Estando a un día de la masacre fríamente calculada, planeada y estudiada por la mente psicópata de ojos de miel, hubo una especie de vigilia que tuvo lugar en el misterioso parque donde desapareció Charlotte, cerca del pequeño templo rodeado por agua cristalina.
Los medios, para no variar, no difundieron la noticia sacando la mayor cantidad de temas posibles que aislaran a las personas de lo que ocurría. Pues su egoísmo llegaba a tal punto, pudiendo inferir que para ellos, esos secuestros habían sido una basura insignificante.
Por otro lado, una gran cantidad de gente, era la que rodeaba el altar que ellos mismos habían hecho, lleno de luces, fotos enmarcadas de las chicas, flores de colores y otros adornos como prendas personales u objetos significativos. Ya toda aquella pesadilla había acabado, por fin el asesino impune se había detenido y el miedo no era tan palpable.
Y entre aquel ambiente melancólico y lúgubre, Yoongi agarraba en sus brazos la fotografía de su chica, llorando con un sentimiento tan lastimero, que Jimin no pudo evitar abrazarlo durante todo ese tiempo. Y ninguno se avergonzó de que los vieran asi, unidos.
Jimin no se sentía del todo bien, pues a pesar de odiar a su hermana, ver a Yoongi asi le había afectado en gran manera. Quizá una parte de él, la que celebraba aquella victoria, no había hecho presencia. No era el momento.
Pero este pequeño acto, le abría las puertas al corazón de Min Yoongi, y eso era victoria CASI asegurada. Era como quitarle el dulce a un bebé, puesto que ya no tenía un enemigo del cual librar una batalla por ese precioso hombre.
Billy ya se había ido con su madre, aunque está claro que el menor lloró mucho debido a ello, pues no quería irse. Sin embargo su madre logró llevarse a su pequeño y despedirse de su hermano mayor. Aún desconfiada de Jimin, claro está.
Mientras tanto, Charlotte, vestida como una moribunda, con golpes claramente fingidos y preparando su parlamento, era depositada en esa casa a las afueras de la ciudad, atada y bien posicionada en un escenario donde ella era la víctima. O parecía más bien.
Todo estaba claro en su mente:
- No conocía a Taehyung.
- No sabía de ningún secuestro.
- No había visto a ninguna chica.
- No sabía a donde la habían llevado.
- No tenía idea de los órganos traficados.
- Y la más importante: no dejaría a Yoongi volver a Busan.
Asi se mentalizó. Pues ella con sus propios ojos había visto como su hermano y su novio se la pasaban extrañamente juntos y eso la alertó. Yoongi no era asi, salvo con ella.
Mientras tanto Tae abandonaba sus bases en Daegu, para éstas ser vendidas posteriormente. No quedaría ese mínimo rastro de él.
Ya todo estaba listo, calculado y premeditado. Tanto, que nisiquiera tuvo que escribir los pasos de su plan, pues estaba tan obsesionado con él que todo estaba grabado en su cabeza.
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Editado: 27.05.2020