"CUANDO SONRÍE LE HACE UN FAVOR AL MUNDO... A MI MUNDO"
Baje rápido del auto y fui a abrazar a mi abuela y abuelo, a pesar de haber estado lejos de ellos tan poco tiempo los extrañe como si fueran años que no los había visto, Kevin se unió a nuestro abrazo y así permanecimos unos minutos, luego fuimos por nuestras maletas y entramos a la casa, a mi abuela como siempre ya tenía preparado la cena, sé que no debo de comer todo esto por mi salud, pero solo hoy lo comeré, adoro la comida de mi abuela y voy a disfrutarla, nos sentamos todos alrededor de la mesa y comenzamos a comer tranquilos con una que otra anécdota y no faltaba que el chismoso de mi hermano hablara sobre mi pequeño, se supone que yo debería de hablar sobre él.
Cenamos todos y con mi abuela lavamos todos los cubiertos que utilizamos, los secamos y guardamos cada uno en su lugar; fuimos todos a la sala por petición mía y de Kevin, mis abuelos un tanto preocupados se sentaron en el sofá frente a la televisión mientras que yo y Kevin nos sentamos a un costado de ellos.
Yo comencé contándoles con algunos de los síntomas que sentía, luego lo que paso con Evelin y por último todo lo que me conto el doctor; Luego Kevin conto todo lo que mi madre le había contado sobre mi padre y lo que sucedía con ellos y por último les conté que mi padre estuvo engañando a mi madre y que nos “visitaba”.
Mi abuela lloraba a más no poder mientras que mi abuelo solo bajaba la cabeza y presionaba sus puños mientras se lamentaba el permitir que su hija se haya casado con ese hombre, me levante y abrace a mi abuela por unos instantes y luego con mi abuelo.
Al terminar nuestra pequeña reunión, todos fueron a sus respectivas habitaciones, excepto yo, me quedé en la sala y llame a mi pequeño, hablamos de como estuvo y que hará mañana con Evelin y sus padres, que dentro de unos días él iría a la escuela y demás cosas; deseándole buenas noches a mi pequeño y a Evelin corte la llamada; por la puerta trasera sin hacer ningún tipo de ruido salí a la parte trasera de la casa, a paso lento llegue hasta el tronco y me quede sentada ahí.
Mientras observaba las estrellas una hoja casi marchita paso volando sobre mí y cayó al suelo cerca de mí. Me levanto y me coloqué de cuclillas agarrando aquella hoja en forma de corazón pequeño, la observe por unos segundos y pensé; me gustaría ser una hoja, no sientes nada, no tienes problemas o preocupaciones, disfrutas del viento, la lluvia y el sol con tranquilidad sin que nadie te moleste y solo sufres una vez, esa vez es cuando vas a morir; te marchitas rápido y luego caes, nadie se sentirá triste o algo por qué moriste, así mueres sin preocupaciones.
Deje de pensar en eso cuando escucho una rama romperse a un costado, volteo mi cabeza y veo que el mismo arbusto donde se había quedado atrapado el conejito se mueve; dejo la hoja de nuevo en el piso y con cuidado camino hasta el arbusto hago a un lado las ramas con hoja, veo al pequeño conejito atrapado de nuevo, sonrió leve, extiendo mis manos lentamente para que no se asuste, me mira y con su naricita indica que tiene miedo ya que lo mueve demasiado. Muevo las ramas con espinas sin lastimarlo y lo tomo en mis manos, me levanto y acurruco al conejo entre mis brazos y lo acarició para que deje de sentir miedo, de a poco deja de sentir miedo y cierra sus ojos como si estuviera durmiendo. Seguro también debe de tener hambre.
Camino de nuevo dentro de la casa y voy a la cocina a buscar lechugas y zanahorias, al encontrarlas salgo de nuevo afuera y las dejo en el suelo sobre un plato que había tomado, lo acarició y lo bajo temiendo a que se valla, pero no lo hace si no que se queda a comer lo que le había servido, comía algo rápido seguro que debe de tener bastante hambre, lo acarició sin asustarlo y espero a que coma todo.
Cuando lo hace lo acarició por última vez para que se pueda ir tranquilo nuevamente, lo que me sorprendió fue que no lo hizo, se quedó en su lugar acurrucándose a sí mismo cerrando los ojos, tome al conejito nuevamente junto con el plato e ingrese a la casa, deje el plato sobre la mesa de la cocina y subí a mi habitación, cuando entre comencé a buscar mantas pequeñas e hice un nido un poco más grande que el conejito al lado mismo de mi cama, deje al conejito en el nido y yo fui a mi cama a dormir.
(…)
- ¡Jemisha!... ¡Jemisha!... ¡Despierta!... – Me levanto de mi abrutadamente al escuchar cómo me llaman repetidas veces.
- ¿Qué? ¿Qué paso? – Miro a mi alrededor y solo esta Kevin. - ¿Qué sucede? – Hablo rascando mi ojo.
-Mira… - Me extiende lo que parece un correo, analizo bien el correo, no tiene etiquetas ni firma, miro a Kevin y luego abro la carta.
En esta encuentro una hoja doblada por la mitad, pero lo dejo en mi cama cuando veo unas fotografías, las miro y en el primero aparece los padres de Evelin durmiendo en su habitación abrazados, miro la otra foto y en esta está Evelin también durmiendo tranquilamente, con preocupación reviso la siguiente foto y veo a mi pequeño dormido acurrucado entre sus frazadas, miro la última foto y veo nuevamente a mi pequeño con un señor vestido de negro parado al lado de su cama con un cuchillo en su mano.
Me asusto, dejo todo sobre mi cama y me levanto a agarrar mi celular y marco el número de Evelin quién contesta al primer tono.
- ¡Hola Jemisha! – Habla riéndose.
-Hola, Evelin. ¿Te encuentras bien? ¿Dónde está mi pequeño? ¿Cómo están tus padres? – Pregunto rápidamente y preocupada.
-Emm, mis padres y Pedro están aquí… conmigo en la sala, estamos todos bien, ¿Por qué? ¿Qué paso? – Suspiro calmándome, pero no del todo.
-No, no, nada, solo quería saber. – Trato de no sonar intranquila.
- ¿Segura? –
-Ujum… Bueno, los llamaré luego, tengan buen día. –
-O… k – Aparto el celular de mí y corto la llamada.