Capítulo XI

Ya no andamos juntos, pero nos llevamos dentro.  

Juan Ardini

Alex

En algo Samara tenía razón, ya no se puede hacer nada por aquellos que ya partieron de este mundo, es absurdo seguir llorando por la leche derramada.

-Mira Arami te cite en este lugar porque sé que estas mal, sé que te sientes culpable de alguna forma.

-No sé si sentirme culpable sea una buena definición a como me siento, yo no lo sabía, quizás si hubiera visto lo que estaba ocurriendo, esta tragedia se hubiera evitado.

-Te equivocas, el final sería el mismo; si pones una célula en una concentración elevada de sales, el agua intracelular romperá la membrana que protege a la célula del exterior, esto provocará no solo la salida del agua si no también la muerte de la célula; si colocas a la célula en una concentración muy baja de sales, el agua extracelular romperá la membrana celular para ingresar a la misma, como resultado la célula explotará por el exceso de agua, pero, si pones a la célula en una solución donde la concentración de sales es igual a la concentración de sales intracelular, el agua fluirá equitativamente dentro y fuera de la célula sin provocar ningún daño. Esto demuestra la importancia del ambiente en el que vivimos, si le damos demasiada importancia a los factores externos, todo lo que llevamos dentro correrá hacía ellos con la ilusión de poder alcanzarlos dejándonos vacíos, en otras palabras, sin identidad.

Si absorbemos todo lo que ocurre a nuestro alrededor acabaremos explotando, somos seres humanos, no esponjas ambulantes; debemos aprender a atrapar sentimientos que nos hagan bien y liberar aquellos que nos destruyen por dentro, como la célula en un medio adecuado.

Amambay era de las personas que intentaban mejorar al mundo, ella no quería ser una carga para nadie, no quería que nadie le ayudara a lidiar con sus problemas, más ella quería proveer de soluciones a los demás.

Ella quería conquistar al mundo, no se dio cuenta que a quien debía conquistar era a ella misma y que de esa manera el mundo caería rendido a sus pies; dejó que sus miedos tomarán las riendas, por eso pensó que la vida no merecía la pena.

Cuando se lanzó desde su ventana supe que una estrella estaba colapsando, sus restos aún están el aire, palpable para aquellos que adquirieron sensibilidad, sin embargo, aunque ella ya no tenga vida, ella fue capaz de dar vida.

Sé que te preocupa que Dios no te perdone, pero él es amor, Dios es amor y sé que dentro de su ser no hay otro sentimiento que pueda ofrecerte, aunque lo que se hizo ya no se pueda deshacer.

Hoy se cumplen dos años y medio de su partida y tenías razón, estaba evadiendo a la realidad de que ella ya no está, lo único que he estado haciendo es posponer mi despedida, por eso bajo este lapacho que tanto amo, no le diré adiós definitivo, más bien un hasta pronto. Esta será nuestra última carta:

Hola amada extraña

Han pasado casi tres años de la última vez que te abrace, la vida ha sido muy difícil desde que no estas, pero, no te preocupes, el ojo de la tormenta ya pasó.

Te confieso que hay días en los que te extraño tanto que quiero salir corriendo a buscarte, entonces cierro fuertemente los ojos y te veo allí, observándome desde tu cielo.

Sigues cayendo como la lluvia, cayendo para saciar estas ganas que tengo de ti, pero el frio de tu ausencia cada año hace florecer aquel lapacho, suplantando la belleza de tu mirar; desde que te fuiste nunca pude ir a visitarte, estabas tan alto.

Por eso tomé todas nuestras cartas para crear esta escalera al cielo, para poder visitarte, la última que subí, te veías tan radiante, con esa hermosa sonrisa iluminando tu rostro.

Me inundaron las ganas de correr hasta ti y envolverte en mis brazos, pero aún no ha llegado el tiempo para volver a estar frente a frente.

Estoy tratando de vivir esta vida paso por paso, sin modo automático, quiero captar cada momento, para poder relatártelos en las noches de luna llena.

Ha llegado el momento de decir adiós, descuida solo es una despedida temporal, tenemos la promesa de volver a vernos y nunca más separarnos. Hasta entonces sigue cuidando de mí, que yo viviré la más extraordinaria vida por los dos.

Recuerda que esto solo es un punto y coma; más no un punto final

Hasta que nos volvamos a ver

Te amo

Alex