Unas horas después
Eran las 7 de la noche, Mónica se había acostado en su cama y se había puesto a ver televisión, aún pensaba si debía decirle a Christopher que era una fantasma, por lo que agarra su teléfono y marca el número de su hermana.
- ¿Fiorella?
- ¿Si Mon? ¿Cómo te va en Colonia? - Le pregunta Fiorella, ella se encontraba caminando sola por la plaza de Venosa.
- Pues …me iba bien, Christopher me pidió que saliera con y le dije que sí, conocí a sus padres, pero hace unas horas, me desmayé y vi al arcángel Gabriel, me dijo que mi misión era asesinar a un hombre que me quiere asesinar…- Le dijo mientras colocaba sus dedos entre sus cabellos, parecía como si estuviera hablando de una película y no de ella misma.
- ¿En serio? ¿Y qué harás? ¿Le contarás a Christopher lo que eres? -Le pregunta Fiorella sentándose en una banca, pasaban personas cerca de ella, pero ninguna estaba pendiente de lo que hablaba por teléfono.
- No lo sé, ¿debería hacerlo?
- Deberías decirle lo que eres, Mon, si él te quiere lo entenderá, y tengo que colgar, voy a visitar a mi novio, me llamas cualquier cosa. - Dijo Fiorella para colgar sin darle tiempo de despedirse a Mónica, que mira su celular por unos segundos y se sienta en su cama.
- Le diré lo que soy.-Se dice en voz alta mientras colocaba sus manos sobre sus rodillas.
Se levanta decidida y comienza a caminar saliendo de su cuarto, busca a Christopher y éste se encontraba en el balcón viendo el paisaje, sale y coloca una mano sobre su hombro provocando que volteara y la viera.
- ¿Qué ocurre? ¿Te sientes bien?
- Necesito mostrarte algo, pero quiero que me acompañes a mi habitación para que lo veas, antes que digas algo, quiero decirte que eres importante para mi, y que si te alejas de mí, lo entenderé. - Le dijo Mónica mientras lo miraba a la cara, Christopher asiente sin comprender a lo que se refería pero la sigue cuando comienza a caminar entrando, llegan a la habitación de Mónica, y cuando están dentro, Mónica cierra la puerta y se aleja de Christopher dando unos pasos hacia atrás.
- Lo primero que te diré, es que este dije no me lo dio mi madre, me lo dio un arcángel, y yo lo necesito para parecer humana, porque sin el, bueno, ya verás…- Mónica da un largo suspiro, se quita el dije y lo guarda en el bolsillo de su pantalón.
Christopher se asombra al notar como Mónica comenzaba a desaparecer lentamente, como desde sus pies comenzaban a desaparecer pasando por sus piernas, luego por su cintura, después por su abdomen, y finalmente por su cara, no podía creer lo que acababa de ver.
- Esto es lo que soy, soy una fantasma, yo morí, hace unas semanas, y puedo atravesar las paredes y volar, además que no necesito comer para sobrevivir…
Christopher se coloca su mano sobre su boca sin dejar de ver donde Mónica estaba.
- Yo…este dije, es lo que me permite fingir ser humana, aunque aún puedo volar, pero no atravesar las paredes, sin el dije soy invisible…- Mónica cierra sus ojos, no quería seguir viendo la expresión de Christopher.
- Para mí fue difícil aceptarlo, no es fácil aceptar que estás muerto, pero lo peor de todo, es que tengo una misión, y por eso me desmayé hace rato, porque el arcángel que me convirtió en esto, me dijo que debo asesinar a alguien que me quiere matar, así que…o me voy de Colonia o lo enfrento, me dijo que tengo dos días antes de que él aparezca.
Christopher camina unos pasos hacia donde estaba Mónica, estira su mano y la mueve lentamente creyendo que le acariciaba su mejilla cuando realmente le acariciaba era su cabello.
- No me importa lo que seas, lo que me importa es que estés a mi lado. - Dijo Christopher sonriendo, Mónica se coloca el dije alrededor de su cuello apareciendo al instante y coloca sus brazos alrededor del cuello de Christopher abrazándolo.
- ¿En serio no te importa que sea una fantasma?
Christopher le comienza a acariciar lentamente su mejilla y le da un beso en su frente.
- Para nada, me asusta un poco, porque es algo que solo ves en las películas…- Dijo riendo para luego pegar sus frentes y cerrar sus ojos.
- Pero, te quiero tanto que no me importa lo que seas, lo que me importa es que estés a mi lado.
Mónica le da un beso en sus labios y sonríe.
- No puedo creerlo, yo pensé que no me aceptarías. - Le dijo Mónica riendo, ella aparta su rostro y ve a Christopher, que la miraba como si la quisiera, y mucho.
- Claro que, si te voy a aceptar, pero, debes ir a comer a que mis padres antes de irte, aún es temprano, puedo llamarlos para que vayamos a cenar.
- De acuerdo, pero déjame cambiarme. - Mónica rompe el abrazo, abre el armario, saca ropa y mira a Christopher que seguía parado allí.
- ¿Puedes irte? - Christopher ríe, sale de su cuarto y cierra la puerta.
Unos minutos después
Mónica sale de su cuarto usando un vestido corto de color morado que le llegaba por encima de las rodillas además de utilizar unos tacones que tenían la aguja corta y va a la sala, donde se encontraba Christopher esperándola.
- ¿Qué te parece? - Le pregunta Mónica mientras colocaba sus manos en su cintura.
- Estás hermosa. - Dijo Christopher para levantarse, acercarse y darle un beso en su mejilla.
- Nos vamos. - Dijo Christopher, éste se aleja y Mónica le agarra su brazo.
- ¿Quieres volar? - Le pregunta Mónica sonriendo.
Christopher ladea su cabeza y luego ríe.
- ¿Es una broma?
- No, no lo es, podemos llegar más rápido si vamos volando, ven, agárrame de la cintura. - Mónica separa un poco sus brazos de su cuerpo y espera que Christopher la abrace de la cintura, cuando éste lo hace, Mónica se quita su dije, y lo guarda en su pequeño bolso.
- Agárrate fuerte. - Mónica comenzó a caminar saliendo por las paredes y al estar afuera, estira sus brazos hacia arriba comenzando a volar.