Las cosas cada vez parecían complicarse más.
Érika pasaba mucho tiempo pensando en la forma en que le diría a Rafael que no podían intentarlo, que había sido un error decirle que sí y que él no sabía quién era ella realmente, pero lo veía a lo lejos sonriendo y simplemente no podía imaginarse apagando esa sonrisa aunque sea por un segundo. No podía imaginarse matando su ilusión pero ¿Qué otra opción tenía? ¿Esperar a que se enterara de la verdad y fuera el quién se alejara decepcionado?
Bueno, tal vez esa si era la solución porque abrirse con él más de lo que ya lo había hecho no le parecía tan buena idea. Ya sabía que había intentado tirarse de un puente ¿No era demasiado que también supiera la razón de dicha acción?
Trato de sacarlo de su cabeza por un rato y se concentró en la comida.
Juana giró su vista hacia ella.
-¿Trabajarán juntos para la presentación el parejas?
-Tú y yo siempre hemos trabajado juntas.
-Lo sé, pero ahora las cosas están cambiando -encogió los hombros -puedes aprovechar esa oportunidad para pasar más tiempo con él.
-No creo que esa sea buena idea.
-Por Dios, Erika, es una idea genial. Todo lo que tiene que ver con Rafael y tú, lo es- hizo una pausa larga -Te quiero mucho ¿Sabes? Pero en todo el tiempo que llevo conociéndote nunca te he visto más feliz que cuando estás con él, así que no puedo abandonar la idea de que esten juntos porque… eres otra desde que llegó y la verdad es que no entiendo ¿Si ya sabes que te quiere?¿A qué le puedes tener miedo?
-Juana, las cosas no son tan fáciles.
-Yo creo que sí lo son, creo que lo estás complicando solita y no me gustaría que luego te arrepientas por haber dejado escapar a Rafael.
Todo quedó en silencio. Sus ojos se chocaron por unos segundos y luego Erika bajó los suyos al suelo. Sabía que su amiga tenía razón, sabía que solo estaba complicando todo por miedo, pero es que ese miedo era más fuerte que ella y además era real.
Comieron sin decir una sola palabra.
-¿Te enteraste de lo que pasó hace unos días? -soltó su amiga de repente
-No, ¿Qué pasó?
-Ale y Manuel terminaron -dijo celebrando.
-¿Y eso te alegra?
-Claro que si, porque ahora podré tener una oportunidad con Manuel.
-Pensé que ya no te gustaba.
-No creo que pueda dejar de gustarme, despues de Angel, nunca me ha interesado nadie como me interesa él.
-Eso explica porque no quieres saber de Alexandra todavía.
-Ni me la recuerdes. Que lo último que quiero es hablar de ella.
Ambas levantaron la vista y vieron a Rafael aproximarse con una sonrisa.
Cruzaron miradas.
-Hola, chicas, ¿Cómo están?
-Hola -respondió Érika.
-Todo está increíble por aquí… -la siguió su amiga. -estábamos hablando sobre el trabajo en parejas.
-Ohhh, ese va a ser algo fuerte. Las explicaciones del profesor estaban bien enredadas -comentó él.
-Lo mismo pienso yo aunque mi amiga aquí no tiene ese problema ¿o si? -Lo último lo dijo mirando a la susodicha y ella negó con la cabeza.
-Creo haber entendido algo -comentó después
-¿Ya tienes a alguien con quien trabajar?
-Si, ya me puse de acuerdo con Alexandra para hacerlo con ella.
Érika respiró aliviada pues no quería trabajar nuevamente a solas con él, Juana por otro lado, se quedó muda. Era evidente que no le gustaba aquello, pero fingió que todo estaba bien esbozando una sonrisa.
-Voy al baño -agregó luego y empezó a alejarse lentamente.
El chico no esperó mucho antes de ocupar el lugar que había quedado desocupado junto a Érika y sacó un chocolate del bolsillo.
-Es para ti -dijo con una sonrisa.
La duda volvió a abrirse cabida en su mente y las palabras de Juana aparecieron como un salvavidas.
“No me gustaría que luego te arrepientas por haber dejado escapar a Rafael”
Ella tampoco quería dejarlo ir, no quería verlo convertirse en un extraño y menos quería que dejara de mirarla como lo hacía, pero lo que impedía que pudieran tener cualquier tipo de relación era más grande que ella.
-Gracias -le devolvió la sonrisa un tanto triste.
-¿Qué pasa? ¿No te gustó? -inquirió preocupado.