Te he pedido tantas veces que me perdones... Pero no busco que lo hagas. Tan sólo te lo susurro para sentir que aún soy humano. Forzarte a hacer lo que no quieres, obligarte a acatar mis deseos, me produce tanto placer que a veces pierdo la poca cordura que me queda y me olvido de que eres tan frágil... Pero me importa tan poco...
Editado: 02.09.2018