CAPÍTULO 5: LA CITA
NARRA ALEXANDRA:
Ya habían pasado unos días del incidente en la comisaria. Ayer Aarón me pidió salir, una cita, o lo que sea es. Ahora mismo me encuentro enfrente del ropero, buscando algo que ponerme. Me decido por un vaquero, una blusa negra de tirantes y mi chaqueta de merzilla. Una vez ya vestida me ondulo el cabello. Al terminar agarro un bolso y meto mi celular, billetera, identificación, una cámara de fotos y las llaves de mi casa, a decir verdad es la casa de mis padres.
Antes yo era muy independiente, pero después de todo lo que paso con mi hijo y demás necesite el apoyo de mis padres, así que me ofrecieron vivir con ellos, y no me arrepiento me gusta mucho vivir acá, acá también vive mi hermana con su hijo. Me llevo genial con Marcos aunque yo sea siete años mayor. Vuelvo a la realidad cuando siento que me llega una notificación, es un mensaje de Aarón, dice que ya esta por llegar. Bajo las escaleras y me dirijo al salón, al entrar me encuentro a Marcos que estaba con la vista en su celular, sentado en el sillón.
-¿Cómo esta mi sobrino favorito?- pregunto sentándome a su lado.
El despega la vista de su celular y me mira y se ríe.
-Soy el único sobrino que tienes, tía favorita- bromea.
- También soy la única tía que tienes, estamos a mano- digo y el se ríe.
-¿Saldrás?- me pregunta.
- Sí, con Aarón, estoy esperando a que llegue.
- Genial, el me callo bie...- no termino de decir porque me miro los pies y se agarró un ataque de risa- ¿dónde rayos están tus zapatos?
Rápidamente dirijo mi vista hacia mis pies.
Oh... sabia que me olvidaba de algo.
-¡Diablos!- digo subiendo las escaleras, practicante corriendo,entre a mi habitación y agarre mis botines negros.
Listo, verifico de no haber olvidado nada más, siento el timbre sonar y bajo. Marcos ya había abierto la puerta y se encontraba conversando con Aarón.
-La Cenicienta ya recupero sus zapatos- dice Marcos cuando saludo a Aarón.
-jajaja que gracia me hace.- digo sarcásticamente- Por lo menos yo si recupere mis zapatos, Marquitos. No como vos, que no pudiste recuperar tu sentido del humor.
Aarón ríe y mi sobrino se hace el ofendido mientras voy a agarrar mi bolso que lo deje en el sillón.
Nos despedimos de mi sobrino y salimos de la casa.
-¿Dónde iremos?- cuestiono.
-Primero que nada iremos a cenar- dice abriendo la puerta del copiloto para que yo pueda entrar- y en luego iremos a otro lugar.
- ¿Que lugar?- pregunto cuando el ya entro al auto.
- Es sorpresa, y se supone que nadie sabe lo que es una sorpresa hasta que la vea, Así que sigamos respetando el concepto de "sorpresa"- dice encendiendo el Auto.
- Eres un aguafiestas.- bufo acomodándome el asiento.
- Y tú una chusma.- sentencia él.
Me giro para verlo y me hago la ofendida. Él se ríe y continua prestando atención al camino. Él va todo de negro, una remera negra, un vaquero del mismo color, unas botas de ese color y una chaqueta de cuero. Adivinen... sí la chaqueta también es negra.
- ¿Por qué siempre vistes de negro?- pregunto de repente
Él sonríe y se limita a contestar:
- No siempre
- bueno... casi siempre- me corrijo.
-Realmente no lo se, me gusta, ya sabes, es mi estilo- dice bromeando.
Aproveche ese momento en el que él esta concentrado en el camino y saco la cámara de fotos de mi bolso.
- Sonríe- digo sacando una foto.
-¿Pero... Qué?- dice desconcertado- ¿por qué traes una cámara de fotos?
-Me gusta la fotografía, siempre llevo una cámara conmigo- respondo revisando la foto que le tome, en realidad la foto quedo muy bien.
-No te voy a preguntar como salí porque ya lo se, siempre luzco fabuloso- alardea él
Yo simplemente me rio, minutos después estábamos en la entrada de un lugar en donde venden hamburguesas, pizzas y todo eso.
- No soy de lo formal- dice Aarón caminando junto a mi hacia una mesa libre.
- Yo tampoco- concuerdo.
Tomamos asiento y a los pocos minutos a tomar nuestra orden, ambos pedimos Hamburguesas con papas frita y una coca-cola.
Comíamos y charlábamos de cosas sin sentido, en una oportunidad casi me atragante con la hamburguesa por algo gracioso que dijo, después me contó que ya se estaba por acercar el cumpleaños de su hija mayor, Maia va a cumplir cuatro años. Seguimos charlando durante un rato más, hasta que dijo que nos teníamos que ir para otro lugar. Él pagó la cuenta y nos fuimos, él manejo hasta... ¿un bowling?
- Espero que te guste jugar a los bolos- dice Aarón.
- En realidad nunca lo hice- digo bajando del auto.
Entramos pagamos la partida y alquilamos los zapatos. Íbamos por la partida número cinco y yo iba ganando, la verdad es que soy excelente jugando a esto.
- Perdedor, eso eres, ¡TE GANE!- digo haciendo un baile de la victoria
Jugamos un rato más y luego decidimos regresar porque ya era pasada de medianoche.
- Bueno, espero que te haya gustado nuestra salida- dice cuando ya bajamos del coche
- La verdad me ha encantado, perdedor- digo y él niega con la cabeza
- ¿Enserio? vas a seguir con eso- se queja él
-Sí y no se me va a olvidar jamas, bueno ya debo entrar, nos vemos- digo y le doy un beso en la mejilla.
-Nos vemos- dice el subiendo al auto, cuando ya se entro a la casa y me pongo a ver las fotos que saque a lo largo de la noche.
Editado: 09.09.2021