Cap.1...
-¿Te divierte mirar mi celular?- El pelirrojo estaba recargado sobre aquella pared áspera, con los brazos cruzados y una expresión poco amigable. No podía entender como era posible que aquel chico se atreviera a husmear entre su celular, algo, muy privado para él.
-¡Ahh!- por unos instantes se resaltó aquella expresión de susto, como cuando miras una película de terror entre las cuatro paredes de un cuarto oscuro y helado por la fría noche.
Johan no pudo evitar tirar el celular. Su respiración agitada era notable por el susto, lo mira fijamente y replicó. -¡Tú!, ¡eres el pelirrojo!
-¿El pelirrojo?, ¿No se te ocurrió un mejor sobrenombre?- Lo mira entrecerrando sus ojos de forma seria. Deja sus llaves encima de un mueble de decoración y se dirige a la cocina. Johan lo mira muy confundido, se pone a pensar una poco y recuerda sobre aquel chico con quien compartiría el departamento -¿Eres Amber?
-Si y veo que eres mi compañero- da un trago a un jugo de lata de moras. Mira su celular tirado y se inclina a tomarlo, pero Johan lo interrumpe abalanzándose contra el celular. -¿Qué te pasa?, es mío, quitate- tratando de quitar a Johan.
-¡Nada! Nada hombre, que el celular es un vicio- Johan no quería que notara el pelirrojo, que estaba revisando su celular por curioso. Johan tendía a ser muy curioso en los temas ajenos hasta con desconocidos.
-Y eso a ti no te importa- Intenta quitarlo -Ya deja de ser tan capullo, quieres -ya estaba bastante serio con las cejas fruncidas.
-¡No!,esqu...-Amber le arrebata su celular y lo mira fijamente a la pantalla. -¡Yo...ah...q-quería saber de quién era!- justificando su momento de fisgonear -¡No tienes razón para enojarte y...y!
-Deja de justificar lo obvio- Solo suspira un poco y revisa un poco su celular -Que chismoso- lo dijo para relajar un poco la situación.
Para Amber era un alivió el hecho que Johan no hubiera revisado más el celular. Seria encontrarse con una apuñalada sobre el pecho al saber que alguien más se enterara sobre... Ello.
-Pues tú eres un presumido obsesionado, pensé que serías más relajado cuando choque contigo, pero eres todo un berrinchudo- rueda sus ojos, era cierto que él tenía la culpa, pero claramente el orgullo le ganaría más que la verdad. Se levanta y se sacude un poco la ropa, por aquel espectáculo que dio lanzándose sobre el celular del pelirrojo.-Bueno, estaba esperando para que me digas donde dejar mis cosas, las dos habitaciones están ocupadas
-Sí, pensaba hacerlo estudio tu habitación, ya que no pensaba que algún chismoso fuera mi compañero- se va a la cocina por alguna barra de proteína, de ésas que sacaban en los infomerciales a las 3 de la madrugada o que recomendaban famosos por las redes sociales. Puso su atención en el fregadero. La noche anterior le dio mucho pesar lavarlos, ya que era ordenado, pero solo para unas cosas de la casa, su forma de adaptarse de tener que hacer todo él solo le costaba, a pesar de ser el único que vivía en aquel departamento.
La única acción que pudo hacer al escuchar aquel comentario de Amber fue fruncir el ceño y cruzar los brazos de manera retadora. Como le molestaba la actitud que tomaba aquel pelirrojo, era un capullo, o peor que eso. Era como vivir con su madrastra...no!, no!, no!, imposible, ella si terminaba ganando el premio mayor a la reina del egocentrismo y aquel pelirrojo uno de sus tantos críos detrás de las enseñanzas de aquella reina. Johan se hacía conclusión tras conclusión sobre aquel asunto de comparar a Amber con la esposa de su padre, hasta que una voz lo saco de sus pensamientos.
-¡Ey!- se sobresalta el moreno -Te estaba hablando y parecía perdido o una de esas cosas- Johan era extraño, parecía muy aplicado, pero estaba dando una impresión de una persona distraída, ¿tendría algún retrasó?, se hacía esas preguntas.
-Cierto, pensaba en lo amargado que te vuelves- Amber lo mira con los ojos entrecerrados -Ya pues, ¿me puedes ayudar a cambiar las cosas para acomodarme?, por favor
-¿Y si no quiero?- se recarga en la orilla de la mesa esperando una respuesta.
-Por mí no hay problema, pero si quieres ver tus cosas tiradas por la ventana es tu problema, no el mío
-Atrevete- da un mordisco a aquella barra "milagrosa". Mira como Johan se va a su habitación con sus maletas dando un portazo al entrar. Era imposible que se atreviera. Se dispuso a abrir una de las puertas de la alacena hasta que escucho un sonido raro. ¡NO...!, se asoma a la otra ventana de la sala y mira algunos libros, una que otra camiseta tirada, una botella y algo que parecía sus audífonos -¡Ahg! ¡Tú...! ¡DEJA DE TIRAR TODO!
Asoma su cabeza por la puerta
-¿Si me ayudarás ahora?- sonriendo triunfante.
Continuará...