Ethan y Robert bajaron del helicóptero contentos de ver a su tía después de tanto tiempo. Ella estaba agachada la mano sobre su rostro protegiéndose del viento de las hélices. Cuando llegaron, los dos la abrazaron mientras Adam y William se quedaron detrás esperando.
A todos les hizo señales de entrar en su casa. Una vez adentro, ella cerró la puerta de vidrio de su jardín ofreciéndoles sentarse sobre el sofá.
—¡Tanto tiempo, chicos! Y qué entrada —se rio la tía, visiblemente contenta de verlos.
—Ya nos conoces tía —se rio Ethan alegre.
—Sí mi querido Ethan —ella hizo una pausa antes de seguir—, ¿y a qué se debe esa espectacular visita?
—Hemos sido atacados justo antes de ir a la fiesta del torneo de las justas —explicó Robert.
—No queremos incomodarla Angélica, sin embargo Ethan y a Robert pensaron venir aquí, inclusive antes de llegar a Francia —explicó Adam.
—¿Incomodarme? en absoluto, Adam. Ustedes son, y siempre serán bienvenidos aquí. Lo que me preocupa son las circunstancias. ¿Están seguros? ¿Han contactado a sus padres? ¿Qué han dicho al respecto? ¿Quiénes fueron y por qué?
—No hemos contactado a nuestros padres, ellos ya saben dónde estamos, y no queremos involucrarlos en esa historia; además James está anuente de todo y nos ayuda por su lado. El motivo es difícil, podría ser porque Adam es ahora el Gran Maestre de los Templarios, o porque él está enamorado de una Gaía, y seguramente porque ella es también la media hermana de William ―contestó Robert objetivamente.
—Ya están al tanto entonces —dijo finalmente Angélica después de una larga pausa—. Pensé que tu padre se había olvidado de ella.
—¿Por qué dices eso? —preguntó William interesado.
—Él repentinamente nunca más volvió a mencionármela y tampoco me atreví a recordársela. Él estaba tan impregnado de ella, únicamente me hablaba de ella todo el tiempo, y un día simplemente paro. Una lástima de verdad, quiero decir -William amo a tu madre y lo sabes- pero tu padre encontró el amor, aquel que nunca se olvida por más personas que conozcas. Estoy segura que ella era su pareja. Antes no estaba convencida pero cuando ella vino aquí, con él, nada más con verlos sabía que se amaban. Es tan difícil de explicárselo, era tan evidente que ni siquiera tuvo que presentármela y dices que tú Adam estás enamorado de su hija.
Adam asintió un poco crispado. Ella lo miró y finalmente se levantó. —Pienso que para esta noche todos necesitan descansar. Si quieren pueden subir, hay cuartos listos para ustedes. Adam y William por favor quédense un momento tengo que hablar con ustedes.
Ethan y Robert se encaminaron subiendo la escalera de madera contentos de estar en casa.
Angélica se dirigió hasta la cocina y preparó una de sus famosas bebidas que solamente ella tenía el secreto. Llamó a los muchachos y ellos se sentaron con ella en la pequeña mesa de la cocina.
—Ustedes saben que mis talentos van más allá de ser doctora. Si quieren puedo ayudarlos a entender más sobre lo que les rodean si ustedes me permiten; en ese momento necesitaré su confianza y devoción absoluta. No lo haremos esta noche, los dos están demasiados tensos y cansados, pero cuando ustedes se sientan mejor, avísenme y los ayudaré.
»Entre tanto tomen eso, los relajará. Quería conversar con ustedes o más bien advertirles de las consecuencias de ser parte de los Templarios. Como se imaginaran, no todo es de blanco y negro, ellos no son lo que todo el mundo cuenta. Tu padre Will, el hermano de mi esposo, ha venido muchas veces aquí para conversar con alguien sobre sus penas. Los temas tratados por ellos son mortales para los humanos. Ellos no los consideran como dignos de vivir tan generosamente sobre este planeta, y sus reuniones tratan siempre de las estrategias sobre cómo liquidar y someter a la raza humana por todos los medios posibles: plagas, guerras, alimentación, golpes de estado, medicinas; todo lo que esté en su poder para disminuir la población.
—¿Mi padre estuvo conspirando y ayudándolos?
—No tuvo opción Will, en esa época él era mortal y toda tu familia. Si no lo hacía alguien más lo hubiese hecho por él y todos nosotros hubiéramos muerto.
—Nunca me dijo nada al respecto.
—Claro que no, James no es de compartir sus temores y dudas con su familia más cercana. Su imagen debía permanecer intacta y pienso sobre todo que eso lo ayudaba a mantenerse firme.
—Adam, sabes bien que el amor es una flor única. No hablo de parejas, habló del amor, de la persona que te acuerdas al caminar, la persona cuya sonrisa te hace falta, de sus conversaciones y de sus abrazos, de la conexión que los une tan difícil de explicar. Si sientes lo que te digo, entonces no te rindas y lucha por él, mismo si el ser a que amas no es perfecto, y a lo más seguro habrá cometido muchos errores. Pero si alguna vez te traiciona o te abandona es que entonces te equivocaste, no era tu pareja. Acuérdate bien mis palabras Adam, estar enamorado de una Gaía es peor que estar dentro del orden del Temple. Ellos tienen un pie en ese mundo y otro en el más allá. A los veinte cinco años de edad ellos entregan su cuerpo para liberarse de la maldición hecha por Jaques de Molay, y justo en ese momento la persona ya no es del todo humana y su relación con el mundo real pasa a otro plano totalmente distinto al de nosotros. Adam tienes y debes luchar por ella, pero por favor, no te pierdas tú en el intento. Entiendes lo que te digo, inmortal o no, tienes que protegerte de ella.
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Editado: 09.12.2018