La sensación era exquisita, la sangre pasando por mi garganta era agradable, todo lo contrario a lo que pensé.
Había manchado mi rostro con sangre así que decidí darme una ducha.
Al verme através del espejo en lo primero que me fijé fue en mi rostro, mis facciones estaban mejor remarcadas, mis pestañas parecían hasta postizas, mis cejas perfectas, mis labios tenían un grosor adecuado. Aunque sabía que era yo, no parecía yo, no cambie, simplemente... ni siquiera encontraba la palabra correcta.
Me metí bajo la regadera, mi piel había adquirido palidez, mi cuerpo había sufrido un par de modificaciones mi cadera era más voluptuosa, mi cintura más estrecha, mis pechos tenían la perfecta redondez y la voluptuosidad adecuada.
No me podía creer esto era como si los vampiros fuéramos diseñados para poder capturar a nuestras presas, solo bastaba que nos miraran para quedar en un tipo de hechizo.
Al terminar de vestirme quise buscar a Blake o a Ann para que me dijeran que tendría que hacer.
A Ann no la encontré así que supuse que habría salido y a Blake lamentablemente lo encuentre y por todos los Dioses deseaba que lo que veía no fuera cierto, Blake y la tal Verónica se estaban besando, no quise quedarme a ver ni un segundo más así que con un portazo me alejé de ese lugar.
No sabía hacia donde me dirigía, solo sabía que quería alejarme lo más posible de ahí. Por el camino me encontré con James quién estaba cazando, tenía a un venado entre sus brazos bebiendo de el.
Al sentir que lo observaba volteó hacia mí.
En unos segundos me acerque a él, el silencio permaneció mientras el examinaba mi rostro y cuerpo. Realmente me puso nerviosa su mirada.
-Te sienta bien ser una de nosotros.--dijo acercando su mano a mi mejilla y acariciándola.
Lo bueno de ser vampiro es que no me puedo sonrojar de lo contrario mis mejillas estarían ardiendo por su comentario y caricia.
-Cierto--respondí. El olor de la sangre que quedaron sobre sus labios llegaron a mí.
No estoy segura de si fue porque mi cuerpo exigía probar la sangre, o es que enserio quería probar sus labios o simplemente mis emociones se habían intensificado y eso incluía lo vengativa que soy.
Simplemente me acerque a él y lo besé, al principio hubo sorpresa de su parte, pero no dudó en responder al beso. Una de sus manos viajo a mi espalda baja atrayendo mi cuerpo a él haciendo que mi pusiera en puntillas ya que era él era más alto, y la otra se enredo con mis cabellos; el beso de intensificó en un par de segundos. Cuando sus manos estaban por deslizarse por mi trasero su cuerpo fue separado del mío bruscamente.
Blake se encontraba frente a mí, sus puños estaban cerrados ejerciendo mucha fuerza hasta que sus nudillos se tornaban blancos, sus ojos estaban rojos solo podían transmitir temor.
-¿Qué quieres?--Pregunte con aburrimiento y obviamente con molestia.
-Retirate.--dijo hacia James.
Una vez solos se acercó a mí y me cogió del cuello estampando mi cuerpo contra un árbol, no me permitía gesticular palabra alguna.
-¿Qué crees que haces?--Se dio cuenta de que su acción me impedía hablar, me soltó.
Trate de apaciguar el dolor de mi cuello dándome suaves masajes.
No me convenía provocarlo en estos momentos. Aunque no quisiera admitirlo el me ganaría frente a cualquier aspecto.
-Nada.--Pero al mismo tiempo mi lado "yo no me callo nada" le tuvo que contestar.
Me tomo con una mano del cuello otra vez pero ahora me estampó contra el piso con su cuerpo ejercicio presión sobre el mío.
-Tú solo eres mía, no voy a compartirte con nadie.--Maldito, yo no soy un mueble.
No sé cómo fue posible, pero pude cambiar de nuestras posiciones.
-Y tú, comprende que yo tampoco comparto con nadie y menos que me voy a quedar de brazos cruzados.
No quería escucharlo, sabía que tendría un momento de debilidad, porque aunque no lo quisiese mi corazón marchito dolía ante su traición.
Corrí sin dirección alguna, me encontraba rodeada por el espesor de la naturaleza, hasta que mi olfato detecto sangre, también escuché el bombardeo de un corazón a kilómetros de distancia.
Fueron mis sentidos los que me llevaron hacia esa persona, mi cerebro no pudo procesar la información y cuando me di cuenta mis colmillos se encontraban enterrados sobre la piel de aquel humano, y aunque mi razón pedía parar, mis sentidos solo me insitaban a beber hasta la última gota de sangre que recorría por su cuerpo.
El cuerpo inerte del humano cayó a mis pies. Al llevar mis dedos sobre mis labios y verlos solo había sangre, un sollozo brotó de mí, sabía que esto sucedería en algún momento, pero esperaba que no fuera tan pronto.
Matar a un inocente no estaba en mis planes, aunque ahora sea un monstruo.
El anochecer se encontraba cerca. No fue muy complicado encontrar el camino de vuelta, use mi velocidad para llegar a mi habitación, una vez dentro vi una escena realmente única, Blake se encontraba sentado sobre un mueble individual con una botella de vodka en la mano, aunque mis hormonas hacen que me quiera lanzar sobre él no lo voy a hacer.
-No comprendes que no te quiero cerca.--Grite con furia aunque también con dolor.--Me duele--dije señalando mi corazón--no quiero sentir esto. Me duele tu traición aunque no lo quiera, no puedo evitar sentir esta opresión en el pecho.--Vi sus intenciones de querer acercarse a mí mas no lo deje.--Alejate, no te quiero cerca a mí, solo...aléjate.--Sus movimientos cesaron, al ver mi rostro sus ojos solo mostraron arrepentimiento, sabía que enserio me dolía su traición y que yo trataba de luchar contra ello y eso me dañaba aún más.
Se marchó de mi habitación, al quedar sola me permití derramar una lágrima de sangre.
Tenía que dejar de pensar en él.
Planeaba salir de esa casa; ayer estaba tan concentrada pensando en Blake que nisiquiera pensé en la ropa con sangre que llevaba puesta.