Volema, 26 de abril del 2018.
De: Eloisa González
Para: Kali O’Neill
Perdoname por haber tardado tanto en escribir una respuesta a tu carta. No sabía qué contestarte y, aún ahora, pasado diez días, no sé qué decir, por lo que me limitaré a seguir tu ejemplo y ser lo más honesta posible.
Cuando leí tu carta sentí que era un castillo de naipes golpeado por un huracán: caí, caí, caí hasta hacerme pedazos, hasta estar dispersa por todo el lugar. Incluso me llevé la mano al pecho, porque sentí que mi corazón, de alguna forma, estaba sangrando, como una herida en carne viva.
Y aquí está la verdad que necesitas escuchar:
No soy buena para ti, Kali. La Eloisa que una vez conociste se desvaneció como un recuerdo de la infancia. Por ello y por muchas otras razones, incluso aunque te amo tanto como soy capaz de amar, jamás podré amarte de la forma en la que anhelas ser amada.
Incluso si no fuera así, ya me he rendido con el amor. No tengo tiempo ni espacio para un sentimiento tan devastador y tan absoluto.
Desearía con todo el corazón que las cosas fueran diferentes, desearía que tu confesión hubiera llegado a mis oídos mientras nos encontramos en la misma habitación, desearía haberme sentido agradecida y con el corazón sano y listo para amar, desearía no haberme enamorado de tantos idiotas, desearía no haberte traicionado, desearía no sentirme tan culpable por las cosas que haré, desearía no odiarme tanto a mi misma, desearía no haber sido tan estúpida y tonta, desearía que las consecuencias de mis acciones no fueran mías y desearía con todo el corazón ser la misma chica tranquila, amable y resignada, pero no lo soy. No lo soy.
Deseo infinidad de cosas, pero tengo en mis manos tantos sueños rotos, que ya no me atrevo a sentir esperanza.
Si eres lista, Kali, debes correr tan lejos de mí como puedas, en todos los sentidos que te sea posible.
Esta es mi última advertencia. A partir de ahora, no habrá ninguna.
Necesito que no escribas por un tiempo porque quiero reflexionar sobre algunas cosas y resolver algunas otras. Hay mucho que hacer y creo que finalmente ha llegado el momento de poner las ruedas a girar.
Te escribiré cuando esté lista para que hablemos de nuevo.
Con cariño, Eloisa.