Sin Escape

Capitulo 39-Los Cortijos 5698

Elisa.

Me encuentro en esta situación y no entiendo nada. Veo a mi alrededor y el piso de madera donde encontré esa vez la cocaína se encuentra vacío.

No hay nada.

-¡No estoy para tus juegos Elisa!. Grita Morris y de un golpe en el rostro me saca de mis pensamientos.

Esta vez caigo al piso y puedo distinguir el hoyo frente a mi. Trato de recordar y estoy completamente segura que la droga estaba aquí.

-¡¿DÓNDE MALDITASEA ESTÁ MI MERCANCÍA?!.

-Estaba aquí lo juro. Confieso y es la verdad.

Sigo observando el piso y sé que nadie más que yo sabía el paradero de ese botín.

Yo no estoy loca. ¿Dónde está?.

-No te creo. 

-No hay nada Dan. Agrega el hombre llamado Jackson.

Al llegar a casa les dije el lugar donde se encontraba la sustancia, los hombres quienes también vinieron con nosotros se armaron con herramientas y se dispusieron a abrir y sacar una por una la madera. Yo misma escuché ese there is nothing² de uno de ellos.

Ambos hombres quienes son muy parecidos me miran detenidamente y por primera vez en la noche, los veo con cara de terror.

-Debemos irnos antes de que llegue la policía. Dice Jackson.

-No.

-Dan...

-¡Cállate! Sabes muy bien que debemos encontrar las rutas.

¿Las rutas?.

-Lo sé.

- Si llegan a estar en manos de la policía...

-¡¡¡Que lo sé malditasea!!!. Interrumpe.

-Si ellos las llegan a tener estamos acabados.

-Calmate. Agrega Jackson y está vez veo como Morris camina de un lado para otro llevándose las manos al rostro.

- Si eso llega a pasar nos meteremos en problemas con toda la organización.

-Quizas el maldito de Eduardo no las tomó.

-Las tenía Jack, el mismo me mostró las putas copias.

-¡Joder!. Pero no están aquí. Mírala ella no sabe nada. 

-Lo sabe, llama a Declan, dile que acabe con la vida de ese hombre.

¿¡Qué!

-Si no es por las buenas será por la malas.

Al entender lo que harán con Caín me levanto y estoy en frente a él.

-Estaba aquí te lo juro.Agrego.

-No hay nada.

-No le hagas daño a Caín. Suplico.

 Veo como alza su mano y me sujeta fuertemente por el cabello. Yo grito por el dolor y enseguida lo tengo muy cerca de mi cara.

-Así que quisiste burlarte de nosotros. Sisea.

-Juro...

-Cállate.

 -No se qué tramas con esto, pero lo pagarás. Veo como este hombre cambia su expresión y puedo distinguir en su rostro un toque de locura. Ya el hombre calmado y bromista de horas atrás, desapareció.

-Te voy a matar y no me importa si tengo a la DEA o INTERPOL o a cualquier maldita organización siguiéndome el paso.

No sé de qué habla cundo de repente todo se vuelve oscuro. Escucho palabras en inglés de algunos hombres quienes vinieron con nosotros y quiénes estaban a pocos metros resguardando cada entrada de mi casa. En un signo de defensa personal, levanto mi rodilla con fuerza y golpeo a Morris en la entrepierna. Escucho un grito de su parte y me suelto de su agarre.

Al conocer esta casa como la palma de mi mano, salgo corriendo hasta las escaleras. No me da tiempo de nada más cuando escucho una voz que se reproduce a través de un parlante.

Me quedo paralizada  y escucho atentamente.

-TODO EL LUGAR ESTÁ RODEADO. 

¿Roberto?.

-SI NO SALEN EN 5 MINUTOS ENTRAREMOS A LA FUERZA. 

Mientras estoy allí, deseo saber el paradero de Caín, recuerdo su rostro hace algún tiempo atrás y en el fondo de mi corazón deseo que haya podido salir con vida de ese lugar. 

-¡Están aquí!. Escucho que Jackson le informa.

-¡La policía está aquí!.

-¡Malditasea!.Busca a esa mujer.

-Lo siento hermano. Escucho que dice este hombre.

Subo corriendo las escaleras, y mientras lo hago luces azules y rojas se reflejan en la pared. Cuando estoy a punto de llegar a mi habitación siento como alguien me sujeta y grito. Esta persona es más alta que yo, trato de golpearlo y no puedo porque en este momento me aprisiona contra el piso. Lo veo sacar un arma y apuntarme con ella, ante este hecho me quedo quieta.

-De aquí no puedes escapar. Dice el extraño, con un mal castellano.

-Déjeme ir. Balbuceo mientras siento mi cabeza palpitar.

Este hombre me levanta en sus brazos y sin energías para luchar siento como me traslada a otro lugar. Al llegar donde están los demás se dirige a ellos en su idioma, no puedo saber lo que hablan cuando me depositan en el sillón. Estoy allí un poco tiempo mientras los escucho conversar en inglés.




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