Si tan solo no fuera... yo!

Capítulo 18:

“Y SI TODOS CONOCIERAN EL MONSTRUO QUE ERES… ¿CUANTAS PERSONAS SE QUEDARÍAN A TU LADO?”

 

 

 

-… ¿Y… si te quedas unos días más? – Habló Evelin al lado mío mientras estaba preparando el desayuno para cuando mi pequeño despierte.

Ya ha pasado casi todas las dos semanas, me tendré que ir mañana por la tarde. No dije nada por qué la verdad no sé qué responderle.

-… ¿Cuándo es el cumpleaños de mi pequeño? – Pregunte sin mirarla.

-Dentro de tres días… Por eso quería que te quedaras, te lo iba a decir hoy en la tarde para prepararle algo. – Asentí.

-Está bien… me quedaré por otros cinco días más. – La miré y salto encima de mí para abrazarme y chillar de alegría.

 

 

       (…)

 

Suspire mientras recargaba mi cabeza por la pared de detrás de detrás de mí, me dolía la cabeza, últimamente ando pensando demasiado, y la verdad tengo un poco de miedo, creo que es por mi padre, que dijo que haría algo, pero no ha hecho nada aún y espero que así siga. Mi madre, no la eh visto desde que vino a preguntar por esa chica, mi madre es un poco impulsiva así qué también me preocupa no quiero que arme un escándalo o nada de lo que se pueda arrepentir.

Estaba tranquila con los ojos serrados, sentada en la cama de mí pequeño, hasta que siento un peso sobre mis regazos, abro mis ojos y miró al responsable, mi pequeño está sentado en mis regazos mirándome fijamente, verlo me transmite paz y tranquilidad, más de lo que ya tenía, extiendo mis brazos para poder abrazarlo, lo resguardo en mis brazos y le doy un beso en sus finos cabellos.

Me quedé mirando fijamente la pared blanca mientras lo abrazaba, no me quiero separa de él, él se ha convertido en lo más apreciado y precioso que tengo desde que lo conocí, quisiera llevarlo conmigo a todas partes y que no se aleje de mí nunca, pero sé que todo eso no va suceder, al menos no por ahora.

- ¿Tienes sueño mi pequeño? – Asiente con su cabeza mientras bosteza al mismo tiempo. – Bien. –  Me acuesto en la cama abrazándolo aún, le doy un pequeño beso en su mejilla a lo que él se mueve un poco y une nuestros labios, le sigo su beso y lo atraigo más a mí, beso por última vez su mejilla para poder dormir.

 

 

(…)

 

 

Faltaba solo un día para el cumpleaños de mi pequeño, así que todos se disponían a organizar el, sorprendentemente enorme, cumpleaños de mi pequeño sin que él lo supiera, ahora yo me encontraba en el centro comercial para poder comprar un regalo.

  

        -Flash Back-

 

-Dime mi pequeño, ¿Qué cosas te gustan? – Dejo de colorear en el libro y me puso atención, por su expresión veo que está pensando.

-Me gutan… ¡Que me dez musho besito! – Exclamo alegre, reí.

-Además de eso… ¿Te gusta algún juguete? – Lo miré aun con una sonrisa.

-Umm…? – Coloco su dedo en la punta de su labio y fingió pensarlo. – Me guta la biciqueta que vi en el supel con mamá. – Dijo con una sonrisa que correspondí de igual manera, luego me miró un poco serio. - ¿Po qué? –

-Emm… Solo preguntaba, no es nada. –

Asintió para luego volver a pintar en su libro

 

         -Fin Flash Back-

 

Caminaba pasando por el frente de muchas tiendas, ninguna tenía aún una bicicleta, miraba por todos lados buscando esa tienda.

-Disculpe… - Pregunte a una señorita y ella me miró asintiendo. - ¿sabes dónde venden bicicletas aquí? – Lo pensó por un momento y luego apunto.

-Solo sigue derecho y verás el lugar. – Me indicó.

- ¡Oh!, Muchas Gracias. – Solo asintió con la cabeza con una sonrisa y luego se fue y yo me dispuse a caminar por donde me indicó.

Camine por varios puestos más hasta que veo unos letreros con propaganda de bicicletas, camino rápido al lugar, segundos después llego al lugar, miró alrededor, hay demasiadas bicicletas, entro al lugar sin chistar y me dispongo a buscar una que le gusta a mi pequeño.

 

Pasan alrededor de una hora y ya tengo la bicicleta que creo que le encantara a mi pequeño, lo pago y voy de nuevo a la casa de Evelin con la bicicleta en mis manos ya que no tengo otra forma de llevarla.

Otros, más o menos, treinta minutos pasan y llego a la casa de Evelin, con cuidado de no ser vista o escuchada, entro a la casa por la puerta trasera de está, reviso de que nadie se encuentra alrededor e ingreso, pienso en un lugar para guardarla, como no tiene una cochera lo guardaré aquí, solo que nunca pensé en donde, así que me dedico a pensar un momento, escucho un ruido y veo pasar al padre de Evelin, él se dio cuenta de mí y voltea a verme, cuando me ve se queda un poco sorprendido, sonrió forzosa y falsamente, él se empieza a reír y se acerca a mí.

-No tienes donde esconderlo ¿Verdad? – Pregunta ya estando frente a mí, niego con la cabeza, asiente. – Bien, ven. – Pide que lo siga y lo sigo, con cuidado y silencio subimos por las escaleras y entramos a su cuarto, él se detuvo a la mitad del cuarto para verme con el ceño fruncido. – No te preocupes, él casi nunca entra aquí y dudo que lo haga al menos a que quiera algo. – Sonrió, pero no es eso lo que me preocupa, con un poco de desconfianza entro, se acerca a mí y retrocedo un poco, él toma la bicicleta y veo como lo mete en un armario vacío, lo acomoda y le coloca llave, saca de nuevo la llave y lo extiende frente a mí y lo agarro. – Puedes entrar cuando quieras. – Me informa, asiento con la cabeza.

-Muchas gracias. – Habló para luego a paso apresurado salgo, respiro hondo y voy a ver todo o que falta para el día de mañana.

Voy abajo y salgo afuera para poder buscar a mi pequeño su madre y hermana, pero primero voy a la habitación de mi pequeño y dejo mi celular para poder ayudar, de paso veo si mi pequeño no se encuentra aquí y veo que no es así entonces salgo de la habitación.



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En el texto hay: soledad, depresion problemas familiares

Editado: 22.03.2022

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