar una vergüenza en el transcurso de la fiesta. Mi tío me llevo a la casa de una amiga para que me diera clases de baile y me ayudará a caminar con paso firmé. La chica me pareció muy agradable, se veía tan bien al lado de mi tío, parecía enamorada de él, pero tio no le tomaba tanta atención,al contrario solo la veía como amiga. Algo que me pareció muy triste.
La noche paso como fuga y cuando inicio el día salí a correr, por suerte me encontré con Mariano y caminamos juntos de regreso.
— ¿Irás a la fiesta de Diana?— pregunté sin demostrarle que tenía muchas ganas de que asistiera. Era al único que le hablaba y no quería que en el transcurso de la fiesta me encontrará sóla e incómoda.
— No lo sé. Me dijo que fuera pero la verdad es que casi no me llevó con nadie del Colegio.Más que contigo. ¿Tú si irás?
— claro ya tengo todo listo pero ¿Porque no vas?—Trate de convencerlo— anda vamos, quiero que seas mi acompañante— no estaba segura de lo que acababa de decir pero preferiría decírlo a estar sola.
— mmm no lo sé... — dijo tocándose la barbilla para después sacar una risa juguetona— esta bien, está bien te acompañaré, siempre y cuando no me dejes sólo
— te veo a las seis, en esta esquina—sonrei y sin más lo dejé.
Horas más tarde:
Me encontraba sentada frente al espejo, me veía realmente hermosa. La misma chica que me ayudo ayer se encargó de hacerme un peinado y un maquillaje tan lindo. No podía creerlo este no era mi estilo.
— Te vez hermosa— mi abuela, mi madre y mi tío, me decían sin parar.
— Gracias, gracias— dije haciendo un gesto de aburrimiento.
Mi chófer se encargó de acercarme a la esquina donde había quedado con Mariano, quien ya estaba en mi espera.
— Estás tan Bella— me dijo cuando bajé del auto y me acerque a él. Su alagó logro ruborizarme y me dejó estática.— Creo que estarás más hermosa que la cumpleañera.
— ¡Hay ya! No es para tanto, me hubiera conformado con tu silencio— dije para después soltar una carcajada al ver que estaba muy serio.
— Y yo me hubiera gustado que dieras una aceptación a mi vestuario...
Así estuvimos por el resto del camino hasta que llegamos a la fiesta.
Mire a lo lejos, ahí estaba Manuel y Diana abrazados, tenía que aceptarlo, Manuel me atraía demaciado y sentía un gran sentimiento de tristeza al verlos juntos Yo nunca sería la novia de él, el es muy guapo y yo tan solo una fea.
Editado: 14.06.2020