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Logan
Maldición esto deber ser un mal chiste me declararon culpable sin ni siquiera un juicio me condenaron a tres años de presión por algo que no hice. Cuando escuché mi sentencia no pude sentirme más derrotado, humillado y para empeorar las cosas dado que el próximo año cumplo la mayoría de edad me van a transferir a la prisión de adultos. Maldigo mi vida, maldigo mi existencia.
¿Por qué Dios no me llevo a mí? En vez de mi hermana.
Reese y Sofía tendrían la vida que quisieron junto a Elizabeth y yo no tendría que pasar por todo esto. Tener que soportar miradas de odio, el acoso escolar y ahora esto.
¿Qué hice para merecer esto?
Vivir. No puede ser razón para pasar por todo esto estoy derrotado ya no tengo fuerzas para levantarme. Ahora mismo me están trasladando a prisión en bus junto otros reclusos. Todos estamos esposados miro por ventana y veo los edificios pasar me pierdo en la vista que tengo como todo cruza delante de mí, tal vez así se sienta morir dar el último suspiro. Salimos de la ciudad.
Llegamos a la prisión donde pasare los tres años de mi condena… eso si consigo sobrevivirlos –muy bien, bajen ordenadamente –grita uno de los guardias de la prisión nos levantamos de los asientos y bajamos del bus –síganme –lo seguimos quiero escapar, pero no puedo hay muchos guardias bien armas al menor intento de fuga tal vez disparen a matar.
Llegamos a la cabina donde entregan los uniformes de los reos la fila avanza hasta que llego el encargado me mira y me entrega una funda plástica con el uniforme naranja, un cepillo de dientes, pasta dental y jabón.
–Desvístanse hora del baño –comprobare si es cierto los baños de bienvenida de los guardias me desvisto voy a la regadera giro la perilla cuando un fuerte impacto de agua helada choca contra mi espalda haciendo me golpear contra los azulejos la intensidad del agua es muy fuerte el agua golpea toda mi parte dorsal. Después de unos minutos cesan el flujo de agua.
Me tiran una toalla –sécate y cámbiate –lo hago y me guían a mi celda donde comprobare otra bienvenida el guardia abre la reja –entra –camino hasta la reja y el otro me empuja dentro –dulces sueños –dice el maldito.
Tenía la cabeza gacha que no note a mi compañero al levantarla lo miro es un asiático tiene el pelo oscuro con un corte moderno y adecuado para su edad está bien ejercitado su mirada causa miedo. Le quito la vista. Cometería un terrible error al mirarlo a los ojos. Pero hay, algo familiar en él. No sé qué es.
–Así que tú eres mi nuevo compañero –guao habla perfectamente –soy Jin Chen –me extiende la mano y dudo en tomarla no sé qué acción tomara –sabes que es de mala educación dejar la mano de alguien extendida –dice con voz severa.
Extiendo la mano temblorosa me aprieta la mano y me mira fijamente esperando que me presente –soy… –mi voz se entrecorta – soy Logan Vallejo.
–Bien Logan. Establezcamos reglas –rayos no me gusto el tono con que lo dijo –mi cama es la de arriba, no quiero lloriqueos en las noches –agh mis ojos se abren aterrados –la limpieza es bien estricta, aquí en mi celda. Queda entendido –aprieta mi mano más. Asiento. –Bien si lo tienes claro buenas noches –pone sus manos en el borde de su cama y de un salto sube a su cama y se recuesta.
Pongo mis cosas sobre la cama es peor que la mía el colchón está desgastado al igual que la almohada suelto aire y me siento en el borde creía conocer el infierno, pero me equivoque este lugar donde estoy es el infierno la atmosfera es pesada, aterradora y de solo pensar que aquí hay cientos de reos peligros mi miedo se multiplica por mil. No creo poder sobrevivir aquí ni siquiera un día.
Amanece no dormí en toda la noche pensando en cualquier acción que pueda tomar mi compañero. Al parecer tengo algo de suerte, Dios no se ha olvidado de mí. Aun así, me asusté mucho cuando de un salto bajo de su cama en la madrugada. Pero solo se lanzó al suelo a ejercitarse y hasta ahora continua. Unos pasos se acercan al igual que un ruido estremecedor de su garrote chocando contra las rejas.
–Despertarse señoritas –dicen con burla –prepárense hora de desayunar –mi compañero se levanta esta empapado en sudor, se seca con una toalla y se pone algo de desodorante y la camisa del uniforme.
–A desayunar novato –dice riéndose. Donde demonios está el chiste eh.
Con la poca voluntad que me queda me levanto de mi cama y lo sigo al comedor de la prisión hay una larga fila para entrar estoy asustado los tipos que están delante de mí, así como atrás me causan terror no dejo de temblar la fila avanza tomo mi bandeja de alimentos camino hasta la primera cocinera y pone un cucharon de algo blanco sobre mi bandeja. Creo que es avena o eso parece.
Avanzo me dan una taza con café. Mierda odio el café sigo avanzando y me dan una manzana ya con manchas cafés, esto no es desayuno.
Pero qué más da es esto o morir de hambre camino buscando una mesa vacía, pero todas están llenas miro a los guardias en la parte alta con sus fusiles Hk sigo avanzando y al fin encuentro una mesa vacía me siento. Tomo la cuchara para tomar un bocado de esta avena o lo que sea. La llevo a mi boca y el sabor no es agradable, no tiene sabor no sabe a nada y con esfuerzo la hago deslizar por mi garganta.
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Editado: 31.03.2021