—Tu no vas a ningún lado mira entiendo que no comprendas y yo ya perdí tiempo peleando por nada... Yo soy Alan el lobo de Noah y te pido perdón por lo que te hizo yo no podía hablar contigo lo lamento no sabes toda la fuerza que tuve que tomar para tener control de mi cuerpo y claro del idiota de Noah solo te pido paciencia por favor, tu eres mi segunda mat... —no termino de hablar ya que cayó desmayado enfrente de mi y yo alarmada llame a las chicas para poder ayudarlo.
¿Qué rayos sucedió?
—¡Por la diosa!, ¿Qué sucedió Sam?—me preguntó alarmada Rosa con el rostro claramente pálido.
—N-No lo se, yo aún sigo en shock. —Dios me duele mucho el pecho y no lo entiendo, tal vez sea algo de culpa ¿Pero, por qué?, Yo no le hice nada.
—¡SAM REACCIONA!, Llama a Luis y dile lo que sucede — exclamó Valeria agitada y muy asustada, ¿Luis? ¿Quién es Luis?, Creo que mi expresión le dedujo a Valeria que no sabía quién era.
— ¡Al beta Sam! — dijo Valeria casi gritando con el semblante enojado.
Sin decir nada salí corriendo con dirección a las escaleras que no eran pocas.
Empezé a abrir todas las puertas al azar tratando de encontrar al Beta que ahora se que se llama Luis, vaya si lo pienso durante un momento, no sabía realmente que se llamaba así, creo que casi nadie sabía.
Entre las tantas puertas que abrí por fin encontré el cuarto del beta, sin tocar abrí la puerta y encontré al beta con el abdomen descubierto con liberas gotas de agua bajando por su abdomen, con una toalla amarrada a su cintura.
¡Por la diosa!
Que incómodo.
—Q-Que bueno que te encontré — dije con la respiración algo entrecortada por la adrenalina y el cansancio de haber corrido.
—Sam, perdón por lo que paso allá abajo, lo tenía que hacer para que Noah aceptará puede que tú eres su segunda... —No lo deje terminar
—No es para nada el momento, venía por qué a No... —me interrumpió ahora él, esto es muy urgente y él me interrumpe.
— No primero déjame hablar, puede ser que tu eres su segunda mate, y lo que paso allá abajo lo confirmo, aunque es casi imposible que haya dos mates de un solo licántropo.
—¡Noah se desmayo y no despierta y ya nos asustamos!.
Lo dijimos al mismo tiempo que él y yo quedamos en completo silencio procesando la información que recibimos. Luis sin decir nada salió de la habitación y de inmediato bajo en la ayuda de Noah y a mi me dejó ahí aún tratando de ordenar mis pensamientos para no volverme loca.
Él si que está completamente mal, ya que si yo fuera su mate ya me hubiera matado o rechazado, además eso es imposible él no tiene corazón ni sentimientos, aún me preguntó por qué le tocó de mate nuestra luna que a diferencia de él, ella era una mujer amable y muy hermosa.
Aún así, lo que hace unos minutos paso me ha dejado pensando seriamente.
¡¿PERO QUE ESTOY PENSANDO?!, saliendo de mi trance baje las escaleras viendo a Noah ya consiente y al nuevo médico de confianza del Alpha.
—¡Qué me hiciste mundana! Por qué el desmayo no fue por qué sí. —si definitivamente Luis se equivocó diciendo que yo era su mate eso sería una completa pesadilla.
— ¡Pero yo no te hice nada! — me defendí levantando un poco la voz, el se separó del lado del doctor y de Luis para quedar a una distancia conveniente de mi.
— ¡CONMIGO NO TE HAGAS LA SANTA QUE NO TE QUEDA, TU ERES UNA HUMANA Y EN LOS DE TU ESPECIE NADIE SE PUEDE FIAR! —estoy temblando y creo que todos los presentes igual, utilizo su voz de Alpha y era claro que estuviera asustada y preocupada por lo que me vaya a pasar.
Por muy fuerte que me haga.
Tengo miedo.
— Pero yo no te hice nada, tú fuiste él que se puso así de raro... — susurré
¿¡Por qué no puedo simplemente callarme!?
—¿QUÉ DIJISTE?— ahora sí estoy muerta.
—N-Nada. —baje la mirada, y aquí se acaba mi pica valentía que tenía para enfrentarlo, ahora solo me queda tener que saberlo sobre llevar.
Pero no me quedaré siempre con los brazos cruzados sabiendo todo el daño que me ha hecho a Liam y a mi.
El odio y la repulsión que tengo hacía él siempre estarán presentes.
—Noah, ya tranquilizate... —trato de hablar Luis pero él mencionado para nada se veía que tuviera intensiones de tranquilizarse.
—¡CÁLLATE, NO TE METAS! — sin despegar la mirada del suelo él me tomo del brazo bruscamente haciendo que soltara un gemido de dolor.
— Escúchame bien humana de cuarta , tú no eres nada y mientras sigas aquí te vas a portar bien de otro modo tendré que tomar otras medidas que no creo que te agraden. —no digo nada y me suelta del brazo dejando la marca de sus garras que fueron enterradas en el mismo.
¡Duele demasiado!
Empezó a caminar en dirección a la sala y se sentó tranquilamente en uno de los sillones de la sala principal.
—Ah y se me olvidaba, hoy habrá una reunión donde estarán varios representantes de distintas manadas para celebrar el cumpleaños de un de los pertenecientes del consejo, así que más te vale que estés presentable está noche o créeme no tendré compasión de ti, ¿Quedó claro?— no contesté — ¿QUEDÓ CLARO?.
—S-Si — me siento tan tonta.
Sin esperar a que alguien dijera algo me fui corriendo al que sería mi cuarto y empezé a llorar, como si eso arreglará mi vida.
Pero al menos me desahogo.
Sin más quedé dormida sentada en el frío suelo.
No se cuánto tiempo paso cuando sentí a alguien moverme de un lado a otro.
— Sam, despierta — la voz pertenece a Rosa.
— ¿Qué pasa Rosa? — dije despertando completamente y sentándome en la cama ¿Cama? ¿Cómo llegué aquí?
—¿Estás bien?, Pero que digo, claro que no estás bien, no mereces para nada lo que te está pasando tu eres demasiado linda y buena con toda la manada y él te trata como basura — y tiene razón yo no he hecho nada malo para merecer todo lo que me está pasando.
—No te preocupes yo estoy tranquila sabiendo que no he hecho nada malo, ya sabes lo que dicen "La mejor almohada es una conciencia tranquila".
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Editado: 29.08.2021