Madrid, España, cinco de marzo de 2036...
Abi Pov:
Desperté de un salto en mi cama, sintiéndome presa del mismo miedo que ha atravesado mí cuerpo en más de una semana- Tuve una pesadilla- la misma de todas las noches, esa que altera mis nervios y pone a latir mi corazón de una manera errática. Básicamente se trata de un par de ojos de color carmín intenso, sus pupilas no demuestran alguna pizca de vida, es más centellean como si dentro de ellas hubiera fuego, es todo lo que puedo ver ya que lo demás es oscuridad y luego una voz masculina me habla, es raro pero no es sepulcral, ni atemorizante- Es la voz más seductora y atrayente que pude a ver oído en toda mi vida- y aunque solo me dice dos palabras, hace que todos los vellos de mi piel se ericen al recordarlas: “Eres mía”… Cierro los ojos y niego con la cabeza repetidamente ¿Qué estoy diciendo? Es solo un sueño, un sueño que se ha estado repitiendo por días en mi mente pero a fin de cuentas, sigue siendo un sueño.
Suspiro y miro mi despertador, justo la hora cambio a las 07:30 de la mañana y sonó como de costumbre despertando a toda la persona que esté cerca del, desanimada, lo apago y me levanto de la cama, hago un intento de sonreír mientras salgo de mi cuarto rumbo al baño para darme una ducha, sin dejar de repetirme que hoy será un buen día.
***
En realidad, la señora Anna Bennett, es mi abuela, pero ella se ha encargado de criarme y educarme como si fuera su propia hija ¿Por qué? Pues porque mi padre murió cuando yo era una recién nacida y mi madre me abandono con solo seis meses de vida dejándome a cargo de mi abuela, desde entonces no he sabido nada de mi madre biológica y a pesar de que es la hija de mi abuela, ella ni siquiera se digna a nombrarla. Alguna vez tuve curiosidad por saber de ella, tenía tantas preguntas que hacerle como: ¿Por qué me dejaste? ¿Qué hice mal? ¿Nunca me quisiste? Pero con el tiempo me fui dando cuenta que eso no era bueno para mí y trate de olvidar ese tema… Solo quiero pensar que esa mujer está muerta, por lo menos así se me hace un poco más fácil la vida.
Mi nombre es Abril Campel Bennett, tengo 19 años, vivo con mi abuela en España, Madrid, específicamente en uno de sus barrios más pobres: Villaverde, no tenemos lujos, nuestra casa es pequeña y no muy espaciosa, justo para nosotras dos. Estudio en la universidad pública Antonio De Nebrija- Estoy en la carrera de leyes, en segundo año- Y en ese ámbito, todo me ha ido bien hasta el momento- Tengo una sola amiga de toda la vida, quien es de mí mismo barrio y sabe prácticamente todos mis secretos, aparte de Anna, ella es la persona que más amo en este mundo, la considero la hermana que nunca tuve, su nombre es Amber Hiltton, tiene mi misma edad y como yo estudia leyes en Antonio De Nebrija… Hasta ahora mi vida es común y corriente como la de cualquier persona, sin contar que ahí un secreto que Amber ni mi abuela saben: Trabajo para un demonio, si, un demonio, un ser sobrenatural del averno, pueden creer que estoy loca por lo que les dije pero es la verdad.
Lucían Antetorre me ha convertido en una prostituta y su esclava a la vez, se preguntaran el porqué, pues bien, cuando cumplí 15 años, la situación económica en mi casa no era la mejor- Prácticamente estábamos en la calle- A Anna dejaron de pagarle la pensiona por viudez y mis trabajos de medio tiempo no ayudaban del todo con las deudas que se nos fueron juntando con el tiempo.
Aunque aún le quedaba su pensión por viejez, no era lo necesario ni siquiera para llegar a mitad del mes, claro la situación empeoro cuando a mama le dieron fuertes dolores musculares, que tiempo después supimos que era una enfermedad más conocida como artrosis, es algo que ataca a los huesos por falta de calcio o que se yo, la cuestión es que esa enfermedad en el cuerpo de Anna estaba ya muy avanzada y lo único que quedaba era esperar a que poco a poco perdiera la movilidad en sus piernas, es decir, no quedaría invalida, ella podría sentir, pero tendría dificultad para moverse, gracias a esa enfermedad que tenía tomada las caderas de mi abuela hacia abajo- Ella sufriría- Ya que también esa dolencia le provocaba dolores espantosos y lo único que los podía calmar eran los medicamentos restados para la artrosis. Claro que para eso se necesitaba dinero y yo no lo tenía, tampoco podía pedir algún préstamo o conseguir un trabajo de tiempo completo por la escuela y porque era menor de edad, así que la única opción que me quedaba era hablar con Lucían… El es hijo de una de las familias de narcotraficantes más conocidos del país, después de que mataran a su padre en un tiroteo con la policía, el asumió el mando de su porquería transformándose en todo un mafioso- Lucían tenía dinero, podía ayudarme, pero me costaría caro- Antes de ir con el lo tuve que pensar más de unas semanas, sabía que era peligroso y no tenía piedad con nadie, el desgraciado tenia comprados hasta los policías y no había nadie quien le hiciera frente por su poder.