- ¿¡Cómo!? – exclamó Seungmin sin pararse a pensar ni un segundo en qué clase de lugar y con quién nos encontrábamos en ese preciso instante.
- Será mejor que bajes ese tono de voz ante mí, chico, no te conviene – nos miró a todos – no os conviene discutir ni llevarme la contraria.
Su rostro era más rudo y serio que antes pero, tras decir aquello, su expresión se relajó.
- No os podéis hacer la idea de la de veces que nos han mentido o nos han dado cualquier excusa. Es nuestra obligación desconfiar de todo aquel que viene aquí para hacer alguna confesión o cualquier otro tipo de comunicación. Simplemente se quedará con nosotros hasta que podamos verificar la información que nos habéis dado. – hizo una pausa para tomar aire – En cuanto confirmemos todo, podrás irte – esta vez se dirigió a mí.
- Pero... - empezó a decir Chan, pero la señora le paró.
- Si no habéis mentido y todo lo que me contasteis es completamente cierto, no tenéis de que preocuparos. – Una vez más, ahora su rostro pasó de ser relajado a amenazante – Pero como me entere de que me habéis mentido, me da igual que os escondáis en el sótano más oculto de toda Corea, lo desmontaré ladrillo a ladrillo hasta dar con vosotros y una vez os encuentre...no volveréis a ver la luz del día.
Vale...tenía miedo. Corrijo, teníamos mucho miedo.
- De acuerdo – solté en un suspiro mientras miraba a los chicos.
- ¿Qué? Songi, ¿lo vas a aceptar así sin más? – dijo Seungmin mientras agarraba mi brazo.
- Claro – solté una sonrisa - ¿Qué otra cosa podemos hacer? O es por las buenas o por las malas, y la verdad, prefiero quitarme de problemas. Hacerlo por las malas solo nos convertiría en sospechosos, además de todos lo problemas legales que eso podría conllevar.
- Chica lista – dijo la mujer volviendo a ser amable. – Ya os lo dije chicos, si todo es verdad, no habrá problema. Además, vamos a cuidarla, solo será un par de días.
Los chicos no estaban para nada de acuerdo, en realidad yo tampoco, pero era lo que había, no teníamos otra opción.
Poco después, Chan, Seungmin y Minho tuvieron que abandonar comisaría y volver a casa.
- Nos vemos dentro de dos días – dije mientras abrazaba a Minho y él me devolvía el abrazo con mucha fuerza, como si se estuviera despidiendo de mi para siempre. – Min, tranquilo, no me voy a la guerra ni nada – reí para calmarle – solo serán dos días. Junto con Chan y Seungmin se te pasará el tiempo super rápido.
- Cuídate Songi – dijo Chan mientras me abrazaba una vez conseguí separarme de Minho.
– Vosotros también.
Finalmente, Seungmin y yo nos despedimos con otro abrazo.
- Vamos chicos, que no la vamos a mandar a la silla eléctrica. Solo investigaremos el caso y la necesitamos para realizar algunas pruebas y verificaciones.
Ellos asintieron.
- Hasta dentro de dos días chicos.
- Hasta dentro de dos días, Songi.
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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