Siempre tuya

Carta 18

Hedala, 1 de abril del 2018.

De: Kali O’Neill

Para: Eloisa González

 

Voy a matarle.

Eloisa, más te vale que me digas quién es ese idiota porque enserio quiero, necesito, hacerle daño.

¿Cómo es posible que se atreviera a herirte? ¿qué clase de ser humano hace eso?

Eres la persona más empática, comprensiva y dulce que hay, ¿cómo es posible que algo tan terrible le sucede a una persona tan buena?

Este mundo es una mierda. La gente es una MIERDA.

Estoy tan cansada de esto: de prender la televisión y de oír que tal y tal y tal mujer fue golpeada por su marido, violada por su hermano, secuestrada por un amigo. Estoy cansada de que cada vez que desaparezca una niña o una mujer no tenga que pensármelo ni dos segundos para saber que después aparecerá violada y/o muerta. Estoy tan cansada de este mundo en donde ser mujer es tan difícil. Cansada de que ser mujer implique que elegir pareja sea como caminar sobre un campo lleno minas terrestres: escoges lo que te dice la intuición y esperas que no te explote en la cara. Y odio, odio, odio que esto te haya sucedido a ti.

Pero… ¿cómo te sientes? ¿cómo puedo ayudarte?

Y, por el Bendito, por favor no regreses con él.

Olvida todo eso del libre albedrío. YO NO VOY A DEJARTE VOLVER CON ÉL. Incluso si en un par de meses quieres y deseas hacerlo con toda el alma.

Juro por lo más sagrado que te protegeré. Que resguardaré tu dignidad… Incluso si tú no quieres. Y si me odias por ello, que así sea.

Eloisa, eres mi todo. Mi mejor amiga, mi familia, mi alma gemela, mi destino. Por favor, no olvides que hay alguien dispuesta a darlo todo y un poquito más sólo para que seas feliz. No caigas de nuevo. Por favor. No quiero que en treinta años mires atrás y veas que tu vida fue un jodido ir y venir esperando por un imbécil que al final del día no te quiere y, peor que eso si es posible, no te respeta. No quiero que tengas hijos con él para que al mirar atrás te des cuenta de que las personas que más amas son sólo otra herramienta que ese imbécil usa para amarrarte, para controlarte. No quiero que toda tu vida gire en torno alguien que no puede amarte ni una pequeña parte de lo que yo te he amado todos estos años de… amistad.

¿Cuándo el mundo se volvió tan complicado?

Aún recuerdo cuando éramos niñas y lo único que teníamos que pensar seriamente era a que jugaríamos cuando tuviéramos un descanso del entrenamiento de la Orden y de las tareas.

Desearía volver en el tiempo y que todo fuera tan sencillo como antes.

Desearía que fuéramos de nuevo solo tú y yo contra el mundo.

Creo que ahora comienzo a entender porqué te has ido, porqué has dejado todo atrás.

Apuesto lo que quieras a que ese cerdo es parte de la Orden, ¿qué, si no, explica que hayas escapado de esta forma?

Si es así, no vuelvas, Eloisa… Lo entiendo.

Estos últimos días, mientras esperaba tu carta, me ha consumido por dentro la ansiedad de saber qué contestarías y que evadirías. Pensé que saber me haría sentir mejor, que me daría alguna especie de consuelo. Pero no es así, porque ahora sólo me siento más enfadada con el mundo de lo usual y muchísimo más preocupada por ti.

La misma noche de que te envié la carta anterior a esta me di cuenta de que esa misma ansiedad de la que te hablé no me dejaría dormir en paz, por lo que llamé a Alessio para que fuéramos juntos a tomar algo. Ya sabes como él tiene esa forma de hacerme enojar que en realidad me hace feliz, y pensé que tal vez su compañía podría ser un alivio.

Entonces fuimos a ese bar que está bajando la calle Araujo para encontrarnos con Emma, Ethan y Amy, a quienes no habíamos visto en casi dos semanas debido a todo el ajetreo de nuestros nuevos empleos. Y fue relajante por un rato, pero entonces la conversación se volvió acerca de ti y la angustia regresó incluso más fuerte que antes. Fue justo en ese momento que una chica de pelo negro se me acercó.

Ella era hermosa, pitufina, y me pidió que bailáramos juntas.

Las horas volaron: antes de que me diera cuenta eran las dos de la madrugada y todos se habían ido menos Alessio, que esperaba que yo quisiera dejar el lugar. Cuando decidí que era tiempo de regresar esta chica se inclinó tan cerca de mí que pude sentir el calor de su piel y el olor de su perfume, y luego dijo:



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En el texto hay: amor, amistad, brujo

Editado: 03.09.2018

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