Salimos de la cafetería y Leslie estaba brava por lo ocurrido, con el simple hecho de querer regresar, y echarle su batido para ver cómo se sentiría. Simplemente me reía de lo que decía, estaba demente esa chica, estuve todo el día entretenida con ella en mi casa, ella era la que me cuidaba desde que paso lo ocurrido, le decía que se fuera cuando llegaba la noche, pero ella soltaba una respuesta, la cual era un no; así que se quedaba hasta que me durmiera. Habían veces que no dormía o me daban pesadillas, pero últimamente no me pasaba, así que presiento que estaré bien estando sola en mi departamento.
- ¿Estás segura de que ya te sientes bien estando sola? - Pregunta por mientras que agarraba sus cosas. - No me molestaría quedarme y lo sabes. -
- Lo estoy y lo estaré, confía en mí. Si me pasa algo te llamo vale. - Digo con una media sonrisa. -
- Está bien, me llamas si tienes otra de esas pesadillas. - Me dio un beso en la mejilla y se fue.
Esa noche era yo y nadie más, me serví un chocolate caliente como me enseño Nona, me senté en el balcón y me quede ahí por unas horas, ya era tarde y mis ojos no sentían la mínima pisca de sueño, en el fondo sentía miedo de quedarme dormida y tener uno de esos sueños que ya has visto en la realidad y ahora ha sido clavada en el baúl de tus sueños, pues son esos que te maltrata. Lo que en algún momento te dolió tanto ver.
Me levanté, cerré el balcón y me fui a la cama, era hora de decir adiós, sin pensarlo dos veces ya estaba dormida.
*SUEÑO *
Estaba sola en aquella mansión, las luces apagadas, solo algún reflejo de la luna que tocaba algún rincón de la casa, tenía mucho miedo estando ahí, buscaba la salida hasta que escucho risas de arriba, sabía lo que podría ver, pero subí hasta llegar a su habitación y ahí estaba ella semi desnuda besando a Daniel, y el por mientras me miraba con esa sonrisa de que le encantaba, por mientras que sentía como mi corazón se rompía a pedazos, intente moverme pero no podía, la escuchaba gemir y caían lágrimas en mis mejillas, no soportaba ver ni escuchar, hasta que la imagen se volvió borrosa, era la única salida que tenia de lo que estaba viendo pero después aparecía en otra y era yo atada en una silla solo con un suéter blanco hasta que siento sus besos en mi cuello, pero se sentían falsos, hasta oírla hablar.
- Crees que algún día él podría pertenecerte, estas tan equivocaban pequeña, soy su novia y el siempre vendrá por mí y nunca ira por ti. - Dijo por mientras que el aparecía detrás de ella y la tocaba. - Lo ves, siempre vendrá a mí y tu solo te quedaras tan sola. -
- ¡Nunca iré por ti ¡-Dijo Daniel cercándose como un monstruo y se esfuma como tiniebla.
Y despierto.
*Fin del Sueño*
Me desperté agitada con lágrimas en los ojos, respiro tan profundo y me tiro nuevamente en la cama, tenía que afrontarlo sola, olvidarme de él y de lo sucedido, pero en el fondo sería imposible olvidarme de él, pero tenía que pasar de algún modo. Me tome unas pastillas de sueño que tenía en la mesita de sueño y fue ahí donde estaría segura de ello.
Me desperté en la tarde y joder sentía resaca, como si hubiera tomado diez vasos de vodka, pero por lo menos estaba viva. Reviso mi celular y tenía diez llamadas de Leslie. ¡Joder, me va a matar!
Me baño y me arreglo rápido, por lo menos este edificio quedaba a diez cuadras de la Universidad, tenía la oportunidad de llegar un poco tarde, pero no pasa nada si falto a la primera materia, nadie me matara si llego tarde, tome un taxi y me deja en la Universidad.
- Gracias señor. - Digo bajándome del taxi.
Entro y veo que el profesor seguía dando clase, no tenía pensado entrar, así que me quedo en la pequeña cafetería que tenía la Universidad, no tenían chocolate sino café, pero no me apetecía, así que pido un sándwich y jugo de pera, por mientras que esperaba, a que saliera el profesor.
- Buenas, me podrías dar una Coca Cola. - Dijo un chico, lo miro, es alto, no lo había visto por aquí. Me parece que lo había visto antes, y si, es el chico que se ha tropezado conmigo dos veces en la cafetería.
Niego con la cabeza y sigo mirando mi celular, hasta que lo escucho otra vez. - ¿Está ocupado? - Levanto la mirada y quede confundida a lo que estaba mirando, veo que sonríe y respondo.
- No, no está ocupado. - Digo por mientras que veía como se sentaba al frente de mí.
El silencio se volvió incomodo, oraba para que ya fuera hora de que el profesor saliera, hasta que lo escucho hablar.
- Lo siento tanto por tu blusa. -
- Ella se encuentra bien. Por cierto, te manda saludos. - Dije y me rio por mi comentario.
- Interesante, dile que yo también le mando saludos y que le debo dos vasos de chocolate caliente. - Dijo, al escuchar la invitación lo miro algo apenada.
- Pues sí. - Digo algo seria. Sentía miedo, no tenía ganas de salir con nadie y menos si todavía estaba Daniel en mi cabeza.
Nos quedamos en silencio otra vez, hasta que veo al profesor salir y escondo mi cara de vergüenza al no asistir.
- Con que llegaste tarde y ahora te escondes, no pensé que serias así. - Dijo
- ¿Y cómo soy? - Pregunte con curiosidad.
- Si supieras que te he visto por un año. - Responde y me asusto por lo que ha dicho.
- ¿Eres un acosador?, ¿me quieres matar?, ¿te debo algo?. - Digo echándome para atrás y veo que se ríe por mi reacción.
- No, lo que quiero decir es que entramos casi juntos a la Universidad el año pasado. -
- Por Dios, ya me habías asustado. Te digo que ya iba a salir corriendo. -
- Creo que estas exagerando, ¿siempre eres así? -
- La verdad es que sí. - Digo parándome y caminando a mi salón.
Ya pasaban las horas, gracias a Dios, Leslie no me mato por no haberle contestado las llamadas en la mañana, estábamos en la cafetería, Leslie me dijo que estaba el chico que me había regado el chocolate encima y me comencé a reír por ver su cara.