Llegamos a la mansión donde juré que nada le iba a pasar a Fernanda. Se supone que estaría llegando tranquilo con ganas de abrazar a la persona más importante en mi vida. Y que tengo ahora, unas ganas enormes de matar a las personas que siguen intentando lastimarla.
Pero no dejaré que lo hagan. Antes me verán muerto porque en vida seré su pesadilla. ¿Qué esperaban? ¿Qué me resignara y la olvidara? Primero tendría que dejar de pensar y sentir para decir que Fernanda no es lo más valioso y sin ella, por más poder y dinero que tenga, sería un fracasado total. Y yo soy todo lo que quieras menos eso.
Solo espero que ese maldito botón se haya presionado solo.
Entramos a la mansión con discreción. Ya la hemos rodeado y los guardias que acostumbra tener no están. < ¡Mierda! >
Tienes que estar bien, nena.
Uno de mis hombres hace un gesto de poder entrar. En cuanto lo hacemos, no dejamos de bajar la guardia. Estamos armados y con un aura de completa atención y seriedad. Esperamos lo que sea, lo que sea, por ti mi vida.
<Sería capaz de cualquier cosa con tal de recupérate>
-señor- me acerco donde recoge la alarma que le entregué. <Carajo> trago saliva.
-revisen todo el lugar- demando antes de irme por uno de los pasillos para encontrar algo.
En cuanto inspeccionamos toda el área no nos tardó mucho tiempo en encontrar a la pareja De Santis. Quienes se encargaría de ella, estaban amordazados e inmóviles por una soga que apenas los dejaba respirar en aquella habitación.
Los liberamos y les exijo que me digan dónde está. No tenía tiempo para los modales y preguntarles como estaban, era mi mujer y su hijo quienes estaban en peligro. No podía dejar de pensar en ellos y más aún si ya he vivido algo parecido. Mientras el tiempo pasa cada vez que respiro, el miedo decide quedarse con más pavor en mi ser. Aunque eso no lo demostrara.
-no entiendo lo que pudo pasar, estábamos bien y de pronto… agh- se queja del dolor en la cabeza que vuelve a sangrar. Enzo es un hombre en el que puedo confiar, hace años me demostró que era un buen hombre al igual que su mujer. Cuando los conocí estaba perdido en este mundo, de no ser por ellos y sus consejos seguro me hubieran asesinado hace mucho.
- ¿Valeria? – llamo su atención interrumpiendo su preocupación por su esposo.
Suspira lamentándose –lo siento tanto, Jayden- me mira con pena. No sé si es cierto, pero creo que estoy sudando frío –nos agarraron desprevenidos, se la llevaron hace buen rato, seguro pueden...- ¿cree que no lo hicimos ya?
-ya mandé a rondar toda la ciudad.
-sabes bien que no hay tiempo, Jayden- esta vez es Enzo que vuelve a hablar sujetando un pedazo de hielo en la cabeza –si la quieres contigo en menos de una hora puedes hacer que ellos mismos te la entreguen sana y salva si…- espera a que lo descubra por mi cuenta.
Al principio no sabía a lo que se refería –tienes todo lo necesario. Poder, influencia y sobre todo… habilidad- su esposa es quien me asegura lo que estoy pensando.
Me alejo pensando si eso nos ayudará o la perjudicará.
-tienen razón- junto con mis hombres nos vamos del lugar. El paso que estamos a punto de dar es muy delicado. No todos los días pasa algo como esto y sobre todo… no todos pueden hacerlo sin salir derrotados y atrapados.
Claro que tenía la habilidad para algo como esto. Ya había dicho que por Fernanda haría lo que sea, y esto… es tan solo el inicio.
El tiempo transcurre, ya hemos sacado a flote el plan que estábamos formando con mucha cautela. No regresaré sin Fernanda a Italia. Así que España tiembla si no me la entregan sana y salva con su hijo.
Prendemos los noticieros, ya había comenzado todo, el ataque que dimos apenas y comienza, con todos los medios alborotados por el suceso.
“Hasta el momento no se sabe lo que está pasando” “los precios no dejan de subir” “¿acaso el terrorismo está involucrado?” “la bolsa de valores no para de bajar drásticamente” Los noticieros están estallando con lo que está pasando.
-ahora- aviso en cuestión de minutos. Ya tenemos la atención de España.
Quien pudiera pensar que, con solo un botón, un país estallaría en decadencia.
“¡¿están observando?!” “¡los celulares no dejan de sonar!” “¡señor canciller! ¡señor canciller!” todos se avalancha contra el pobre hombre que comienza a molestarse y abrumarse por lo que está pasado. No dejo de cambiar los canales observando lo que dice cada noticiero. Viendo en todos los canales al mismo hombre. Quien no estaría con el culo hinchado teniendo a toda la prensa en su encima añadiendo que el país bajo su cuidado está agonizando.
Me detengo en un canal –señor, que quiere decir el mensaje “regrésala con vida o la población española sabrá los secretos de su gobierno”- todos ponen su micro en el hombre que no deja de tener la cara roja del coraje. Sonrío ligeramente sin abrir la boca – ¿a qué secretos se refiere? – dice otro periodista –que es lo que nos ocultan, señor- las preguntas no dejan de ser lanzadas por anhelo de una respuesta – “¿quién es esa persona?” “¿la tiene secuestrada?” “¿está en cautiverio?”
-aún no sabemos de qué se trata, pero les aseguro que haremos lo necesario por atrapar a la persona tras esta cizaña- hace una pausa intentando controlar la paciencia que se nota que no tiene por las cámara y fotografías que le hacen incomodar por la aglomeración –solo no se dejen llevar por las mentiras de esta persona.
En cuanto termina de hablar medio país entra en protesta, y la delincuencia no pierde la oportunidad para saquear centros comerciales y hacer vandalismo por las calles.
- “los bancos han sido hackeados” “acaso los políticos tienen algo que ver con la desaparición de esta mujer”
Hago una seña, de publicar el rumor, a Dante, por todos los medios sociales.
-y esto no deja de terminar- un reportero muestra su celular al entrarle una notificación – “es injusto el peligro de vulnerabilidad de una mujer embarazada”- ahora sacamos el feminismo en plena decadencia económica.