Siempre Fuiste Mía ... te lo aseguro

Capitulo 13

Pov de Jayden:

-dime lo que tienes- contesto mi celular al ver, es Uno.

-tiene a su gente muy escondida, señor, parece que…

- ¡al punto! - comienzo a irritarme.

-tiene a personas vigilando su área- me responde de manera rápida sin que lo entienda. Que tan inútil puede ser.

-explícate- como si me pesara hablar, arrastrando las palabras de la ira intento mantener la calma que claramente no tengo.

-por el momento, no van contra usted señor, van tras la chica. Fernanda De Luna- carajo, era eso lo que me temía. Como demonios sigue afectándole mi puta vida a ella –me costó descifrarlo, pero irá a un antro, es muy conocido, en realidad es…- voy a matar a este tipo si sigue hablando sin darme nada.

-si no me dices de frente lo que tienes te aconsejo que huyas antes que te encuentre.

-perdón- se lamenta con evidente tono de miedo –este chico se llama Ángelo Giordano, estará en Cave- uno de mis antros, será sencillo enfrentarlo –va porque la señorita De Luna estará en ese lugar con su hermana, la señorita Morgan De Luna- claro, ya había investigado sobre ella en un inicio. Sonrío al recordar nuestros primeros momentos con Fernanda. 

-cuáles son sus intenciones- pensar en lo que le puede hacer, hierve mi sangre, desquitando toda mi furia aplastando mi celular.

-no tengo idea, pero irá acompañados de dos hombres más que no están involucrados en nada- recalca -solo van para crear una cortina de humo- tiene sentido. En aquel antro mayormente van personas de la familia a la que pertenezco, raras veces son de otras y si es así… o están siendo vigilados o simplemente no le dan el acceso al ingreso por seguridad. Una política a la que me vi obligado a poner si no quería convertir esos lugares en un matadero. Ya sabemos cómo terminan las personas al salir de un antro. Sé tomar mis propias precauciones, los escándalos no me interesan como para soportar a la prensa encima si algo así llegara a pasar en uno de mis locales –algo más- pregunto antes de cortar.

-si piensa ir tiene que ser…- no lo dejo terminar.

-les informaré lo necesario a los guardias, tú irás yendo y si pasa algo me avisas de inmediato.

-como usted diga, señor- corto la llamada.

- ¿problemas? – Fabrizio voltea la mirada hacia mi intentando descifrar lo que expresa mi rostro.

-personales- me limito a sentenciar.

-claro que sí- no se molesta en ocultar su diversión –cuando no el gran Jayden Clark- hace un gesto con sus manos en reverencia a mí –ha revelado algo sobre su vida- vuelve a dar un par de carcajadas mirando por la ventana de su auto –sería raro que supiera algo por ti de ti.

-que intentas decir- se encoge de hombros.

-nada.

No hablamos más. Ya estoy lo suficientemente cansado como para aguantar sus tonterías también.

Llegamos a la mansión Russo, hemos estado afianzándonos con muchas familias de todo el estado. En este momento estamos en Roma, poniendo a todos de nuestro lado. Claro que lo hacemos de manera discreta, de lo contrario entraríamos en conflictos con nuestros enemigos.

***

Estoy en el jet regresando lo más rápido posible. Dejé a Fabrizio con sus hombres que lo cuidan, ellos regresan mañana. Son las 11 pm. <llegaremos, llegaremos> me repito varias veces. Estoy dejando a Fernanda con quien sabe quién, está en peligro y yo no puedo hacer nada para salvarla <no puede pasar, otra vez>. No me lo perdonaría.

Empiezo a ponerme nervioso - ¡por qué demoran tanto! – grito esperando a que alguien se acerque a contestarme.

-disculpe señor, el piloto me acaba de informar que estaremos en Sicilia en 5 minutos- la azafata con evidente miedo intenta tranquilizarme –podría traerle algo- ofrece cuando nota mi frustración –desea algo señor- vuelve a preguntar cuando no tiene ninguna respuesta.

La miro con fuego en los ojos como si con eso bastara para que se largue de este maldito lugar. Ella asiente entendiendo mi petición, sin nada más que decir la veo alejándose a su lugar.

 …

Los minutos se me hicieron eternos, en cuanto aterriza y la misma chica de hace rato abre la puerta con las escaleras ya puestas para bajar me adelanto rápidamente en salir corriendo de esta chatarra voladora.

El carro que había pedido me espera con las puertas abiertas, pero no espero que alguien me lleve. Abro la puerta del piloto y sin aviso alguno boto a la persona de ahí, sorprendidolo y dejándolo en el piso, tendido. Haciendo algunas protestas que no logro escuchar por lo apurado y desesperado que estoy.  

Conduzco a toda velocidad, cada vez aumentan los números indicando que ahora voy a 108 km/h.  No me importa nada, solo quiero llegar y saber que ella está a salvo… conmigo, de esa manera, Solo de esa manera estaré tranquilo.

En cuanto llego freno haciendo un movimiento estratégico provocando un ruido que deja a todos con miedo hasta que me ven salir, robando la atención en ese momento, sin embargo, no es motivo para tranquilizarme, le tiro las llaves al vigilante de seguridad quien las atrapa por reflejo.

Desaparezco corriendo entrando por la puerta principal llena de gente, pero no necesito decir nada pues todos aquí me conocen. Sin protesta alguna entro y entre la multitud estoy llamando al bueno para nada de Uno –donde está.

-en el segundo nivel, señor, parece que…- no dejo que continúe cortando la llamada.

Me dirijo hacia donde me dijo, me quedo parado por un momento buscándola con la mirada… <te encontré> la veo con un tipo <debe ser ese tal Angelo>

No tengo dudas.

Me acerco a toda velocidad en dirección a ese, sin dejar de mirarlo con ira que pretendo desquitarla dándole un par de golpes. Y si es posible hasta que muera.

Con las manos hechos puchos, no me lo pienso, tirándole con toda mi fuerza un golpe con estos, haciendo que Fernanda se asuste intentando meterse en la pelea, pero es detenida por Uno. <Ahora sí no te salvaras pedazo de basura> sigo golpeándolo hasta que llegan dos hombres, de los míos, parando la pelea. No soy capaz de formular nada, estoy cegado por la maldita ira que me domina en este momento. Le insisten que se retire, justo cuando llegan sus dos amigos lo hace, ayudándole a poder caminar porque está muy golpeado como para que pueda hacerlo solo.




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